[MICAELA]
Por segunda vez en mi vida, o no-vida, todo era oscuridad. Irónico, mi primera muerte fue ser reducida a cenizas y mi segunda muerte fue ahogarme. Vaya giro de los acontecimientos que ha tenido mi vida.
Clavé la vista en la oscuridad, pensando en que quizás de verdad había muerto. Cuando de repente, se me dio por abrir los ojos al sentir una caricia en mi cabello.
— Ahora sé que estoy muerta –Dije mirando a quién me acariciaba.— Hola, Talia.
— Hola –Me devolvió el saludo con su típica sonrisa.— Te ves bien.
— Lo mismo digo –Con un poco de esfuerzo conseguí sentarme y voltear a verla.— ¿Estoy muerta?
— Siempre me has dicho que llevas muerta mucho tiempo. Así que no sé qué es lo que consideres muerta.
— Hablo de muerta muerta, capum –Hice la seña de cortarme el cuello.— Ángeles, una luz, trompetas y toda esa mierda.
Vi a Talia reír y no pude evitar sentir nostalgia.
— No –Me dijo.— Al menos aún no.
— ¿Cómo que aún no? –Mi voz sonó algo exaltada.— ¿Voy a morir? ¿Estoy en coma o algo parecido? Por favor, dime que no quedé en el limbo.
Nuevamente, Talia rió. La que antes me había parecido una risa nostálgica, ahora me sonó molesta y algo irritante. Esta en juego mi vida, joder. No es momento para reír.
— Lo siento –Como si me leyera la mente, se disculpó.— No estás en coma ni nada, solo es un estado de suspensión.
— ¿Suspensión? –Alcé una ceja.— ¿Y por qué no me muero? ¿O me despierto? O lo que sea, no tengo suficiente paciencia como para quedarme aquí esperando la muerte, la vida, la reencarnación o el maldito Nirvana.
— Estarás aquí hasta que decidas –Me explicó Talia, algo más seria.— Debes decidir si quieres seguir viviendo o pasar al otro lado. Se te ha dado una segunda oportunidad.
— ¿A mí? –Me señalé sin poder creerlo.— De todas las personas, las buenas personas, en este mundo. Me dan una oportunidad a mí. Alguien ahí arriba está muy gracioso últimamente.
— Ese alguien ahí arriba es quien me ha enviado a hacerte la gran pregunta –Talia hizo una pausa, siempre fue muy dramática.— ¿Quieres seguir viviendo o morir?
Me quedé en silencio, mirando fijo a Talia, aunque más que fijo era como si estuviese viendo a través de ella. De repente, pensé que alucinaba al escuchar el llanto de un bebé acercándose. Me di media vuelta y observé a una especie de portal, el cual me mostraba lo que imaginé era el mundo real.
Mi cuerpo estaba allí, en una cama de hospital y cubierto con una manta. Algunos cortes medio curados se veían en mi rostro y yo lo único que pude pensar fue ¿Toda la vida he tenido esas horribles cejas? Dios, viéndolas desde arriba parecen dos orugas marrones pegadas encima de mis ojos.
Luego de revisarme el rostro, noté que junto a mi se encontraba Petra. Tarareando una canción que tantas veces la había escuchado cantar antes.
Eri il mio soldatino
(Fuiste mi soldado)
Ora una principessa oscura
(Ahora, una princesa oscura)
Ma anche per te, c'è una luce
(Pero incluso para ti, hay luces)
Che ad un'altra vita ti conduce
(Que a otra vida te conducen)(...)
[NARRADOR]
La Nigromante cerró los ojos mientras escuchaba a la loba cantar. Dios, eso si que le daba nostalgia, demasiada para ser algo sano.