Quince minutos.
Quince minutos tomó para que Will se enfrentase a aquellos terroristas en la estación del subterráneo. El mismo tiempo había tomado al Presidente Harrison y a la Presidenta Rousseau el abordar un helicóptero y arribar al Hexagone Balard, el complejo de edificios que reúne al personal de las Fuerzas Armadas francesas en París, un complejo manejado por el Ministerio de Defensa de la República Francesa, el equivalente al Pentágono americano. Mientras caminaban hacia el Centro de Operaciones principal del edificio eran saludados por las decenas de hombres y mujeres de las fuerzas armadas de Francia, casi nueve mil trescientas personas de todas las ramas de defensa francesa que convivían en aquel edificio. Y ahora todas tenían un objetivo en común: salvar a William Harrsion.
Después de haber visto a su hijo ser capturado todo cambio para el Presidente Harrison. La situación en terreno estaba siendo manejada por la Prefectura de Policía de París y el Groupe d'intervention de la Gendarmerie nationale, la élite de la gendarmería francesa y una de las unidades antiterroristas más respetadas en el mundo, en cooperación con los elementos americanos en terreno. El americano conocía de su experiencia y méritos por lo que confiaba plenamente en que controlarían la situación tanto en la terminal de trenes como en el subterráneo. Su concentración estaba en lo que tenia que hacer como padre y como Presidente, haría su mejor esfuerzo para poner a salvo a su hijo. Había hablado ya con sus elementos de la CIA, el Departamento de Estado y el de Defensa. La situación era seguida en los Estados Unidos, Francia y el resto del mundo con las redes y los medios de comunicación sumados en un estado de caos ante el hecho sin precedente de que un miembro de la Primera Familia de la nación haya sido tomada como rehén. Las muestras de apoyo no se habían hecho esperar tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo, todos estaban dispuestos a ayudar en lo que necesitase el Presidente pero, sin embargo, eran conscientes de las probabilidades de que todo terminase en el peor escenario.
El Presidente era plenamente consciente de que su hijo podría morir si no actuaban rápidamente y de manera adecuada.
Al hablar con su Vicepresidente Eric Jewell ambos emitieron un comunicado conjunto reafirmando la estabilidad del gobierno sumado a una declaración expresa. La situación dirigida por el Vicepresidente respecto a lo acontecido en Corea continuaría sin ningún deferente mientras que él en persona encabesaría los esfuerzos por salvar la vida de su hijo. Aquellos bastardos acababan de cometer el mayor error de su vida al haberse metido con su familia. El los haría pagar uno por uno. Pagarían por cada una de las gotas de sangre que hicieron derramar a su hijo. Y si llegaran a hacer lo peor... los borraría de la fas de la tierra.
Cuando se habían levantado de la improvisada sala de control en los Elíseos todos los presentes, a pesar de su miedo y preocupación, notaron el cambio. David y Sophie asumieron nuevamente en su totalidad el rol y responsabilidades de su respectivas oficinas; para la francesa significaba el secuestro del hijo de un Jefe de Estado en suelo francés y para el americano una amenaza directa a la Seguridad Nacional de los Estados Unidos. Apenas Sophie comunico que ella y el Presidente se trasladarían al Hexágono para contactar con sus respectivos equipos de Seguridad Nacional Nico y Sam se pusieron de pie de inmediato negándose rotundamente a quedarse en el Palacio a esperar noticias.
-Mama no pueden esperar que estemos aquí sin hacer nada y sin saber nada!-reclamó Nico pero su madre continuo con su negativa. Miró a su padre en busca de ayuda pero este negó con la cabeza igualmente.
-Es nuestro amigo, nosotros....-comenzó Sam aun con lagrimas en los ojos notablemente ansiosa respecto a la situación.
-Los mantendremos informados de lo que podamos lograr, pero ahora tenemos que irnos. La situación se ha vuelto aun más grande de lo que ya era-respondió Sophie con una débil sonrisa de disculpa-Haremos todo lo posible, pero no podemos perder más tiempo Will depende de ello.
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El Hijo Del Presidente Vol.1
RomansaMi nombre es Will Harrison. Toda mi vida he lidiado con como las personas a mi alrededor me miran, a la primera ven a un joven atractivo, inteligente, confiado, divertido, algo narcisista, mujeriego... pero luego, y sobre todo lo demás, ven al hijo...