Llegaba tarde al restaurante, me había perdido por las calles del estatus 7.Me lo imaginaba con días nublados y constantes fluviales ácidos, junto con un montón de fabricas adornando la gran contaminación.
Pero no era nada de lo que había imaginado, en absoluto.
Los días eran soleados y las calles estaban limpias y siempre con gente.
Las fabricas, según Maya, estaban a las afueras, pero esto era la ciudad, una hermosa ciudad siempre iluminada por faroles y limitada por un gran muro metálico.Di el discurso que prometí al presidente a las televisiones de todos los estatus, pero la gran mayoría sabia que mentía, y yo lo hice a posta.
Mentía genial,y no dejaría que alguien tan blasfemo pudiera si quiera controlarme.
Corrí por las inmensas calles, y entonces vi un chico de esbelta espalda y pelo negro.
Reconocía esos andares, pero a lo mejor era mi imaginación, casi todos los chicos de aquí tenían el pelo oscuro como la mismísima noche y una piel pálida como la nieve mas purísima.
El estaba de espaldas a mi, y ni siquiera se dio cuenta de mi presencia.
Sus manos estaban metidas en los bolsillos de su cazadora negra, realzando su pálida piel.Una sonrisa apareció en mis labios y corrí tras el.
—¡ Espera, espera!— Gritaba mientras corría tras el.El se giro, y al verle mi sonrisa desapareció.
En un intento fallido por frenar, note como caía y maldije mentalmente mi torpeza.
El me agarro y me acerco a el antes de que mi cuerpo se estampara contra el suelo.
El me agarraba firmemente de la cintura mientras yo tocaba sus bíceps.
Alce mi vista para encontrar sus ojos, y al verlos, mis mejillas se tiñeron de rojo, haciendo que el riese disimuladamente.
— Perdona...¿ Podrías ayudarme a encontrar el restaurante sun?— Pregunte intentando no ver sus ojos.
Me había hecho daño, el lo sabia, había envenenado lo poco que quedaba de mi pobre y maltrecho corazón.
No era vengativa, y me gustaba perdonar, pero aquello no implicaba para pensármelo, y pensar conllevaba tiempo, tiempo que no tenia.
Me acompaño y nos despedimos, al final, cuando llegamos, le di un abrazo.
El me iba a dar un beso en mis carnosos labios, pero gire la cabeza, haciendo que solo llegue a la comisura de estos.Noté como se tensaba, y sin ninguna despedida se fue.
Me quedé afuera varios minutos, esperando a que el volviese, pero no lo hizo, estaba sola en las soleadas calles del estatus 7.Al entrar al restaurante sun, uno de los mas prestigiosos restaurantes de nuestro mundo, mis fosas nasales se percataron de las delicias de aquel paraíso, y mis papilas gustativas saboreaban el cálido aire que llegaba de un sitio del que desconocía.
Al ver a Maya, me acerqué a ella y me senté.
Pedí un poco de vino a un camarero de no mas de 13 años que nos servía, y este me lo trajo en una elegante copa de cristal.—¿ De qué tenías que hablarme?— ella sabía que odiaba la lujosidad, y solo estaba aquí por escuchar sus palabras que daban total curiosidad a mi misteriosa mente.
— Se trata sobre Max— Al escuchar su nombre, mis músculos se tensaron y mi cabeza escuchaba su grave voz y sus ojos grises como espadas resplandecientes.
Los ojos de Max no eran como los de los demás del estatus 7, sus ojos eran de un gris claro, como la hoja de una daga, mientras que el de los demás de este estatus era de un color grisáceo pasando a celeste.
—¿Que pasa con Max?— pregunté intentando de que nadie se percatase de mi curiosidad hacia el.
— Verás, el presidente te quiere hacer daño, y se nota a kilómetros que le quieres.
Obligó a Max a hacer como si estuviera enamorado de una chica del estatus 1, pero lo hizo para salvar a su padre, entiendelo.— Okey, okey... Demasiada información.
Necesito... Necesito...
¿donde vive?— Aquellas ultimas palabras salieron de mis labios como si me las hubiese aprendido durante todos estos fríos e inhóspitos meses.— El vive en el bosque, pero nadie sabe por donde entra o sale de nuestra ciudad, solo lo sabía su madre y el, y ya que su madre no está, lo sabe el.— Asentí y, sin pensármelo dos veces, fui a buscar una salida de este lugar, tenía que encontrarle.
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La Chica De Fuego.
RandomLa Tierra no es lo que fue una vez. 1 reino, 10 provincias, 1 guerra, 1000 guerreros. Alex es la protagonista de la historia. Ella es fuerte, y lo único en que piensa es en dar de comer a su familia. ¿ Podrá arrastrar un reino en ruinas hacia la glo...