Capítulo 22

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Capítulo 22

- ¿Rebecca? ¿Ryan? ¿Seguís ahí dentro? –Pregunta mi padre intentando abrir la puerta, pero ésta está con seguro.

¿Desde cuándo Ryan había puesto el seguro a la puerta? Yo recuerdo no haberlo hecho y en ningún momento he visto a Ryan echarlo.

-Mierda. –Susurro.

Ryan suelta una risa al escucharme decir eso. Le miro mal haciendo que ría mal.

-Princesa, enfadada te ves muy graciosa. –Ruedo los ojos.

Oprimo mis ganas de pegarle una gran paliza a Ryan, porque, claramente, ¿qué le haría yo a él? Ni si quiera un pequeño dolor le harían mis puños.

-Oye, ¿por qué está echado el cerrojo? ¿Rebecca estás bien? –Pregunta mi padre desde fuera. Aún está intentando abrir la puerta.

Ryan vuelve a acercarse a mí, poniendo sus dos manos en mi cintura y así impidiendo que abra a mi padre.

-S... Sí. –Contesto nerviosa.

- ¿Segura? Suenas nerviosa.

Maldición.

Maldito Ryan, juro que le odio.

-Ryan, suéltame para que pueda abrirle, por favor. –Le susurro.

Él niega con la cabeza sonriendo.

Se está divirtiendo con esta situación, mientras que a mí me está poniendo muy nerviosa.

-No te voy a soltar hasta que me des un beso. –Dice.

No me gusta que mi padre esté intentando entrar al baño, donde estamos Ryan y yo demasiado cerca, donde yo estoy a punto de ser besada por él.

Me pongo de puntillas y me acerco lentamente a su boca. Él cierra los ojos e inclina su cabeza esperando el beso en su boca, en cambio mis labios se dirigen a su mejilla, dejando un suave y lento beso allí.

Me separo de él y veo que ya ha abierto los ojos, me mira con el ceño fruncido, pero a la vez divertido.

- ¿Qué beso ha sido ese, princesa?

Unos golpes en la puerta hacen que quite mi mirada de la suya.

-No has especificado dónde querías el beso, Black. –Le contesto.

Él suelta una carcajada y me da un pico haciendo que me sonroje.

No puedo creer que con un simple roce de Ryan ya me ponga más colorada que un tomate.

- ¡Mira juro que como no abráis la puerta la tiro abajo! –Grita mi padre. - ¡¿Me oís?!

-Será mejor que salgamos. –Murmuro mirando al suelo.

Ryan me suelta la cintura y no veo la hora en salir de aquí.

Quito el seguro de la puerta y la abro, encontrándome a un padre muy enfadado detrás de ella. Él no me mira a mí, sino a un punto detrás de mí, a Ryan.

-Como la hayas hecho algo te voy a... -Empieza a decir mi padre, pero le interrumpo.

-Papá, no me ha hecho nada, solo me ha curado.

Mi padre observa a Ryan y frunce más el ceño.

-Tiene pintalabios en su mejilla. –Lo señala. Lo miro y mi padre tiene razón. Demonios, en qué hora le he dado aquel beso. -Por eso tardabais más en abrir. Pretendes aprovecharte de ella, ¿me equivoco? –Mi padre sube la voz. Pongo las manos en su pecho para evitar que avance hacia el chico que está detrás de mí. - ¿Sabes qué, hija? Ya no vivirás en su apartamento, sabía que era mala idea dejarte con un chico sola. –Suspiro aliviada. Menos mal que mi padre ha cambiado de opinión respecto a eso, no quería compartir piso con Ryan, porque tendríamos que compartir habitación y, por ende, cama. –Llamaré a tu hermano para que vuelva a conseguir tu antiguo apartamento.

Rebecca RobinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora