[NARRADOR]
Stiles estaba al borde del ataque cardiaco, Derek acababa de entrar por la puerta de la cafetería y les miraba con la misma seriedad de siempre, incluso un poco más serio de lo normal.
- Bienvenido, joven Hale - Le saludó la Nigromante - Siéntate con nosotros, estábamos a punto de hablar de tu madre.
Todo eso la Nigromante lo dijo mientras bebía de su café con extrema tranqulidad, aunque internamente estaba disfrutando el ver sufrir a Stiles por culpa de los nervios.
Derek miró a la italiana con los ojos entrecerrados, obviamente para él que personas desconocidas y de confianza dudosa hablaran de su madre era un pecado. Pero a sabiendas de que podría averiguar información que no supiera, aceptó.
(...)
- ¡Eso no es verdad! -Dijo Derek por enecima vez desde que habían comenzado a hablar.
Ya llevaban unos veinte largos minutos de charla y Micaela ya les había contado varias cosas. Entre ellas cómo había sido la pubertad de Peter y que, cuando era joven, Talia Hale había sido un poco... Diciendolo de forma que pudieran entender, fiestera.
- La hubieras visto -Comenzó a hablar la Nigromante con una sonrisa burlona.- Tu madre entraba a la fiesta y las miradas de todos los chicos se le clavaban encima, tenía al 98% de los hombres de la escuela a sus pies.
- ¿Y el otro 2%? -Preguntó Stiles.
- Les gustaba el pene.
El humano casi se ahoga con su propia saliva antes de comenzar a reír, a Stiles le encantan los comentarios espontáneos y ese fue el comentario más espontáneo que jamás haya escuchado.
- Aunque nuestra querida Talia no tuvo ojos para nadie más que tu padre -Dijo la Nigromante intentando calmar un poco la iracunda mirada de Derek.- Era muy cursi en ese sentido.
Pareció funcionar, ya que el lobo relajó un poco el ceño fruncido que se cargaba desde que había entrado e hizo una mueca que por un segundo pareció iba a ser una sonrisa, pero no llego a serlo.
- ¿Algo más que quieran saber? -Les preguntó Micaela.- Tengo más de 20 años de anécdotas sobre la familia Hale.
- ¿Cómo conociste a Talia? -Se le ocurrió preguntar a Stiles.
Derek y la Nigromante le miraron ambos al mismo tiempo algo sorprendidos por la pregunta, aunque rápidamente el Sourwolf miró a Micaela con un nuevo brillo de curiosidad en sus ojos.
- Es una historia extraña, en mi opinión -Les dijo riendo.- ¿Stiles, recuerdas que te dije que solo una persona hasta ahora soportó mi entrenamiento?
- Si -Asentió.- Lo recuerdo.
- Pues... Esa persona fue Talia Hale.
Stiles vio como a Derek se le abrieron los ojos en sorpresa, aunque su expresión al enterarse no fue muy diferente.
- Mi madre nunca habló de ti -Le reclamó Derek.
- Quizás lo hizo, pero de una forma en la que ni ella ni yo nos veíamos involucradas.
El pelinegro se quedó pensando, recopilando rápidamente los recuerdos de su infancia antes de, al parecer, encontró algo que concordaba con lo que acababa de decirle.
- Mi madre solía contarnos la historia de una hechizera que vivía con dos niños lobo en el bosque -Comenzó a recordar Derek.
- ¿Me hizo quedar como una hechizera? -Preguntó indignada la castaña.- Me acabo de ofender, yo no soy como esas novatas intento de criatura poderosa.
