Y hoy era el gran día, hicieron de mi una obra de arte, pero por dentro estaba rota, corrompida, odié al mundo por separarme de Invi e Ethan.
Esto no quedaría así; no, así no.
Cerré mis puños con fuerza intentando reprimir mis lágrimas.
Suspiré fuertemente y abrí los ojos.Vi mi reflejo en el espejo, era hermosa, pero no, esa no era yo.
Solo era mi cuerpo convertido en otra cosa.
Yo era una guerrera, un soldado más que a los 18 años combatiría en el ejército, y me obligarían a casarme con otro soldado, como a todos los demás de mi estatus.Llevaba un vestido blanco hermoso, mi pelo iba recogido en una trenza de espiga, pintaron mi cara con utensilios y pinturas cuyo nombre creo que era "¿maquillaje?", y me hicieron andar descalza.
También me pusieron unas alas blancas gigantes.En resumen, esa no era yo, eso era un ángel con mi cara y cuerpo.
- Vamos al escenario hermosa- me dijo Madison.
Llegamos, sería la ultima ya que mi estatus es el último.
El lugar se trataba en una plaza gigante rodeada de gente, y los 'elegidos', que así éramos llamados, tenían que caminar por la arena hasta llegar al otro lado, donde desaparecían por una puerta invisible.Observé a la primera chica, era del estatus 1, era una rubia de ojos dorados y de considerables curvas.
El estatus 1 es la ciudad de las joyas y el dinero, por lo tanto la chica iba con un hermoso vestido dorado, que resaltaba junto con su dorada melena.Después fue un chico rubio de ojos azules, por sus características, debería tener familiares del estatus 10, porque los del estatus 2 eran de un rubio muy oscuro, de unos ojos azules océano y de una piel bastante morena por el sol, por no hablar de sus impresionantes músculos.
El estatus 2 era donde se recogía la mayor parte de los mariscos y pescados que consumían todos lo estatus.Y así fueron pasando los que pronto serían las personas que querrían matarme para sobrevivir, cada uno con sus trajes.
Y de repente me tocaba a mí, Madison y Mery me dieron un empujón haciendo que saliera en la gran pantalla y que miles de personas desconocidas me vitorearan o criticaran.
Me quedé un buen rato mirando a mi alrededor, después empecé a andar tímidamente, como si fuese la típica chica buena e inteligente, y cuando llegué a mitad de la pista, empecé a dar vueltas y noté como el fuego ascendía por toda mi ropa y mis alas, quemándolas y convirtiéndolas en un carcaj y un arco, mi infantil vestido blanco se había transformado por un mono negro de guerra, y ahora seguía yo andando, con paso firme y mirada fría, como la vida me enseñó a ser.
Al principio todos me miraron confusos, pero luego empezaron a gritar y a elogiarme, aunque habían otras personas me criticaban, pero eso no debía de importarme, ya que desde pequeña estaba acostumbrada a ser la "comidilla" de todos.
Bueno, ser la hija de un hombre que iba en contra del gobierno no era muy gratificante, pero era mi padre y le quería, y seguiré sus pasos hasta el final.
Cuando llegué a la pared invisible y la atravesé, pude soltar un suspiro.
Al alzar mi vista vi a los 9 chicos y chicas que me miraban asombrados.
Y es que, sinceramente no entiendo como pueden todos hacerse amigos, cuando después tendrán que matarse unos a otros para sobrevivir.
Yo en cambio era mas lista y no me juntaba con nadie, excepto con la chica del estatus 7, Maya, y la del estatus 9, de agricultura, una peliroja de ojos verdes como yo.
En cambio a los chicos... Ninguno me caía bien, eran los típicos mujeriegos, aunque había que reconocer que atraían bastante con su cuerpo de dios griego.
Pero nada mas que me atraía uno, uno que destacaba entre los demás.
No sabía nada de él pero casi siempre tenía chicas alrededor intentando llamar su atención, aunque el solo las apartaba y seguía su camino.
Llegué de nuevo a mi habitación, mañana estaría expuesta en una naturaleza salvaje y aterradora durante todo un año en un recinto con un montón de personas, y lo peor era que las reservas de comida que nos darían escasearían y tendríamos que matar solo por un mendrugo de pan.
Aquella noche no comí, tampoco hablé con nadie.
Simplemente pensaba en Invi y en mamá, y en Ethan, que protegería tanto a mi familia como a la suya, y eso ya debía de ser difícil.Me desperté con el traje de guerra que me puse ayer y con el maquillaje corrido, había llorado mientras dormía.
Apreté mi mandíbula; odiaba llorar, me hacia sentir débil y desprotegida, cuando era todo lo contrario, yo podía matar a alguien con mis propias manos si fuera necesario.
A mi lado tenia un viejo libro de plantas curativas, como hacer armas, estrategias para cazar y esos tipos de cosas.
Me levanté y me duché, me puse unos pantalones blancos rotos con un top verde y una chaqueta blanca.
Me lavé la cara y me cepillé los dientes, hoy era el día de pruebas, y pasaría todo el día combatiendo y aprendiendo tácticas de ataque.
Al llegar, fui la primera, por lo que empecé a fabricar trampas, tirar cuchillos y flechazos intentando dar en el blanco.
Todo el día se pasó así, y me sentía levemente incomoda al ver al raro chico de ojos grises mirándome como un felino acechando a su presa.
No era que me molestasen las miradas, es más, nunca me incomodaron, ni si quiera el día en el que murió mi padre, cuando todos me miraban con pena y respeto.
Pero la mirada de ese chico era penetrante, fría, aterradora y calculadora.
También me sentí orgullosa al enseñar a mis 2 únicas "amigas", algunas estrategias de batalla y trampas.
Bien hecho Alex, hiciste una buena acción.
Me inflé de comer ya que al día siguiente lo único que comería seria un poco de pan y un sorbo de agua, o ni si quiera eso, y me dispuse a dormir.
- Despierta niña- Me dijo Madison.
Yo, aturdida desperté y la miré somnolienta, odiaba que me despertasen.
- ¿Que quieres ya, Madison?- Pregunté algo irritada, sin duda alguna mi ánimo estaba por los suelos desde que no veía a mi familia y mis amigos.
- Ponte este traje, pequeña, hoy es el gran día.
Mi corazón se estremeció, y cuando Madison se fue, un sollozo se escapó de mi garganta.
Sí, tenia miedo
Me vestí con un mono negro para guerra, con filos color rojos y me peiné el pelo en forma de una hermosa trenza de espiga.
También me puse unas botas bastante cómodas y luego salí al salón, donde Madison y Mary me esperaban algo llorosas.Había un tubo, donde lo señalaron con la mirada con el propósito de que me metiera ahí.
Les hice caso y me adentré en el tubo.
- Cuidate, nena.- Me dijo Mary mientras intentaba calmar a Madison.
Yo intenté decirle todo lo agradecida que me mostraba con ellas, que se comportaron muy bien conmigo, pero mi voz me falló, y solo pude darle una triste mirada antes de subir.
Llegué a lo que era una llanura, y en el centro una estatua donde había mochilas y armas, después, detrás de mi se extendía un bosque.
Y entonces sonó una caracola y todos empezaron a correr de un lado a otro, y aunque yo quería huir, mis piernas estaban paralizadas ante tanta sangre y muerte.
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Foto en multimedia de Invi.
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La Chica De Fuego.
RandomLa Tierra no es lo que fue una vez. 1 reino, 10 provincias, 1 guerra, 1000 guerreros. Alex es la protagonista de la historia. Ella es fuerte, y lo único en que piensa es en dar de comer a su familia. ¿ Podrá arrastrar un reino en ruinas hacia la glo...