Capítulo 6
-No puedo creer que te arrestaran, o sea, de Ryan me lo esperaba, pero de ti no. -Dice Vicky negando con la cabeza. -Qué mala influencia que tengo por amiga. -Dice en broma.
Las dos estábamos sentadas en un banco del jardín de la universidad esperando a que nuestras clases comenzaran.
-No exageres, Vic, tan solo fueron un par de horas.
- ¡¿Que no exagere!? Amiga, no quiero que te juntes con Ryan, es una mala influencia para ti.
-Tranquila, sabes que no me cae bien. -Contesto
-Ya, pero como te conozco sé lo que pasara luego.
-No Vicky, nada de lo que estás pensando va a suceder.
-Si tú lo dices... -Murmura.
-Esta tarde tengo entrenamiento. ¿Vendrás a verme? -Decido cambiar de tema.
-Ojalá pudiera, pero tengo que ir a los establos.
-Oh, a mí me gustaría ir un rato si tengo tiempo.
-Vale. -Me dice sonriendo. -pues si vas me verás ahí. Y a lo mejor ves a tu niño misterioso. -Sube y baja las cejas.
-Mira que eres tonta-Me río. -De eso fue hace como cuatro años, no seguirá por aquí.
-Quizá podríamos buscarle. Si me dijeras su nombre o... -La interrumpí
-Sabes que no me dijo su nombre, solo me salvo de esa serpiente y tranquilizó a Hope.
-Bueno, a lo mejor algún día le encontrarás.
-Quién sabe. -Me encojo de hombros. -Aunque será difícil que me reconozca, sabes que antes estaba gorda. -Vicky suspira, sabe que no la gusta que diga que estaba gorda.
-Vamos amiga, no pierdas la esperanza nunca. Y no estabas gorda. -Se levanta del banco, ya es la hora de nuestra siguiente clase. -Luego nos vemos.
Cada una se va a su clase correspondiente. Vicky estudiaba veterinaria y yo estudiaba derecho, como lo habían hecho mi hermano y mi padre.
Mi profesor de leyes llegó y empezó a dar su clase. No pude concentrarme, estaba pensando en la conversación que había tenido con Vicky. Ese chico misterioso (como lo llamaba mi amiga) desapareció ese día, fue como si se lo hubiera tragado la tierra, no volví a verle más por los establos, y si le vi alguna vez no me di cuenta, siempre que voy a los establos es para dejar de pensar en las cosas malas de mi vida, y esos momentos fueron los peores, solo iba cuando los niños de la escuela se metían conmigo. Por eso me apunte a patinaje artístico, gracias a eso pude bajar de peso, también deje de dar clases en la escuela y empecé a darlas en mi casa con un profesor particular. Esos momentos fueron de los peores de mi vida, sin duda. Nunca se borrarán de mi mente.
Sin darme cuenta, la clase ya había terminado, recogí mis cosas y salí del aula, cuando crucé la puerta me choqué con un cuerpo duro, haciendo que mis libros que llevaba en las manos se cayesen.
-Perdón. -Murmuro agachándome a coger mis libros.
-Hombre princesa, sé que me deseas, pero no hacía falta que te chocases conmigo para llamar mi atención. -Levanto mi vista para encontrarme los ojos marrones de Ryan.
-Ha sido sin querer. -digo en voz baja. Ryan me intimidaba cuando estaba tan cerca. Me saca como una cabeza y media. Tiene que medir como un metro noventa y tantos. Valdría para jugar en la NBA.
-Bueno, princesa, me gustaría quedarme un rato más a hablar contigo, pero tengo prisa. -Dice y se acerca a una rubia teñida. Claro que tenía prisa, esa rubia le estaba esperando para hacer cosas que no quiero ni imaginarme. Maldito mujeriego.

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Rebecca Robinson
Подростковая литератураRebecca no ha tenido una vida fácil, Ryan tampoco. Sus vidas cambian por completo cuando se conocen; una chica que buscaba su príncipe azul y un chico que no creía en el amor. ¿Qué pasaría si Ryan Black, el mujeriego, se enamorara de la tímida e i...