1. Ocho días antes del día D

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Mr Brightside - Mcfly (cover)

Luca

Juego con el fondo de la cerveza mareándola de derecha a izquierda y de izquierda a derecha. El tintineo se ha metido en mi oído y lo cierto es que por ratos dejo de escucharlo. De fondo escucho voces: Dan y Leila no dejan de hablar de cosas que no me interesan lo más mínimo.

- Luca, ¿puedes parar? – me implora Leila -. Por favor, me estás poniendo nerviosa.

Miro hacia Leila desconcertado elevando una ceja. Me sonríe con un gesto descansado – bastante fingido – y me señala la botella con sus largos dedos. La suelto de golpe acertando en el punto justo para que se balancee un poco pero que no llegue a volcar.

- Gracias. ¿Y tú qué tal? ¿Cómo llevas los exámenes? – me pregunta ella en tono amable.

- Los voy llevando, sin más.

- ¿Eso es una respuesta de verdad?

- Claro, no sé qué quieres que te diga. Cuando empiece a estudiar te lo diré.

- ¿Cuándo empieces a estudiar? ¿No has empezado?

- No.

- ¡Oye! ¿De qué vas? Queda exactamente una semana para empezar los exámenes y tú... ¿no has empezado? ¿Qué mierda?

- No lo he hecho, no me agobio Leila. Son exámenes. Exámenes y punto.

- Exámenes que necesitas aprobar para poder pasar al próximo año, ¿no te das cuenta?

- Los pasaré, no te preocupes.

Me apoyo sobre el respaldo de la silla y me saco un pitillo de la cajetilla roja. Me lo enciendo con calma y lo miro mientras se consume.

- Oye – me dice Dan -. ¿Esa pitillera es tuya?

- No, es de Sara – le responde Leila sin dudarlo. Y tiene razón -. Escucha... ¿hablas algo con ella?

- ¿Por qué me preguntas? Estoy seguro de que tú sí que lo haces a menudo y ella te ha dicho que nunca hablamos, ¿me equivoco?

- Yo... lo siento, Luca. Llevo varios días intentando hablar contigo de esto pero no hay quien te saque ni media palabra.

- La curiosidad mató al gato.

- Eh, no es curiosidad. Me preocupo por ti. Tienes muchas ojeras, estás más pálido que nunca y el hecho de que salgas de casa ya es motivo de celebración, creo que es normal que me preocupe por... Mierda, el móvil – dice tocándose el bolsillo -. Espera. ¿Sí?

Cambia el gesto y mira hacia mí justo antes de alejarse de la mesa para hablar. ¿Será Sara? ¿Y por qué cojones se aleja? ¿Piensa que no podría soportarlo? Menuda amiga. Vale que lo estoy pasando mal, pero no soy un niño pequeño.

Lei vuelve de la calle con una sonrisa para mí bastante fingida y se vuelve a sentar al lado de Dan. Él le saca un tema de conversación banal y eso es la gota que colma el vaso.

- ¿Quién llamaba? – pregunto con el tono más neutro que puedo emitir.

- Ah, nadie. Vaya, alguien sí, por supuesto. Era Cosima, habíamos quedado a la noche y quería saber si seguía el plan en pie.

- Vaya, a mí me ha parecido escuchar la voz de Sara – miento.

- Mierda, lo siento. Era Sara. Joder... lo siento por engañarte, Luca, de verdad, pero no sabía cómo te lo tomarías.

Ropa por romper: TORMENTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora