Oscar salió del lavabo y se sentó en la cama, le acerqué la mesita con el desayuno. Tenía galletas y un zumo de naranja. Puso mala cara, pasará hambre con este desayuno.
-¿Quieres que te traiga algo de la tienda de abajo? -Pregunté
-No, tranquila, así no engordo jajajaja - Dijo mientras bebía zumo-
-Cómo quieras - Contesté
Aún estaba cortada por lo que pasó en el baño, qué vergüenza, que debió pensar en ese momento...
Al pensar me sonrojé y Oscar se dió cuenta.
-¿Ocurre algo? -Preguntó mirándome sorprendido
-No... nada...- Me di la vuelta dándole a espalda-
-Maria...No se te da bien mentir -Insiste-
-No es nada importante -Contesté mordiendome las uñas nerviosa-
-Bueno... pues cuando tengas el valor de decírmelo...entonces... me lo dices.-Apartó la mesa y se fue-
-¿A dónde vas? -Pregunté preocupada- ¡Oscar-
-¿Acaso te importa? -Se subió en el ascensor y se cerraron las puertas-
¿Pero qué le pasa? ¿Por qué está así? ¿Acaso he hecho algo mal?
De la rabia pegué un puñetazo a la pared y fui cayendo lentamente al suelo derramando un montón de lágrimas por mis mejillas.
Después de quedarme aquí toda una semana... me trata así...
Una enfermera al verme acudió rápidamente a mi. Me llevaron a una Salita y me comenzó a tranquilizar.
-¿Está mejor? -Preguntó la enfermera poniendo la mano en mi brazo-
-Sí, gracias -Contesté con una sonrisa-
-Tómese esto, le hará relajarse - me dio una pastillita junto a un vaso de agua- Es un tranquilizante, no le hará ningún daño
Me tomé la pastilla, estaba amarga no, lo siguiente. Yo y las pastillas nos llevamos fatal.
Estuve un buen rato hablando con la chica, era muy simpática. Es bastante joven para trabajar, pero vale la pena.
-Si no le importa, yo debo de irme, tengo pacientes a los que atender -Me dijo la chica--Tranquila, yo también tengo que irme jajajaj -Le di dos besos-
-Ya nos veremos por los pasillos
Salí de la sala y fui a la habitación de Oscar a ver si estaba. La puerta estaba cerrada. Piqué.
Al abrir la puerta vi un enorme oso de peluche. El mismo que había en la tienda donde compré lo de Oscar.
Entré dentro y miré que el oso tenía un sobre, lo abrí.
Hola princesa, primero de todo pedirte perdón por marcharme sin más. Segundo, este es un regalo por cuidar de mí todo este tiempo, nadie ha venido a verme y siempre has estado tú ahí, conmigo. Te mereces esto y más.
Besos Oscar.No tenía palabras para describir lo que sentía en ese momento, ni lo que me pasaba por la cabeza.
Unas manos calientes rodearon mi cintura por la espalda, y apoyó su cara en mi hombro izquierdo.
-Oscar...-Me giré-
-Sh...no digas nada -Me dio un beso en la frente-Nos quedamos en silencio, mirándonos. Me dio un beso en la nariz, después en la mejilla izquierda, después en la derecha, y por fin en los labios.
-Se que no es fácil por lo que estás pasando -Me dijo mientras me acariciaba la cara- tienes muchas cosas en la cabeza que un no encajan, lo sé, todo está pasando muy rápido -Me apartó un mechón de pelo que tenía- pero yo prometo ir despacio y lento. Sin meterte prisa.
Oscar tenía razón, fue conocerle y pasaron muchas cosas de golpe que mi cerebro es incapaz de procesar.
Yo se que siento algo por él, pero no lo suficiente para decir que lo amo, porque esa palabra tiene mucho significado y no lo siento aún.Mañana iré a la empresa a poner orden, ya que Oscar tiene que quedarse unos cuantos días por pruebas, comentaré a los trabajadores lo que ya ha sucedido esta semana e intentaré sustituirlo, si no soy capaz, no me queda otro remedio que llamar a mi padre.
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Algo más que mi jefe
RomanceMaria es una empleada que trabaja en la empresa de su padre, el cual se acaba de jubilar. En su puesto llegará un hombre atractivo y muy opuesto, que hará que Maria dude sobre sus sentimientos. ¿Pasará algo entre ellos? ¿Serán solo jefe e empleada?