—Toma la soga—se la di—. Sostenla MUY fuerte.
—Mamá te asesinará —me recordó mi hermana.
—No tiente que enterarse —le respondí mientras controlaba que la soga fuera bien resistente.
—¿Hace falta que te diga que esto es una locura? Y claramente un suicidio—hablaba mientras yo me preparaba.
—Es una emergencia de amigas—le respondí—. Vale la pena.—Me coloqué unos guantes para que mis manos no se quemaran.
Me acerqué a la ventana y me subí a ella.
—Nos vemos.
—Eso espero—continuó Denn, la cual se encontraba más asustada que yo.
Tome aire y comencé a descender.
Hoy era el quinto día desde que había vuelto del hospital, estaba nublado; parecía de noche.
Me han mantenido prisionera en mi casa luego de que mi madre me gritó y me llevaran de vuelta al médico, quien me devolvió a mi hogar porque me encontraba perfectamente bien. Ghost me dijo que tenía que irse a no sé donde para ver a no sé quien para saber más sobre su asesino. Así que hace tres malditos días que no lo veo y lo extraño jodidamente muchísimo, aunque hemos hablado todas las noches ya que, el fantasma, tiene un celular.
Cuando llegué a tierra mi hermana comenzó a subir la soga.
—¿Cómo entrarás después?
Mierda.
Sabía que algo se me olvidaba.
—No te preocupes por eso. Recuerda cerrar con llave la habitación —terminé de decir y comencé a correr hasta el garaje.
Al que no llegué porque alguien me detuvo.
—¿Señorita Crystal?—me preguntó Paul.
—No, soy un fantasma.
—Los fantasmas no existen —me respondió mientras sonreía.
—Creía lo mismo...—susurré.
—¿Dijo algo?
—Nada.
—Su madre me dijo que si la veía por aquí, le avisara.
—Pero como me quieres tanto no lo harás.
—Señorita...—me miró.
—¿Puedes llevarme? Mi mamá no se enterará.
—Corre riesgo mi trabajo.
—Un favor. Se lo pido. Por favor Paul, mi amiga me necesita.
—Sólo porque es usted.
(...)
—Gracias Paul.—Me bajé del auto.
Fui al trote hasta la casa de mi amiga, la cual antes de que tocara el timbre ya se encontraba en la puerta.
Me abrazó.
—Te ves horrenda.
—Tú también—me respondió—. Entra.
Le hice caso y fui directamente a su habitación, ya me sabía el camino de memoria.
Me senté sobre la cama y agarre un almohadón, de esos que están rellenos de telgopor.
—Dime que sucedió porque no entendí nada cuando me hablaste—le informé—. Sólo era una mezcla de mocos y llantos. También gritos.
—Era la "cosa" que yo te ocultaba.
ESTÁS LEYENDO
Mi padre, su asesino.
Mistério / SuspenseElla tiene una vida perfecta. Él, la tenía... Ella vive. Él, ya no... Thomas, quien ahora se hace llamar "Ghost", lo perdió todo... Hasta su propia vida. Su espíritu ha vuelto, en busca de venganza. Crystal lo ayudará, no sólo poniendo en riesgo su...