Capitulo 11; los viajes solo conllevan aventuras que vivir.

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Tras traspasar el muro de fuego, me adentro en el tenebroso bosque.

Hasta yo tenia que reconocer que ese era un bosque gigante y daba miedo, pero sabia cada palmo de ese lugar, ese lugar que me dio de comer a mi y a mi familia.

Mientras me adentraba, cogí una flecha de mi carcaj y con mi arco apunte hacia una liebre que comía hierba fresca.

Cerré los ojos intentando disparar, pero me fue imposible, yo ya no tenia por que matar, tenia suficiente dinero como para comprar comida, y, ¿de que serviría matar a un animal por simple placer?

Suspire frustrada mientras bajaba mi arco.
Otra vez aquellos juegos habían podido arruinar otra pequeña pero preciada parte de mi humilde vida.

Comencé a caminar sin rumbo alguno, envolvida en mis pensamientos, hasta que llegue al viejo lago, donde mi padre me enseño a nadar y yo le enseñe a Ethan a nadar, y donde construíamos redes con hilo de pescar que vendían en el mercado de fuego.

Suspire otra vez mas, esta vez mas sonoramente, y me senté a mirar el hermoso lago mientras abrazaba mis rodillas.

Poco a poco, el sueño se fue apoderando de mi, y caí dormida entre los cientos de croares de las ranas y la luz de la luna y las estrellas.

Algo me sacudía levemente, pero yo me negaba a despertar de mi sueño, aquel sueño en el que mi padre vivía, yo no tenia que matar para alimentarme, nunca fui a los juegos y siempre tenia amigas, y mi amor debería de haber sido Ethan, como el de todas las chicas, en vez de aquel raro sujeto que lo unico que hacia era cambiar notablemente de sentidos.

Abrí perezosamente mis ojos y unos ojos azules se encontraron con los mios.

Pestañee y me levante aun somnolienta, y cuando pude observar con detenimiento la figura que se alzaba ante mi, me lance a sus brazos.

Era Ethan, parecía mas mayor, mas cansado, pero aun así seguía teniendo aquel musculoso y trabajado cuerpo y aquella piel tostada que le caracterizaba de "sexy " .

Estuvimos hablando sobre todo lo que había pasado durante el año anterior, y yo le conté todo con detenimiento y sin pausa alguna, mientras el me iba escuchando.

Si antes estaba anocheciendo, ahora me encontraba con el alba del amanecer posarse en lo alto .
Note un peso encima de mi cintura, y pude ver como los musculosos brazos de Ethan me abrazaban, y por ultimo le mire a el.
Su pelo revuelto y algunas manchas en su anguloso rostro hacia que pareciera a aquel niño que encontré un día en el bosque mientras cazaba.

Despertamos juntos y fuimos a mi casa a desayunar.
Ethan no tendría por que trabajar, yo tenia suficiente dinero como para mantener a dos familias en esplendidas condiciones, cosa que alegro a Ethan.

El siempre quiso ser medico, y ahora que no tenia por que preocuparse por su familia podía volver a estudiar.

Al llegar desayunamos, y después Madison y Mary me llevaron a vestirme para ir a ver al presidente.

Concordamos en ponerme un vestido de plumas rojas y fuego artificial, representando al ave fenix resujir de sus cenizas.

Lo único que me lleve fue el colgante de mi madre y el broche de mi padre.

Durante todo el trascurso del viaje fui mirando el paisaje, de repente, de estar a un día nublado como siempre estaba acostumbrada a ver pase a ver un hermoso día soleado, señal de estábamos en otro estatus.

El viaje fue aburrido, y tenia ganas de vivir aquellas luchas entre la supervivencia y la muerte, al menos, aquello era mas divertido que ir a fiestas y derrochar comida y dinero en ropa de seda que no duraría nada en el bosque durante 2 horas.

Madison y Mary me obligaron a bañarme, me depilaron y me dieron unos masajes y aceites exóticos para mi piel, también peinaron mi cabello y lo dejaron suelto, y por ultimo me pusieron el vestido rojo pasión de escote con plumas rojas y que soltaba fuego artificial.

Mis ojos fueron delineadas con un delineador rojo y purpurina naranja y amarilla, haciendo que la raya del ojo se viera bien visible.
En cuanto a mis labios, utilice un rojo pasión.

En total, mas que un pájaro de fuego parecía una reina del fuego.

Al salir de la lujosa caravana en donde me encontraba, un montón de gente me admiraba y me rodeaban, pero Madison me cogió del brazo para que no les saludase y caminar.

Al llegar al escenario, pude ver a la hermosa figura de una chica con el pelo azabache y mechas azuladas, uñas plateadas y largas, y un largo vestido que se arrastraba por la alfombra roja color gris galáctico.
Su maquillaje también era entre azul, gris y negro, haciendo que sus grises ojos destacaran mas de lo normal.

Era Maya, y ella al verme se abalanzo sobre mi, y empezó a darme un discurso de todo lo que había hecho y cuanto me había echado de menos desde que llegamos.

Pero mi atención estaba solo para el, el chico de traje gris que me miraba con sus típicos ojos grises sin expresión alguna.
Max.

Maya miro la dirección en la que yo miraba y sonrió de oreja a oreja.

- Ten cuidado, que se te cae la baba.- Inmediatamente cerré la boca y trague saliva mientras Maya comenzaba a aplaudir y reír como una niña chica.

Nos adentramos al salón, donde había mucha gente prestigiosa comiendo, y yo y Maya nos unimos al banquete.

Ambas comimos hasta reventar, y una vez que paramos, acompañe a Maya al cuarto de baño.

Le acompañe porque ella no quería ir sola, y yo me hacia pequeña en mi asiento al sentir la fija mirada de Max sobre mi.

Al salir, empezamos a hablar con el presidente.
El me preguntaba cosas y yo solo asentía o negaba con la mandíbula apretada.

El se percato de lo ultimo y empezó a hablarle a Maya, que le hablaba feliz y animadamente.

La Chica De Fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora