Capítulo 15; Años.

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P.O.V. Alex.

Años.

Pasaron años desde que no voy al estatus 7, sin ver ni a Maya ni a Max.

A veces quiero que todo esto sea como los cuentos de princesas, que yo sea una dulce chica y mi amado un rudo hombre que me salve de los peligros.

Pero nada es así, y por otra parte me siento orgullosa de salir adelante sola.

Tengo 18 años, pero los años no han pasado en valde, estuve removiendo cielo, tierra y mar para que todos nos rebelemos, y ahora que soy mayor de edad, es la hora.

La guerra ha empezado.
Si los que me siguen mueren, será mi culpa, pero al menos no tendrán por que sufrir más.

Durante estos últimos meses, varios estatus se han rebelado.
Algunos derribaron la muralla y huyeron al bosque, donde las habladurías cuentan que aún siguen vivos.

Estoy caminando por el bosque, con una maleta en la mano.
Me he rendido, no puedo hacer que miles de vidas mueran sólo por una venganza que he deseado desde la muerte de mi padre.

Ethan no tendrá que aguantar mi sufrimiento, Invi tendrá más comida para ella y mi madre podrá buscarse una pareja que le haga feliz.

Me he sentido desanimada, he buscado la razón, y no la encuentro.
Sólo se que le hecho de menos.

Max se casó con una barbie plástica y a los meses se divorciaron, después de que se divorciaran, el huyó hacia el bosque, pero los vigilantes le pillaron y le dispararon, aunque nadie vio nada puesto que todo eso pasó en el bosque, pero está muerto, aunque algunos pueblerinos cuentan de que el es uno de los grandes hombres que se han rebelado, y es como un torbellino que lo arrastra todo a su paso

Hace 2 años que no piso el bosque.
Los vigilantes han aumentado y las leyes son más estrictas, y por el bien de mi familia no pude visitar más aquel pedazo de libertad.

Pero ya no tendría porque preocuparme más, porque saboteé con bastante dinero los juegos para que Invi no entrase, así que ella no correría peligro alguno.

Al llegar al bosque, cierro mis párpados y huelo los recuerdos.
La brisa acariciando mi piel, las ramas de los árboles meciéndose al son del viento, el inundable olor a pino, el maravilloso canto de los colibrís y los ruiseñores...

Todo esto, lo único que hace es que la nostalgia se apodere de mi.

....

Han pasado días desde que estoy aquí.
No se cuantos días llevó andando en este bosque, he perdido la cuenta, y tampoco se si voy a algún lugar en concreto o estoy perdida.

Me alimento de pequeñas piezas que cazo y bayas silvestres, pero no he encontrado ningún manantial, y las reservas de agua potable que tenía en mi cantimplora se van agotando.

...

Creo que ha pasado medio mes, y me he quedado sin agua.
Mis energías están muy agotadas, apenas duermo y necesito agua urgentemente.
Me desplomo en la tierra, esperando mi fin, el final de todo esto.

Noto como pasan las horas, y sigo viva.
Mi cabeza va a explotar de un momento a otro y tengo mucho frío a pesar de tener un pesado abrigo de piel, eso sólo puede significar que tengo fiebre.

Y como ha todo animal enfermo, tarde o temprano otro animal vendrá a comérselo.
'Si lo miras por el lado bueno, tu cuerpo lo donarás para que otros animales puedan sobrevivir', dice mi subconsciente, intentando tener algo de positivista.

Un fuerte gruñido despeja mis nubes pobladas de sueños y recuerdos, haciéndome ver la verdadera realidad.

Un lobo tan grande y musculoso como el propio Cerbero, me mira ansioso, y con ganas de comida.

En un intento por coger mi daga, mi vista se nubla y noto un peso sobre mi.

El perro está encima mía, pero no me despedaza, está inmóvil, muerto.

Y antes de que pueda moverme y ver mi alrededor, me dejo caer en la oscuridad.

La Chica De Fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora