Capítulo 22

56 9 0
                                    

JESSE:

Después de que se fuesen Vanessa y James, David se quedo un rato conmigo en la cocina mientras Connah estaba medio dormido en el sofá. Después de una hora se fueron los dos y me quedé sola.

Empecé a limpiar los vasos que había a lo largo de la cocina y del salón. Recogí los cuencos de palomitas y lo ordene todo un poco. Justo cuando me senté para darme un respiro se abrió la puerta y entraron Brenda y Theo, cogidos de la mano.

Theo me saludó y subió al piso de arriba y Brenda se quedo abajo, conmigo. La miré atónita mientras se sentaba a mi lado.

- ¿Qué miras?- pregunto con una sonrisa en la cara.

- Hum... no se por ejemplo...¡QUE MI HERMANO A ENTRADO AGARRADO DE LA MANO DE MI MEJOR AMIGA!- grité moviendo los brazos como una loca.

- Eh eh, Relájate neni. Te lo cuento todo.

- Hombre, más te vale...- dije poniendo los ojos en blanco.

- Pues a ver...- dijo mientras se colocaba mirando hacia mi y metiéndose mechones sueltos detrás de las orejas.- Viste que me besó involuntariamente en el juego, ¿no?- asenti y continuó.- Vale, pues después fuimos a dar una paseo e íbamos demasiado juntos. Nuestras manos se iban rozando, hasta que me tropecé y casi me caigo de boca, pero él logró cogerme antes de caerme. Nos quedamos en plan, escena de película, y se fue acercando poco a poco y nos besamos.- Junte las manos como si fuese una niña chica a la que acaban de traerle un regalo.- Más tarde, después del beso, pues fuimos cogidos de la mano y se me declaró. Me dijo que me quería y que pensaba que estaba llegando a volverse loco si le decía que no. Claramente, yo le dije todo lo que yo sentía por él y le dije que si. Nos besamos y nos dimos un abrazo y volvimos a casa... y todo, hasta ahora.

Primero, me quedé sonriendo como una tonta hasta que salté encima de ella en el sofá chillando como una loca. Y estallamos a carcajadas hasta que llegó Theo, con su pijama de Batman.

- ¿Qué os pasa, locas?- preguntó asomado desde la escalera.

- ¡Hermano!- grité y fui corriendo hacia él para darle un abrazo.- Ya no me cuentas nada jo. ¡Enhorabuena, por fin!

- Te lo iba a contar todo hermanita pero creo que alguien se me adelantó. Gracias por todo Jess.- me dijo aún abrazados.

Me separé y contemple a Brenda y a Theo. ¡Hacían la pareja perfecta! Eso no iba a acabar nunca, o eso espero, después de toda la lata que me ha dado Theo con Brenda y viceversa.

DAVID:

Una hora antes.

Salí de casa de Jesse y comencé a caminar hacia mi casa. Ya era de noche así que las calles sólo estaban iluminadas por las farolas.

Cuando llegué a mi calle, que no había ni un alma allí, primero pasé por la casa de Vanessa, que vive al principio de la calle, mientras que yo, al final.

Vi todas las luces encendidas así que supuse que James la trajo. Y de repente, vi una sombra caminando dándole patadas a una piedra. Estaba en la otra acera y no podía verle la cara porque estaba mirando al suelo y con la luz de la farola, su rostro quedaba bañanado en las sombras.

Entonces, vi otra sombras más, saliendo de una matorral y empezó a acelerar el paso hasta la primera persona. Cuando llegó hasta él, el primero se quedó inmóvil y el otro le agarraba muy fuerte del brazo.

La primera persona, levantó su cara pálida y vi que era James. Y el otro llevaba la capucha puesta, vestido entero de negro.

Comencé a avanzar desde la otra acera, y crucé sin que se diesen cuenta y me escondo detrás de una casa. Y desde ahí vi que el ladrón le registraba todos los bolsillos posibles de James. Éste le dio su cartera y el ladrón se giró mientras buscaba el dinero en ella.

Ese era mi momento, mientras James me miraba y el ladrón estaba de espaldas, troté hasta ellos de puntillas.

James ya vio que era yo y me iba a decir algo, pero levanté mi dedo índice hacia mi boca, haciendo un gesto para que no hablara.

Me coloqué detrás del ladrón y puse mi brazo alrededor de su cuello, éste se quedó tenso con la cartera temblando en su mano.

- ¿Me devuelves eso?- le susurré en el oído. Pero este no dijo nada, en cambio, la cartera temblaba cada vez más.- ¿Me has oído?- como no se movía lo volví hacia mi y le bajé la capulla.

Era un chaval de unos catorce o quince años. Estaba acojonado, se le notaba. Con el rostro pálido, vi que se llevaba la mano a su bolsillo dónde sobresalía el bulto de una navaja.

- Ni se te ocurra, chaval.

- No me das miedo, tío.- después de eso, le agarré de la muñeca y alce una ceja.- Suéltame.

- Dame la cartera.

- Primero, Suéltame y después te daré la cartera.- intentó negociar, lo que no sabía este chico era que siempre gano yo.

- Antes, la cartera y te dejaré en paz.

- ¡No!- gritó el chiquillo. Entonces, le retorci la muñeca y se la coloqué en la espalda, haciéndole girar.

Se le escapó la cartera de la mano, James fue corriendo y la cogió. No solté al chico hasta que le solté un puñetazo en la mandíbula.

Salió corriendo.

- Gracias tío de verdad.- dijo James.

- No hay nada que agradecer James.

- Claro que si, David. Sé que al principio no encajamos... pero la verdad que no eres mal chaval y en el fondo me caes bien.- dijo con una sonrisa amarga.

- En el fondo, yo no te odio.- solté una carcajada.- Pero tampoco me caes bien, simplemente, me caes.- sonreí.

- Bueno, eso... ¿es bueno, no?

- Ajá.

- Gracias otra vez David.- dicho eso extendió una mano entre los dos.

- De nada.- Le di la mano y más tarde una palmadita en la espalda.- Ten cuidado.

- Si. Hasta pronto.

- Adiós.

Veo que todo vuelve a su sitio, con calma. Espero que esta calma dure un tiempo. Demasiado me ha costado llegar hasta aquí.

☁En las nubes☁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora