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➴ 𝐋𝐨𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬, 𝐈𝐧𝐠𝐥𝐚𝐭𝐞𝐫𝐫𝐚; 𝟐𝟐 𝐝𝐞 𝐝𝐢𝐜𝐢𝐞𝐦𝐛𝐫𝐞 𝐝𝐞𝐥 𝟐𝟎𝟐𝟏.

—Hasta dentro de dos semanas, ¡y felices fiestas!

Risueña, con el espíritu navideño invadiendo cada poro de su piel, se alejó del British Museum. Oficialmente, sus vacaciones de Navidad acababan de iniciar; dos semanas de desconexión, chocolate caliente, películas de Santa Claus y...

I don't want a lot for Christmas; there is one thing I need; I don't care about the presents underneath the Christmas three. I just want for my own; more than you could ever know; make my wish come true; all I want for Christmas is you.

...canciones navideñas. Mentalmente, cuando la melodía de I want for Christmas is you de Mariah Carey llegó a oídos de Ash, comenzó a tararearla. Los villancicos eran su placer culpable; le transmitían paz y la ponían de buen humor.

—Ojalá poder vivir una Navidad permanente —formuló fascinada para sí misma, parándose a contemplar cómo las grises y vacías avenidas de Londres se habían teñido de colores y luces.

—¿Y renunciar al calor, a la playa, a la piscina y al sol? Ojalá poder vivir un verano permanente, Graciel.

Primeramente, cuando escuchó cómo su comentario obtenía una contestación, se sobresaltó; pero, cuando logró distinguir a quién pertenecía aquella voz, sonrió. Sin eliminar la felicidad que se encontraba plasmada en sus facciones, buscó al dueño de aquella —a su parecer, errónea— declaración. Unos metros a su derecha, entre el rebumbio de viandantes, se hallaba Tom, uno de los mejores amigos de Harvey —y, por consiguiente, también de Ben— y buen amigo suyo.

—Pensé que los años te habían hecho mejorar el gusto, pero...veo que no.

—Opino lo mismo de ti, Ashley —formuló jocoso antes de aproximarse a la más joven y saludarla debidamente, con un abrazo—. ¿La Navidad antes que el verano?

—¿El calor y los mosquitos antes que I want for Christmas is you y Santa Claus?

—A Mariah Carey aún la tolero, ¿pero las compras navideñas? —con repugnancia, señaló las bolsas que cargaba. Ya de por sí, detestaba recorrer tiendas y comprar regalos; y en una época como la Navidad ese odio se incrementaba—. ¿Te invito a merendar?

—Por muy tentadora que sea la proposición, yo también tengo que hacer compras navideñas —a diferencia de Thomas, a ella le entusiasmaba la idea de comprar regalos de Navidad—. Sé que no es comida, y que lo detestas, ¿pero me quieres acompañar?

Ante la oferta de Ashley, Tom esbozó una sonrisa. Hacía aproximadamente cuatro meses —desde su vuelta a tierras inglesas— que no veía a la pequeña de los Diack; pasar un par de horas junto a ella, aunque fuese recorriendo tiendas, no podía rechazarlo.

—Espero que me lo compenses con una taza de chocolate caliente —advirtió, exponiendo así que su respuesta a la cuestión formulada por Ashley era sí.

—Si me eres de ayuda para saber qué comprarle a Harvey, te invito a un chocolate caliente y a que quieras —decretó, retomando de nuevo la marcha.

—Saber qué regalarle a tu hermano es misión imposible; pero intentaré proporcionar ayuda —formuló—. La primera parada, ¿cuál es?

Quedaban dos días para Navidad y, como de costumbre, Ashley aún no había comprado ni un solo regalo. Ni para sus padres, ni para Leah y Amelie, ni para Harvey, ni para el trío americano que se hallaba al otro lado del Atlántico y, mucho menos, para Benjamin. Pero sabía con exactitud cuál debía ser la primera parada de la tarde; pues solo tenía claro el regalo de cumpleaños/Navidad de Chilwell.

𝑺𝒕𝒓𝒂𝒏𝒈𝒆 // Bᴇɴ CʜɪʟᴡᴇʟʟDonde viven las historias. Descúbrelo ahora