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Cuando el comisario Bowman llegó a la comisaria, ya le esperaba el agente Cody Meyer. Procedía de Phoenix, Arizona. El comisario le hizo pasar a su despacho.

-Agente Cody Meyer...- dijo el comisario mientras ojeaba su expediente.

-Ese es mi nombre- respondió el chico.

-A pedido el traslado desde Phoenix. ¿Qué le trae a Charleston? ¿Tiene familia aquí?- le preguntó intrigado el comisario.

-No. He venido por... ¿el clima?- aseguró el agente en tono de burla.

-El clima... muy gracioso. Veo por su expediente que ha tenido problemas con su superior, el comisario Curtis. ¿Le cuesta tolerar la disciplina?

-No, ese no es el problema. Yo soy policía y no vengo al trabajo a hacer amigos y eso, algunas personas, no son capaces de entenderlo- se defiendió el agente Meyer.

-No está casado, no tiene hijos ni nadie a su cargo y no pretende caerle bien a los demás... creo que tengo el trabajo perfecto para usted- aseguró el comisario asintiendo con la cabeza.

Cody le respondió con una falsa media sonrisa mientras esperaba a recibir instrucciones.

-Meyer, vas a infiltrarte en la Academia Perkins. Simularás ser el nuevo profesor de literatura. Necesito que te afeites cada día y vistas pantalones de pinza, suéter y camisas discretas. Tal vez unas gafas de pasta... sí, eso te vendrá bien. La agente Kelley será tu enlace con la policía. Quiero que le indiques tú talla de camisa, pantalón y zapatos. Por tu aspecto no creo que tengas la ropa adecuada para realizar la misión. Sé té asignará un apartamento para encubrir tu tapadera. Kelley te facilitará libros y guiones de clase, para más información consulta a través de la red.
A partir de mañana serás Spencer Lawson. Aquí tienes tu documentación y el expediente, incluye tu currículum como docente. Además te hemos creado una huella digital ficticia por si desde la academia quieren indagar en internet acerca de ti.

Antes de darle opción a intervenir, la agente Bianca Kelley entró por la puerta del despacho y, al observar al agente Cody Meyer, hizo una mueca de disgusto.

-¡Comisario Bowman! ¿Está de broma?- protestó la agente al ver al elegido para infiltrarse en la academia.

-¿Tienes algún problema, nena?- Preguntó Meyer con soberbia.

-¡Yo no soy tu nena, capullo!- exclamó la agente pasando un mechón de su larga y morena melena detrás de la oreja- Tú no tienes pinta de profesor. Ni siquiera eres capaz de hablar correctamente. ¡Esta misión está abocada al fracaso!

-¡Callaros de una vez!- gritó con autoridad el comisario- Tú- dijo señalando al agente Meyer- vete al apartamento que te servirá de tapadera y déjate ver. Después échale un vistazo a esos libros y prepara la clase de mañana y tú- dijo señalando a la agente Kelley- vete de compras y haz que este tío parezca un puto cerebrito.

Tras el sermón del comisario, los agentes salieron de su despacho intercambiando miradas de desprecio. No se podían ni ver, pero estaban condenados a entenderse.

El agente Cody Meyer se instaló en el apartamento del que sería su alter ego, Spencer Lawson. A continuación, ojeó el dossier que le habían facilitado y preparó su papel para el día siguiente. Tras empezar a leer uno de los libros con los que tenía que trabajar se planteó si no hubiese sido mejor que le destinaran a tráfico.

Para cuando la agente Bianca Kelley le mostró su nuevo vestuario, le acabó de arruinar el día. ¿Él va a tener que lucir esas pintas?

Maldiciendo por el trabajo que le tocaba desempeñar, echó a la agente Kelley de su nuevo hogar. Ella se marchó dando un portazo. Necesitaba tranquilidad para asimilar la avalancha de información que tenía que procesar... y, tal vez... un whisky doble.


SEDUCIENDO A MI PROFESORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora