Capítulo 30 - Estupideces y más mentiras.

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Quise ir directamente al hospital pero Ghost no me dejó, pensó que era mejor que me fuera a casa. Él comentó que Frank iba a estar bien y le creí.

- ¿Pudiste averiguar algo más?- me preguntó mientras estacionaba la moto una cuadra antes de mi casa y comenzamos a caminar.

- Probablemente mi familia te haga compañía en el infierno- le sonreí, sarcástica.

- Creo que estas exagerado- comentó.

- Ojalá.

- ¿Estarás bien?

- Dispararon al lado de mi oído, creo que mi nariz esta mas torcida que lo común y vi a mi mejor amigo con una bala en su cuerpo. Sin mencionar que me arrastraron por el piso. ¿Cómo crees que estoy?

- Igual de linda que siempre.

- No lo suficiente para que te quedes conmigo.

- Eso no lo decido yo.

- Podríamos emplear la brujería, por ahí nos funciona.

- Creo que todo esto ya es demasiado sobrenatural.

- Con tal de que te quedes aquí... No me importa nada.

Thomas pasó una mano por mi hombro y susurró en mi oído.

- Siempre estaré contigo, Alma.

Me di vuelta solo para verlo ya que no tenía nada para decirle pero él ya no estaba. Odiando estos actos suyos de desaparecer y aparecer, muy adolorida entre a mi casa.

Mi madre tenía una cara de masacrada, mi supuesto padre de preocupación y mi otro supuesto tío de cansancio. Denn corrió a abrazarme.

- ¿Estas bien?- me preguntó.

- No realmente.

- ¿Dónde te metiste?- continuó mi tío.

- No lo sé, tal vez deberían preguntárselo a Frank. Ah no, cierto que esta internado por culpa de un disparo que iba dirigido a mí.

- ¿QUÉ?- preguntó mi madre.

- Sube Denn- ordenó mi padre.

- No- se negó.

- No te lo estaba preguntando.

- ¡Mi hermana estuvo desaparecida! ¡Quiero saber qué pasó!- gritó mi hermana.

- Cero dramas por favor, subo yo. – comencé a acercarme a las escaleras.

- ¡TÚ TE QUEDAS!- escuché gritar a Christopher.

- Estuvimos hablando con tu padre- le interrumpí.

- ¿Dominic o Christopher?- sonreí irónicamente.

- ¡Deja de decir estupideces!- continuaron ambos.

- Ah, ya lo sabía- comenté. – Decir la verdad es decir estupideces.

- Te irás a Nueva York.

- La haré corta. Hay tres razones por la que no pienso irme de aquí: uno, sus opiniones me las paso por el centro del or- ¡CRYSTAL!- interrumpió mi madre. – Bien, sus opiniones no me importan mucho- sonreí. – Dos: quiero saber quién es mi padre. Y tres, no me voy a largar de aquí hasta saber quién es el asesino de Thomas Moore.

- ¿Qué?- titubeó mi madre.

- ¿Lo conocías?- preguntó mi padre.

- Sí- afirmé.

Mi padre, su asesino. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora