Algo más que mi jefe

¿Qué opina de mi?

Mi padre comenzó a dar un discurso sobre su despedida, aún no me creo como un hombre tan serio como él, transmita tanto en tan pocas palabras.

-Para acabar, me gustaría agradeceros a todos por vuestra colaboración y amistad en esta empresa, soy una gran familia para mi -Bebió un sorbo de agua- Y sin más rodeos os presento a Oscar, el nuevo jefe de la empresa -Dijo papá aplaudiendo-

¿Cómo? ¿El nuevo jefe es él? ¡No puede ser! Vi como Oscar me miraba y sonreía, mi cara en ese momento era de película, no me lo podía creer.

-¿Ocurre algo señorita Maria? -Dijo papá preocupado-

-No nada, felicitaciones -Le doy la mano a Oscar el cual me guiña el ojo - Bueno, si me disculpan voy al servicio.

Me levanto de la silla y me dirijo lo antes posible al lavabo. Todo el mundo me observaba, deben pensar ¿qué le ocurre a esta mujer?.

Una vez dentro me encierro con el pestillo y me lavo la cara. Este hombre me va a traer muchos problemas, es muy atractivo y seguramente caiga a sus pies como muchas otras... Agito la cabeza para salir de mis pensamientos. No Maria no, lo conoces desde hace un par de horas, no puedes enamorarte de él.

Después de unos minutos en el lavabo decidí salir y dirigirme a mi oficina, no tenía ganas de ver a nadie, solo estar sola.
Suena el teléfono, lo cojo, era Anna.

-Señorita Maria, Oscar ordena que vaya a su despacho.

-¿Tiene que ser ahora? -Conteste fríamente-

-Tiene que hablar contigo, usted sabrá que hace -Cuelga-

Qué mal humor tiene hoy esta chica, no le mando a freír churros porque es mi secretaria. Soplo y vuelvo a soplar... no me apetece ir, pero no me queda otra.

Cojo el bolso y voy hacia el despacho de Oscar. Me temblaban las piernas, que quiere este hombre ahora...

Una vez allí, pico la puerta y acepta a que pase.
Estaba ahí, sentado en la silla con el ordenador, estaba muy atractivo con las gafas, le hacían un tono un poco más profesional.

Decido sentarme, él cierra la tapa del ordenador, se quita las gafas y las deja encima de la mesa. Pone los codos en la mesa y me observa. Se forma un silencio un poco incomodo. Decido romper el silencio.

-¿Me llamó? -Dije nerviosa-

-Así es -Dijo sin dejar de clavarme los ojos de encima- Quería saber que opina que yo sea su nuevo jefe...

¿¿¿Cómo??? ¿Y ahora yo que digo? Debe de tratarse de una broma.

-¿Qué quieres que opine? No le conozco -Dije avergonzada-

-Eso no es lo mismo que me dijiste en el ascensor - aclara la garganta- ¿No se acuerda, señorita Maria?

Este hombre me va a matar, esa voz tan suave hace que se me ponga la piel de gallina.

-Lo recuerdo perfectamente, reconozco que en ese momento no sabía que usted era el jefe - miró en la placa que hay encima de la mesa "Óscar Pérez"- Señor Pérez.

-Dígame Oscar si no le importa - Despeja la mirada de mi y mira unos papeles - ¿Usted siempre ha trabajado aquí para su padre?

-Cuando acabé los estudios, mi padre me contrató para trabajar en su empresa.

-¿No trabajó antes? -Dijo interesado-

-No - ¿por qué todo esto? - ¿A que todo esto?

-Me gusta conocer un poco a mis trabajadores - cierra el archivo y rodea la mesa y se apoya - ¿No le gustaría trabajar conmigo? Ya que su padre es el antiguo jefe.

-¿Me ve usted preparada? Solo soy una mísera trabajante, míreme - alzó los brazos-

-Eso hago -Clava sus ojos azules encima de los míos, eso hace que me sonroje-

Anna abre la puerta

-Siento interrumpir, Señor Pérez tiene una nueva reunión de presentación en 30 minutos.

-De acuerdo

Anna se disculpa y sale del despacho.

-Bueno, vuelvo a mi trabajo, no pretendo molestar -Me levanto de la silla-

-No se preocupe Maria, podemos seguir hablando -Dijo él mientras me agarraba de la mano-

-No enserio, tengo trabajo que hacer -Dije soltandome de sus suaves manos-

-De acuerdo, ya hablaremos

Salgo de la oficina, cierro la puerta y soplo, este hombre algún día me mata. Voy hacia mi oficina y comienzo a hacer los trabajos.