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[NARRADOR]

Derek estaba al borde del ataque cardíaco. Primero: porque Stiles había vomitado sangre por segunda vez; segundo: porque iba a ser padre; y tercero: porque su cala, la mansión Hale, estaba reconstruida completamente. Ya no era solo una estructura quemada, era la maldita mansión en su mejor momento.

Derek se hubiera tomado tiempo para observarla de no ser porque podía sentir el pulso de su compañero, y el de su cachorro, acelerándose cada vez más. Lo cual le preocupaba mucho.

Cuando la Nigromante trajo a Scott y Deaton, estos dos también se quedaron sorprendidos al ver la sala de la casa en perfecto estado.

— Luego los llevo en un tour, ahora tienen que ayudar a Stiles –Les dijo la Nigromante mientras les empujaba hacia donde Derek había hecho que Stiles se acostara.

— Necesito espacio –Les dijo el Druida mientras miraba a Derek, obviamente refiriéndose a él.

Gruñendo, Derek se movió de donde estaba. Aunque no se alejó de Stiles, sino que se colocó detrás de la cabeza del chico y le levantó la cabeza para que la apoyara en sus piernas.

Entonces el pelinegro notó que los ojos de su compañero habían vuelto a la normalidad, notando ahora que los tenía cristalizados por las ganas de llorar que seguro le causaba el dolor que estaba sintiendo.

Ambos dejaron de mirarse cuando vieron a Deaton sacar un bisturí de su maletín. Stiles se echó hacia atrás, intentando alejarse del Druida.

— ¿Qué mierda crees que vas a hacer con eso? –Le dijo Derek con sus ojos brillando azules.

— Tengo que sacar al bebé, Derek –Le dijo súbitamente el Druida.— Si no lo hago, se va a abrir camino por las entrañas de Stiles. Y como el Nogitsune le regenera, no va a lograrlo, si se cansa dejará de respirar y va a morir.

— ¡Eso es otra cosa que tendrías que habernos dicho antes! –Le gritó Stiles mientras apretaba los dientes.

— Pensé que lo sabían –Se defendió Alan.

— ¡No todos somos unos malditos Druidas expertos!

— ¿Crees que yo si soy experto? Es la primera vez que asistiré un parto. Estoy intentando adivinar qué hacer.

— Yo si sé qué hacer –Todos miraron a la Nigromante.— Ba, creo que lo sé.

— ¿Has asistido un embarazo?

— En realidad, fue un aborto –Admitió.— Pero tranquilos, en caso de que algo le pase al bebé podría intentar revivirlo.

— Eso no me tranquiliza –Gruñó Stiles.

— ¿Quieren que ayude a Deaton o no?

Derek y Stiles se miraron por un par de segundos antes de que ambos asintieran al ofrecimiento de la chica.

El Druida le entregó el visturí y Stiles se levantó la camiseta hasta el cuello para dejarles camino libre.

— Tío, aún tienes los abdominales marcados –Le elogió la castaña.— Te envidio, si algún día tengo hijos quiero verme la mitad de bien que tú.

— Gracias, pero te agradecería aún más que te concentraras en no matar a nuestro cachorro.

La Nigromante apretó los labios y se encogió de hombros mientras cogía el bisturí con fuerza. Acercándolo al abdomen del ojimiel.

— Voy a necesitar que me digas cuando sientas que me acerco mucho al bebé –Le pidió la italiana.

Stiles alzó las manos y se aferró a los brazos de Derek, el cual miraba a la Nigromante con los ojos muy abiertos.

No Vuelvas A Irte ||STEREK||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora