Capítulo 18; entrenamiento.

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Los días pasan rápido y aun no sé nada sobre Maya o Ethan, ni si quiera se algo sobre mi madre o Invi, y lo único que deseo es que estén bien, a salvo.

Hoy es mi primer día de entrenamiento, una de los capitanes del pequeño ejercito que estamos creando dijo de llevarme a un gran profesor de armas, pero Max, no sé por qué, la convenció de que el me entrenaría.

Espero a Max en el gran árbol, llega tarde, y apenas es el primer día.

-Por fin te dignas a aparecer, Max-digo cuando este se acerca a mi.

-No tengo todo el tiempo del mundo, soy el líder de los rebeldes, no puedo destinar todo mi tiempo a satisfacer tus deseos, niñata-me dice encogiéndose de hombros.

-Mi madre me puso un nombre, así que llámame por mi nombre y no por tus inmaduros apodos-digo desafiante.

-Bueno, pequeña, yo te llamaré como me de la gana mientras tu madre no esté aquí para impedirlo.-dice en tono burlón -ademas, tu ni siquiera sabes si sigue viva, ¿o me equivoco?

Golpe bajo.

-Bueno, yo tengo la certeza de que está viva, pero... ¿Y tu madre?

1pts Max = 1pts Alex.

Puedo notar como el semblante de Max se entristece para después volverse furioso, comenzamos a andar, no se a donde, solo le sigo.

El no me mira, y me siento culpable porque, en cierta forma he caído a su inmaduro juego.

-Lo siento, no quería herirte... Pero tu empezaste.

-No me hieres. Ni tu ni nadie pueden herirme, ya no.-dice secamente.

-¿Y bien, a donde vamos?-pregunto para cambiar de conversación.

-Eres un soldado, lucharás y harás ejercicio todo el día, comerás un poco de arroz y agua a las seis de la tarde y después te quedarás en vela toda la noche.-dice en un tono grave.

-Pero... Es muy duro eso, debería de empezar como algo mas fácil...

-Desde los 11años sabes luchar, cazar, pescar, estrategias y trampas, también sabes de negocios y defenderte. ¿En serio crees que Debes de empezar desde el principio?
¡Puedes matar a alguien el triple de grande que tu solo con tus manos!-dice alzando las manos exasperado.

-¿Como sabes...?

-Eres mi aprendiz, busqué información -dice encogiéndose de hombros, a lo que yo asiento nada más.

Al llegar al centro del bosque, tengo que correr por todo un llano sien parar, después pelear contra Max, matar algunas aves y hacer trampas y con lo que he cazado hacer la comida con una cacerola y un poco de agua potable.

La noche llega rápido, y me siento junto a Max a mirar las estrellas.

Al principio me quedo pensando en viejos recuerdos,pero poco a poco caigo en los brazos de Morfeo, o mejor dicho en los de Max, que me acuna mientras me abraza, para luego el quedarse dormido, abrazados.

Despierto aun somnolienta bajo la atenta mirada de el, que está mirándome muy serio, aun estamos abrazados.

Me sonrojo al ver que me tendió su chaqueta para que no pase frío por la noche.

-Gra-gracias.-digo devolviéndole la chaqueta de cuero negro.
El se encoge de hombros mientras desvía sus ojos al cielo.

Yo hago lo mismo, y observo que unas nubes negras se acercan y que unos chubascos empapan mi rostro.

Noto la cálida mano de Max sobre la mía, y hago lo mismo que el hace;correr.

Llegamos hasta una cueva, donde Max se mete sin miedo, pero yo me quedo afuera, dudando de meterme en aquel lugar.

-¿A qué esperas, a que te de una pulmonía? Porque si es así no pienso cuidarte...

-No es eso-Volteo los ojos.-¿Y si hay un oso o murciélagos?-pregunto temerosa, pero Max me responde con una sonora carcajada.

-Anda, entra ya. Este es uno de los lugares secretos donde vengo cuando necesito pensar.

Yo entro mientras me abrazo a mi misma.

-Quítate la ropa-ordena autoritario.

-¿Perdona?

-¿La lluvia te a vuelto mas sorda de lo que estabas? Quítate la ropa.-Su tono de voz me da miedo, y tiene razón, si no me la quito me podría entrar pulmonía y morir.

-Date la vuelta... Y necesito una manta-veo como voltea los ojos y me tira una mantaa en la cabeza para luego cruzarse de brazos y darse la vuelta.

-No tardes- es lo único que llega s decir.

Me desnudo y tapó con la manta.

-¿Y tu no te desvistes?-pregunto.

-¿Tantas ganas tienes de violarme, niña?-pregunta burlón, a lo que yo volteo los ojos.

-Yo tengo un chaleco echo de plástico, no me mojo.-dice sonriéndome y quitándose la chaqueta.

Debajo de esta tiene otra camiseta en la que se le pueden notar sus fuertes músculos.

-Tendremos que dormir aquí hasta que pase la tormenta-dice mirando el cielo, asomando su rostro en la superficie y haciendo que al voltear a verme vea su cabello completamente mojado y revuelto, lo que me parece sexy.

La Chica De Fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora