Capítulo 18

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-Cuando...dijiste...sudar la camiseta...no creí...que lo decías...literalmente

Nico me mira con odio a través del espejo mientras levantábamos las barras con el peso a cada lado. Pues el si se lo tomo literal, su camiseta gris esta llena de manchas de sudor mientras que yo ya me había quitado la mía apenas comenzó a transparentarse la espalda, no lo force a seguir mi rutina.

-El efecto de holgazanear una semana Nico-comenta Adam desde su lugar en el banco mientras hace repeticiones de pecho igualmente sudado pero sin bajar el ritmo 

-Puede que estemos fuera de forma en todo caso-bromea Li mientras continua corriendo sin parar en la corredora al otro lado de la sala

-Guerra avisada...-comienzo sonriendo

-Cállate yanqui-me interrumpe mientras se sienta en el piso a tomar agua

Mi padre había convertido una de las habitaciones nuevas del subsuelo bajo la Casa Blanca en un gimnasio en miniatura, ventajosamente al ser nuevo, no teníamos que lidiar con la precaución que se tiene con las otras habitaciones y objetos que se encuentran en pisos superiores. El lugar es completo, aunque dudo que próximos presidentes lo usen demasiado tomando en consideración el promedio físico de políticos de Washington, para mi es igualmente la primera vez que uso las instalaciones.

Mis brazos arden, aunque el ardor logra distraer mi mente de tanto divagar sobre Nadya, en si las dos cosas hacen como una suerte de balance en mi cabeza para que no me concentre tanto en una de ellas. Ya habíamos cumplido dos horas y media sin descanso en el lugar por lo que el cansancio ya es obvio en todos.

Dejo mi barra en el suelo mientras me siento en una máquina de abdominales para tirar mi peso atrás y volver realizando el ejercicio sintiendo ahora el ardor en mí ya cansado estómago añadirse al ardor de mis brazos.

-Y hablando de guerras... ¿Cómo vas con la hija de los rojos?-pregunta burlón Adam también cambiando a una máquina de bíceps más cerca de Nico y de mi

-Pues excelente la verdad-admito sonriente ante el recuerdo de mi chica. Mi chica. ¿Está bien que la llame así? ¿O simplemente me atengo a la idea de ser su chico? ¿O ya puedo usar libremente el título de novios? Después de todo ya se lo pedí ¿no? -es maravillosa

-Claro que lo es, ¿no han visto su...-comienza Nico con su habitual sonrisa de cuándo va a hacer un chiste

Me detengo en la subida para acribillarlo con la mirada a través del espejo como advertencia, que ni se atreva en pensarlo, menos en decirlo en voz alta

-Cuidado-le advierto simplemente haciéndolo reír

-¿Y qué piensan hacer una vez esta cumbre acabe?-pregunta Li quien ahora esta en las barras

-No lo sé-admito mientras mis preocupaciones vuelven a mi, gracias chicos-me doy mil vueltas en la cabeza, pero no logro llegar a algún tipo de solución

-Pues que acepté...-comienza Adam deteniendo su ejercicio justo cuando alguien del personal entra en el lugar

-Señor Rousseau, señor Ming, señor Spencer, señor Harrison mil disculpas la interrupción-comienza la mujer desde la puerta, es una de las empleadas de la oficina de mi padre-sus padres desean verlos, quieren que los acompañen en sus almuerzos

-Genial, moría de hambre-anuncia el francés levantándose y encaminándose a las duchas

-Gracias, subimos en un momento-comento sonriéndole a la mujer quien asiente y sale-ahí va todo el ejercicio por la borda

El Hijo Del Presidente Vol.1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora