Abro los ojos sintiendo el cuerpo de Nadya aun en la poción en la que nos habíamos dormido tapados apenas con los lados de mi edredón. Ninguno de los dos había siquiera pensado en levantarnos para entrar en la cama, estábamos demasiado cómodos en aquel momento. Buso el reloj con la mirada, para mi sorpresa apenas son las ocho y mi cuerpo aún tiene el flujo de electricidad de la noche pasada.
Miro a Nadya quien duerme tranquilamente sobre mi pecho. Sonríe mientras duerme con el cabello aun des alborotado, pero igualmente hermoso, tiene pequeñas marcas de mis dientes y labios por algunas partes del cuello, puedo divisar la curvatura de su pecho descubierto por un poco de la colcha junto con una de sus piernas que se aferra a las mías. Ahora que lo noto me causa gracia que lo único que tengo cubierto sea la entrepierna como si fuese una escena de pos sexo en una película PG13.
Siento todo el cuerpo repleto de energía y electricidad, como si una descarga me hubiera tocado recientemente. Y creo que así fue, después de todo, todo había sido tan intenso que no me sorprendería que se volviera algo físico. Regreso a mirar a Nadya dormir abrasada tiernamente a mi brazo entrelazando nuestros dedos sobre mi corazón. No quiero bajo ningún motivo despertarla, se ve perfecta en aquella posición mientras duerme, ahora entiendo cómo pudo quedarse tanto tiempo mirándome dormir... verla tan tranquila, tan en paz es simplemente hermoso.
Tiene un cabello en medio del rostro por lo cual con mi mano libre me intento mover lo más despacio posible para quitárselo. Aun haciendo gala de mi elegancia felina al tocar su rostro siento como poco a poco va recuperando la conciencia antes de abrir los ojos. Sonrió aún más mientras se comienza a mover apenas. Cuando abre los ojos se encuentra con los míos, me mira unos momentos sonriendo y esta por besarme...antes de darse cuenta que apenas estamos tapados y seguimos desnudos. Yo me echo a reír ante su expresión y el hecho de que intente cubrirse un poco intentando estirar un poco más la colcha.
Logro zafarme para colocarme sobre ella poniendo parte de mi peso en mis brazos a sus lados mientras me las arreglo para quitar parcialmente la colcha de sobre nosotros, no me puede importar menos estar literalmente desnudo sobre ella. Nadya me sonríe un poco más pero aún la noto muy avergonzada. Me inclino para besarla suavemente en los labios correspondiéndome ella inmediatamente.
-Buenos días Luz-susurro en sus labios
-Buenos días mi Will-contesto ella
Suyo. Esa palabra manda escalofríos por todo mi cuerpo y me pone una ridícula sonrisa en los labios.
-Adoro que me digas así-sonrió yo-adoro que te pusieras roja al despertar también... y despertar así también-recalco señalando nuestros cuerpos
Vuelve a ponerse roja ante mis palabras haciéndome sonreír un poco más y ella me saca la lengua. Nunca nadie me ha sacado la lengua. De un movimiento rápido de mi pierna alejo ya por completo la colcha de nuestros cuerpos desnudándola completa. Ella inmediatamente se pone aún más roja antes de que yo me eche a reír. Tras ello la tomo del rostro y la beso profundamente.
-Anoche no pareció molestarte que te viera o tocara. Aquí, por ejemplo-digo acariciando su cuello-o aquí-toco suavemente la curvatura de su pecho-o aquí-acaricio su muslo izquierdo-y sobre todo aquí-digo tocando sus labios con los míos.
-Me da un poco de vergüenza-admite ella
-Te vi todo ayer, supera la vergüenza hermosa-bromeo yo-además tú me viste ya por cuarta vez? o es la quinta?... creo que estoy en pleno derecho de ver a mi chica como Dios la trajo al mundo después de la mejor noche de mi vida.
Ella me sonríe al tiempo que yo lo hago. Dios estoy loco por ella. Nadya levanta su brazo para enredar sus dedos en mi cabello antes de morderse el labio. La miro como diciendo que me diga lo que quisiera decirme o preguntarme
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El Hijo Del Presidente Vol.1
RomanceMi nombre es Will Harrison. Toda mi vida he lidiado con como las personas a mi alrededor me miran, a la primera ven a un joven atractivo, inteligente, confiado, divertido, algo narcisista, mujeriego... pero luego, y sobre todo lo demás, ven al hijo...