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[STILES]

Pasaron tres meses sin que hubiera señales de la bruja. Toda la manada ya sabía lo del bebé y estaban alerta en caso de que a aquella horrible mujer se le ocurriera aparecerse. Debo admitir que es horrible tener a alguien siguiendote todo el tiempo. Las dos primeras semanas luego de que se enteraran no podía siquiera abrir la ventana sin ver a uno de ellos vigilando mi casa.

Gracias al cielo, a la Nigromante se le había ocurrido que ella sería quien me mantuviera vigilado. Por lo menos de esa forma no tenía a alguien siguiéndome todo el día, aunque Micaela si se hacía tiempo para acompañarme. Como ahora, que estaba tirada en mi cama acariciando a Sour mientras yo acababa unos problemas de química.

— Este perro ya es muy grande –La escuché quejarse.— Se me acuesta en el pecho y no puedo respirar.

— ¿Tú respiras?

— A veces... –La escuché bufar.— Pero la mayoría del tiempo no, eso impide que alguna criatura me localice.

— Eres una caja de sorpresas –Le dije divertido.

Escuché como mi cama crujía cuando ella se puso de pie y pude sentirla cuando estuvo junto a mí. Observando por encima de mi hombro lo que yo estaba escribiendo.

— Ya tienes seis meses de embarazo y ni siquiera se te nota –La escuché reír.— Eres la envidia de toda mujer.

— Quizás sea porque, notablemente, no soy una mujer –Puntualicé.— Y porque me mantengo en forma.

— Eso es verdad, has desperdiciado lo mejor que se puede hacer durante un embarazo –Me recriminó.— No he visto a Derek salir en la madrugada a comprarte comida ni una sola vez.

— Ya te dije, no soy una mujer –Repetí cansado.— No tengo hormonas femeninas, no antojos, ni cambios de humor raros, ni ninguna de esas cosas.

— Ya lo sé, no eres el primer embarazo masculino que veo.

— ¿¡Qué!? –Mi tarea quedó de lado y me volteé a verla.— ¿Hay más gente como yo?

— Obviamente ¿Qué te pensaste? No eres tan especial como para ser el único hombre que va a sacar un hijo de sus entrañas –Hice una mueca de asco por lo último.— Los Hombres lobo y otras especies pueden embarazar a individuos del sexo masculino, pero se requieren ciertas cosas.

— ¿Como qué?

— En el caso de los Hombres lobo –La vi poner una expresión pensativa.— Una luna llena, un hiervajo raro y un nudo. Aunque la última vez que lo vi ocurrió hace 200 años, no sé si la especie habrá cambiado en algo.

Intrigado, asentí con la cabeza y luego de procesar lo que me había dicho regresé la atención a mi tarea. Aunque no pasaron ni cinco minutos antes de que la curiosidad comenzara a picarme la cabeza como un pajaro carpintero.

— Derek nunca me anudó en luna llena –Dije.— ¿Cómo es que estoy embarazado si nunca hicimos nada de lo que dijiste que se necesita para embarazar a un hombre?

— Creí que ya te habían explicado eso –Murmuró.— Los Kitsunes, sin importar su tipo, son ciervos de un dios japonés cuyo nombre no recuerdo justo ahora, pero se que representa a la fertilidad. Por eso, los Kitsunes son siempre mujeres, pero como tú fuiste poseído ahora produces óvulos que pueden ser fecundados. Y sin períodos, cambios hormonales, o menopausia. Felicidades.

— No se si sentirme afortunado o desdichado –Admití.— Aunque creo que me alegro de poder, ya sabes, darle familia a Derek. Sé que es lo que él más quiere.

— Aw... Son tan adorables que van a causarme diabetes –Eso era una obvia burla.— Hablando de tu lobo ¿Dónde está?

— Patruyando el bosque con Scott –Suspiré.— Casi no ha dejado de hacerlo desde que la bruja le dijo qué quería.

No Vuelvas A Irte ||STEREK||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora