Capítulo 14

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Capítulo 14

- ¿Es que ahora no puedo subir a tu piso? –Alza una ceja. Está apoyado en el umbral de puerta, con los brazos cruzados y con esa sonrisa que mata a cualquiera. He de reconocer que se ve muy sexy con esa camisa blanca de manga corta y los vaqueros negros rotos que le hacen ver como un chico malo.

-No te he invitado a subir. –Le miré con una ceja alzada, como él.

-Bueno. –Se encoje de hombros. –Tengo que vigilarte.

-No voy a volver a hacerlo. –Le contesté. Había prometido no volver a hacerlo, no desde la charla que había tenido con esa psicóloga. –Lo he prometido.

- ¿Por qué no has querido irte con tu padre y tu hermano? –Preguntó de repente.

-Digamos que... Déjalo. –Negué con la cabeza. - ¿Nos vamos? –Le pregunté cogiendo mi maleta. Él asintió y los dos salimos de mi apartamento. Entramos al ascensor y Ryan dio al botón de la planta baja.

Cuando llegamos a su departamento, Ryan dejó mi maleta en una habitación mientras yo me fui a sentar en el sillón.

El piso de Ryan era igual que el mío, solo con un dormitorio, la cocina, un baño y un pequeño pero acogedor salón.

Espera. Oh mierda, tan solo un dormitorio. Muero.

-Ryan... -Le llamé. - ¿Dónde voy a dormir? –Ryan pareció pensárselo un poco, se sentó a mi lado en el sofá y me miró.

-En mi cama.

- ¿Y tú? –Pareció pensárselo de nuevo y luego una sonrisa apareció en su rostro.

-Contigo. –Respondió al final.

-No. –Negué. –No voy a dormir contigo.

- ¿Por qué no, princesa?

-Porque no Ryan. No pienso dormir contigo. Ni en sueños.

- ¿Por qué te niegas? –De repente estaba muy cerca, demasiado. –Algún día estarás deseando follar conmigo, princesa. –Susurró. Le miré asqueada.

-Ni en sueños haría algo contigo. –Murmuré evitando mirarle.

-Oh, princesa, en sueños ya lo has hecho. –Dios mío... cada vez está mucho más cerca.

-Ryan... Aléjate, por favor. –Puse mis manos en su pecho intentado alejarme de él, pero no se movió.

-Princesa, ambos sabemos que deseas besarme. De nuevo.

Y sin decir nada más, me besó.

Y oh por Dios, sí que estaba deseando que me besara.

Esto se siente tan bien, pero a la vez tan mal...

-Ryan... -Murmuré cortando el beso. Pero él volvió a juntar nuestros labios. –Ryan deja de besarme... -Me separé de él y abrí los ojos. Luego los abrió Ryan y me miró con el ceño fruncido.

- ¿Por qué no dejas que te siga besando?

-Porque no. No quiero que me beses, ni que me toques. –Me levanté del sofá y salí corriendo del apartamento. Bajé a la calle y corrí por la acera intentando no chocarme con nadie.

- ¡Rebecca! –Mierda, Ryan me venía pisando los talones. - ¡Becca espera! –Seguí corriendo, pero alguien me cogió de la muñeca girándome para verle.

-Déjame Ryan. –Murmuré.

-No hasta que me digas por qué no me quieres besar.

-No te lo voy a decir.

Rebecca RobinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora