El Hijo Del Presidente Vol.1

Capítulo 11

Haber admitido para mi mismo lo que estoy comenzando a... sentir, aun me parece raro pensarlo, me había quitado un enorme peso de encima. Aun así el miedo y la incertidumbre siguen en mi, después de todo nunca había experimentado algo así. El problema es que no se, no tengo ni la menor idea de que hacer ahora. En mi vida nunca había tenido que lidiar con esto, con el enamoramiento, con el amor en general. Siempre había sido un hola, sexo y un adiós, y eso si llegaba a decir adiós. Nunca habían existido sentimientos envueltos en mis relaciones.

Pero a pesar de todo estoy casi tan seguro de sus sentimientos como de los míos propios, o al menos eso creo, pero no puedo acercarme y decirle que me estoy enamorado de ella y esperar que todo sea de color rosa a continuación... verdad? Si funcionara así la vida seria mas sencilla pero no lo es, dejándome con un nuevo dolor de cabeza: no tengo la menor idea de que hacer. Tal vez pueda preguntárselo a Rick pero estoy seguro de que lo colocaría en una posición muy complicada, como mi amigo y mentor me apoyaría y contestaría todas mis preguntas, pero como mi guardaespaldas y miembro del Servicio Secreto de los Estados Unidos de América de mi padre, tendría que intentar disuadirme, después de todo ella es la hija de Vicktor Belikov. Por lo cual Rick no es una opción para mis dudas.

La otra opción era preguntárselo a Adam o a Nico, pero aquello sería lo más vergonzoso que tuviese que hacer en la vida, no sabría cómo comentarlo y técnicamente lo estaría haciendo público al decírselo. Y mi padre esta totalmente fuera de consideración. Esto me esta sacando canas verdes de tanto preguntármelo cosa que tampoco me había pasado nunca antes suelo encontrar las respuestas a mis problemas fácilmente pero ahora... demasiadas primeras veces para mi gusto. 

Tengo miedo de verla pero también estoy más ansioso que de costumbre. Desde mi posición en mi circuito de trote puedo ver ya el punto junto al Espejo donde Nadya estuvo la mañana anterior. Acelero un poco más sintiendo el calor del sol comenzar a calentar las cosas, como los rayos llegan a pegar en mi espalda mientras avanzo más y más hacia Nadya. La sonrisa estúpida de siempre aparece en mis labios apenas la diviso. Lleva un vestido blanco hasta el suelo, creo que de pijama, de manga larga y un abrigo negro. Se ve ridículamente tierna. Apenas me ve sonríe igual que yo. Me entusiasma saber que esas sonrisas son para mi.

-Buenos días-saluda ella sonriendo cuando llego a ella

-Buenos días-sonrío yo tomando aire. Ella me tiende una botella de agua.

-Sabes he estado dándole vueltas a una idea-dice ella de repente mientras me siento-algún día saldré a trotar contigo

-Mmm, creo que hay algunos problemas con eso-comento yo mientras tomo un sorbo con suficiencia 

-¿Cuáles?-pregunta ella levantando una ceja 

-Primero, no te dejaría bajo ninguna circunstancia levantarte más temprano de lo que ya lo haces por mí-ella va a comenzar a discutir pero inmediatamente sigo-en segundo, te enfermarías, suele hacer un poco de frió y en tercero...no creo que puedas mantener mi ritmo-me burlo

Ella me da un codazo en las costillas mientras me rió contagiándola un poco de mi risa lo cual causa que me empuje un poco. Cuando nos quedamos sin risa Nadya me tiende unas galletas que inmediatamente muerdo. Ella salva el espacio que queda entre nosotros para apoyar su cabeza en mi hombro. Me produce unos agradables escalofríos mientras miramos como el sol sube cada vez mas. Tenerla así sin embargo borraba toda duda de mi cabeza. Esto es suficiente por ahora.

Nos quedamos en silencio comiendo las galletas y fruta que había traído mientras el sol iluminaba poco a poco el Espejo.

-Ahora que lo pienso-comento rompiendo el silencio-creo que nunca te vi entrar en el lago ayer.