[NARRADOR]
- ¿¡Es una loba!? - Scott no se lo podía creer.
- Sospechaba que no fueras muy inteligente, pero ahora lo confirmo - Dijo la Nigromante cruzándose de brazos - Si, genio. Eso ya se sabía si la veías en su forma animal.
- ¿Pero como es que no huele como nosotros? - Preguntó esta vez Derek.
- Creo que no entendiste lo que acabo de decir - Bufó la castaña - Ella ES una loba, no una Mujer lobo.
La mirada de los tres chicos presentes, incluyendo la de Stiles, se dirigió hacia la que hasta donde ellos sabían había sido un simple animal. Ahora vestida con unos pantalones cortos que mas bien parecían rotos y una camiseta que se encontraba en las mismas condiciones.
- ¿Para qué viniste, querida? - Preguntó la Nigromante.
- Tengo noticias de tus supervisores.
- Vale, dime...
Petra se acercó hacia la chica de cabello castaño y le susurró algo al oído en un tono tan bajo que ni siquiera el Nogitsune pudo escuchar. Stiles supo que se trataba de algo realmente serio porque la expresión fría y despreocupada que siempre mantenía la chica se deformó en un ceño fruncido por pura ira y odio.
- Esos bastardos... - Murmuró la castaña apretando los puños - ¡Stiles!
- S-si.
- Se acabó la visita, los lobos se tienen que ir.
Ambos Hombres lobo se colocaron en posiciones defensivas, pero con solo un chasqueo de los dedos de la castaña desaparecieron.
- ¿¡Dónde están!? - Stiles miró hacia todos lados.
- Los envié de regreso a su tiempo - Respondió despreocupada - Ahora prepárate, porque la cosa se esta poniendo fea allí afuera.
- ¿Pero qué ocurre? - La chica no reflejaba intenciones de responder - Creí que ya habíamos superado la etapa de desconfianza.
Stiles mostró una mirada lastimera, la Nigromante clavó su mirada en él y frunció nuevamente el ceño. Un pequeño recuerdo le provocó relajar la expresión, el recuerdo de una loba a la que había entrenado años atrás. La chica bufó molesta.
- Está bien, te lo diré... - Aceptó - ¡Pero eso te costará caro! ¡Vas a entrenar tan duro que tus puños sangraran y no creas que tendré piedad porque eso no pasará!
- ¡Entendido!
La Nigromante sonrió satisfecha al ver como el chico asentía repetidas veces con la cabeza, la expresión de decisión que tenía el chico le provocaba hinchar su pecho con orgullo; era realmente impresionante que alguien que aun no controlaba sus poderes tuviera esa clase de determinación y seriedad para enfrentar los problemas.
(...)
[STILES]
Los entrenamientos de la Nigromante eran exhaustivos y me provocaban una cantidad de estrés mal sana, siempre que regresaba de estos quedaba agotado y cubierto de moretones los cuales dolían como nada en el mundo. Mi único alivio eran las duchas frías para luego dormir, varias veces incluso me dormía debajo de la helada lluvia artificial que me empapaba. Me quedaba dormido hasta que mi padre, Scott o incluso Derek me despertaban golpeando a la puerta; ellos eran los que más se habían preocupado por mí, cada uno por sus razones.
Ya habían pasado dos semanas desde que Petra había llegado y le había dado las malas noticias a mi entrenadora, la cual desde entonces se había vuelto más fría y calculadora ante cualquier cosa que hiciéramos. En ese mismo momento tenía a Petra en mi casa ayudándome con unas heridas que necesitaban puntadas, eso ya le daría una idea a cualquiera de la brutalidad de los entrenamientos.
- Me duele - Murmuré entre dientes mientras la que hasta hace poco para mí era solo una loba me cosía la herida.
- El dolor te hace humano, Stiles - Me dijo ella concentrada en mis heridas - Te pido disculpas por Mica... le caes bien.
- No se nota.
- Debes tenerle un poco paciencia, ella ha pasado por mucho para ganarse su puesto en el consejo.
- ¿Tan exigentes son esos tipos?
- Ella es una Nigromante, Stiles - Comenzó a explicarle - Se llega a esa jerarquía de magos cuando uno de estos se funde con la oscuridad.
- Entonces ella... - Petra asintió - ¿Por qué lo hizo?
- Para salvarse - La guardiana comenzó a vendar las heridas - Ya sabes que ella nació en Italia hace tres siglos.
- Si... me ha contado un poco.
- En esa época era muy común la casería de brujas - Petra suspiró con tristeza - Ella fue una de las muchas pobres víctimas que fueron quemadas por sus "Pecados".
- ¿¡Quemada!? - Yo estaba estupefacto - Esos bastardos... ¿Cómo pudieron?
- Tenían miedo - La loba sonaba calmada - Miedo de las cosas que no conocían, y como toda la humanidad, las cosas que no entienden...
- Las destruyen - Murmuré entre dientes, interrumpiendo a la loba - Pero aún así es monstruoso.
- Así es, Mica fue una de las pocas que sobrevivió a ser quemada. Cuando el fuego se apagó ella vendió su alma por poder, el poder para conseguir vengarse.
- ¿Y lo consiguió? - Petra no respondió - ¿Consiguió su venganza?
La loba se quedó en silencio por unos segundos, lucía como si estuviera pensando las palabras concretas que debía decir. Finalmente me habló.
- Ella era muy joven y… era demasiado poder - Comenzó a explicar la pelinegra - Además, todo el dolor y el odio que estaba acumulando mientras la quemaban le hizo perder el control. No solo asesinó a sus atacantes, sino que borró un pueblo completo del mapa.
Me quedé boquiabierto ¿Qué decir en una ocasión así? Nada, no pude decir nada, por primera vez en mi vida me quedé callado. Lo que todo el mundo creía imposible había ocurrido, me había quedado sin palabras.
El sonido de pequeñas garritas chocando contra el suelo me hizo volver a la realidad, miré hacia la puerta y vi al pequeño Sour entrar corriendo y sacudiendo la cola de forma tan exagerada que pensé que en cualquier momento iba a perder el equilibrio y se iba a caer.
- ¡Ven acá, bebé! - Le llamó Petra.
Dando un salto, Sour se subió encima del regazo de la mujer lobo. La cual rió por como mi cachorro había saltado. El ambiente se relajó increiblemente con la llegada del pequeño animal.
- Es adorable… ¿Dónde me dijiste que lo encontraste?
Estuve a punto de responder cuando escuché la puerta de la entrada abrirse y cerrarse bruscamente. Petra se levantó como resorte en el mismo momento en el que Derek abría la puerta y nos miraba a ambos.
El Sourwolf le gruñó a Petra y pude ver como ella le miraba como si le estuviera diciendo que no le tiene miedo. Sour saltó de su regazo y se metió debajo de la cama, esto no va a terminar bien.
NOTA DE LA AUTORA:
¡HOLY SHIT! Corran ¡Corran! Se armó alto bardo entre los lobitos de turno, Derek calmate nene.
Lamento la tardanza, tuve un bloqueo de inspiración para esta historia.
En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos. Adiós mi linda manada.