7. Dos días antes del día D.

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Adventura of a lifetime - Colplay

Luca

Mierda. El dolor de cabeza me está matando. No sé ni tan siquiera a qué hora llegué ayer a casa y mucho menos sé cuántas horas he dormido pero... mierda. Mierda y más mierda, estoy seguro de que ayer estuve hablando con Sara y creo que eso preferiría haberlo borrado de mi mente. Lo recuerdo como algo bastante vergonzoso y... para eso no lo recuerdo al cien por cien, así que no quiero pensar en cómo fue en realidad.

Busco el móvil en la mesilla de noche y no lo encuentro, así que me arrastro como puedo hasta los pies de la cama y lo busco en los bolsillos del pantalón donde...¡bingo! Lo encuentro. Son las doce de la noche... las jodidas doce de la noche. Ahora en serio, ¿a qué hora llegué ayer?

La pantalla brilla y un par de mensajes de Dan están reclamando mi atención. Joder, Dan y Lei. Ayer... mejor dicho, anteayer, me porté como un imbécil con ellos también. Le respondo al mensaje tan rápido como puedo y le pregunto si han cenado, a lo que me responden que van a salir ahora. Les aviso de que iré a por unas pizzas y tan pronto como puedo, me visto y salgo a por ellas.

Cuando llego a la habitación ambos parecen estar haciendo un bonito esfuerzo por mantener una actitud tranquila y para nada reprochadora, algo que les agradezco en cierto modo pero que sé que no me merezco.

- Tíos, lo siento – arranco cuando por fin empezamos a cenar.

- No, espera – dice Lei -. Yo lo siento. No fuimos capaces de ver tu posición tal y como realmente era. Fue injusto por nuestra parte.

- No, de verdad. Vosotros no tenéis culpa de mis problemas, el único culpable aquí soy yo y tengo esa gran manía de pagarlo con los demás.

- Además – sigue Dan -, no éramos conscientes de todo lo que estaba haciendo Cosima. SI lo hubiéramos sabido...

- Si lo hubiese sabido antes te aseguro que le habría dicho todo a Sara y habría venido aunque tan solo fuera a arrastrarla por los pelos – sentencia Lei -. Aunque después probablemente se habría ido, pero después de atacarla, creeme.

No puedo evitar reírme ante el comentario de Lei y ella me sonríe cómplice. Dejo mi trozo de pizza sobre el cartón de la caja y me levanto del sofá para estirar las piernas.

- He hablado con Sara.

- ¿Has qué? – dice Lei ahogando un grito-. Pero...¿cómo?

- Por teléfono.

- Ya, pero que cómo... ¿por qué?

- Mi yo borracho no fue más pasional que racional y no pudo evitar llamarla, para ser sinceros...

- ¿Y?

- ¿Te acuerdas de algo? – me pregunta Dan al tiempo que su novia le da un codazo.

- Sí, de la mayor parte de las cosas de las que hablamos.

- ¿Y qué te dijo?

- Que está bien, que no me odio, que ya no está enfadada. Pero que no puede volver. Que está intentando rehacer su vida aunque les está costando un poco. Que debería hacer lo mismo, que quizás me vendría bien un cambio de aires, retomar cosas, dejar otras...

- ¿Y qué vas a hacer?

- Coger su consejo y usarlo.

- ¿Y con eso que quieres decir? – pregunta Dan alzando una ceja.

Ropa por romper: TORMENTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora