Capítulo 28 - "Verdadero yo"

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La fiesta no había comenzado pero estaban haciendo los preparativos. Kat les dijo que éramos amigas de Connor, el guardia nos dejó entrar porque me vio la otra noche con su jefe.

Era un gran salón, con un bar que sobresalía. Se asemejaba más a un galpón, con machas de humedad en la pared.

- Hola- saludó Kat a un chico que estaba comprobando unas luces.

- Hola- le sonrió.

- ¿Esta Connor?- le pregunté, actuando con "naturalidad".

- Creo que salió- nos respondió. - ¿Necesitan que le de algún mensaje?- siguió.

- En realidad,es personal- comentó mi amiga.

- Necesitamos verlo ahora- afirmé.

Un sonido proveniente por el piso de largos tacones hizo que nos diéramos vuelta.

- Él no esta disponible- comentó Gabrielle Carter.

Era una morocha infartante, con un gran escote y unas marcadas curvas que con su calza y su corsé resaltaban. Totalmente lo contrario a lo que yo recordaba.

- Abandonaste tu antiguo estilo- le miré.

- No concordaba con mi "verdadero yo"- sonrió. Sus labios pintados de rojos resaltaban su sonrisa.

- Por fin te diste cuenta- me crucé de brazos.

- Te lo debo a ti, cuando me robaste a mi novio, todo en mi cambió- sonrió falsamente.

- No es mi culpa que seas tan insoportable que ni un hombre pueda quererte- continué.

Abrió su boca, totalmente sorprendida. Se acercó de una manera atacante pero mi amiga se interpuso.

- Ella no quiso decir eso- le sonrió. – Porque no quiere que terminemos con un taco clavado en la cabeza- se dio la vuelta. - ¿No?- me dio esas sonrisas que significan "di que sí o te mato".

- Como digas- respondí.

Nuestra amistad siempre fue así. Ella era la persona que arreglaba mis acciones o comentarios "fuera de lugar". Kat era el ángel que corría el riesgo de ser transformada por su mejor amiga hacia el mal camino. Mi humor nunca es de lo mejor y en la secundaria no era distinto, ni siquiera con los profesores. Nadie se metía conmigo porque sabían que ante un comentario que no me gustara, no tenía ningún problema de arreglar el "problema" cara a cara, actitud que la mayoría de las personas están perdiendo.

- Lo que queremos hablar con Connor es sobr- interrumpí a Kat.

- No te interesa- le respondí a Gabrielle.

- Si quieren hablar con él, consigan una cita- nos sonrió.

- No creo que sea muy difícil- sus dientes blancos dejaron de verse. – Cuando me dormiste con cloroformo creo que lo confirmaste- seguí.

- Crystal, detente- me pidió mi amiga.

La ex hippie me fulminaba con la mirada.

- GUARDIAS- gritó.

En cosa de 5 segundos, dos orangutanes aparecieron en la puerta. Uno de ellos nos había dejado entrar.

Cuando intentó tomar mi brazo me solté.

- ¿Quiénes son ellas?- apareció Connor. - ¿Tú?- me sonrió.

- ¿Creíste que uno de los vagabundos me mató cuando me tiraste en ese callejón?- continué.

- Creí que el alcohol borraría esa noche de tu mente- dejó unos papeles sobre una mesa que estaba llena de cables. – Y por lo que dijiste antes, lo siento- siguió.

Mi padre, su asesino. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora