Mi padre, su asesino.

Capítulo 10 - Controlar mis sentimientos.

La música de los años 80 sonaba despacio, haciendo que el bar sea más placentero. Mesas de madera, sillas, colillas de cigarrillos por todos lados, paredes blancas, piso de cerámica negra, mucho alcohol y un rico olor a café junto con mesas de billar es lo que conformaban al bar de Drake.

No había mucha gente, sólo algunas mesas ocupadas por personas de avanzada edad.

Había convencido a Ghost de dejarme descansar por el resto de la semana hasta que llegara el sábado. Aunque había seguido entrenando y comencé a asistir a las clases del curso.

Por lo que queda por parte de mi madre, sigue muy enojada, pero había aceptado que me "quedara a dormir en la casa de Katy", aunque en realidad eso significaba "ir a las afueras de Forks a un bar lleno de pedófilos y borrachos para buscar una pista sobre el asesino de un no sé qué de mí con el que casi me beso y que ha ignorado desde ese entonces el tema". Sí, así es, no ha vuelto a tocar el tema, siempre lo cambia, y tampoco es que yo insisto mucho en que realicemos "la charla". Todo era culpa de la regla, mis hormonas estaban locas.

Además, como toda típica madre, cuando se enoja, saca en cara todo lo que le molesta. Y una de esas cosas es que yo no este estudiando nada. Sinceramente no tenía ganas de tener un título, además, ninguna profesión me llama la atención. Yo cuando me refería a vacaciones, me refería a mis vacaciones. Hace unos meses mis ex compañeros habían comenzado a estudiar y deben estar por empezar el segundo trimestre, pero yo y Katy somos una excepción. Mi madre quería que estudiara algo sobre los negocios, pero a mí no me interesaba en lo más mínimo.

—¿Te sirvo algo? —me preguntó una moza.

—En realidad, estoy buscando a Jenna. Jenna Foster.

Esperaba que fuera ella, encajaba con la descripción que me habían dicho.

—¿Para qué sirvo? —me respondió la sonrisa.

—¿Hay algún otro lugar en donde podamos hablar?

—Claro —afirmó y le seguí.

Salimos por la puerta trasera, por acá deben sacar la basura, ya que hay mucha bolsas con no muy buen olor.

Le conté por qué había venido hasta aquí y me dijo lo mismo que Ethan. Yo también la notaba un poco... misteriosa.

—¿Estas segura que no hay algo más?

Ella no me contestó.

—Confía en mí. No soy policía ni nada, sólo quiero descubrir lo que le pasó a mi amigo.

—Mi novio se llama Connor, él no es como nosotros. Es fiestero, problemático y no tiene muy buena junta pero lo amo así. Iba a ir al campamento, sin embargo, no es muy amante de la naturaleza. Me envió un mensaje para que lo esperara en la ruta pero nunca llegó. Me enojé bastante y terminé con él, aunque no fue por eso que terminé con él.

—¿Por qué fue?

—Las llaves de su auto estaban tiradas a unos metros del campamento, cincuenta metros para ser precisa.

—¿Le preguntaste por qué las llaves estaban allí?

—No, sólo me alejé de él.

—¿Puedes decirme cómo es él?

—Lindo, grandote, musculoso, alto, morocho, sonrisa perfecta y ojos color avellana —me informó—. Él organiza fiestas como la de "before christmas"

—Gracias.

—Ten cuidado. No es un ambiente muy seguro.

—¿Crees que él pudo haberlo asesinado? —no podía estar tan cerca de descubrir la verdad.