𝑺𝒕𝒓𝒂𝒏𝒈𝒆 // Bᴇɴ Cʜɪʟᴡᴇʟʟ

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➴ 𝐋𝐨𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬, 𝐈𝐧𝐠𝐥𝐚𝐭𝐞𝐫𝐫𝐚; 𝟑𝟏 𝐝𝐞 𝐞𝐧𝐞𝐫𝐨 𝐝𝐞𝐥 𝟐𝟎𝟐𝟏.

—¿Ya has hecho la lista de propósitos para año nuevo?

Cuando la voz de Harvey logró perturbar su paz, cerró el libro que estaba leyendo y lo colocó sobre su regazo. Risueña, llevó la mirada a la puerta de su habitación. El mayor se localizaba apoyado contra el marco, ya preparado para la cena de fin de año.

—Mis propósitos siempre eran: empezar a hacer deporte, llevar una dieta saludable, dejar de morderme las uñas en situaciones de estrés... —comenzó a enumerar los objetivos marcados para el inicio de un nuevo año—. Al final nunca cumplía ninguno; así que este año, como único propósito, voy a marcar el entrar en el máster; y si no, ascender de recepcionista a guía en el museo.

Ante la declaración de la pequeña, Harvey esbozó una sonrisa. Él había vivido en persona la decepción de su hermana cuando rechazaron su solicitud de máster en EEUU; pero estaba convencido de que el próximo curso lograría seguir con su meta de conseguir la titulación de profesora de historia.

—¿Tú has hecho una lista de propósitos?

—Que no me despidan del trabajo es mi único propósito —formuló con gracia. Bajo la mirada de Ashley, se aproximó a la cama, donde Napoleón descansaba sobre un cojín—. ¿Y esa guitarra, es nueva?

Con un gesto, señaló el instrumento que descansaba sobre el colchón. Había sido el regalo que Ben le había hecho por Navidad; el mismo que la había hecho llorar de manera descontrolada.

—Un capricho; cortesía de mi primer sueldo —mintió. Deseaba contarle la verdad de la procedencia de aquella guitarra; pero no aquel día.

—¿Cuándo has vuelto a tocar? —la última vez que había visto a su hermana con una guitarra entre sus manos había sido antes de irse a estudiar a Estados Unidos; le sorprendía y a la vez le emocionaba ver que recuperaba viejas costumbres.

—Hace poco más de un mes. Una oleada de nostalgia, supongo —mentiras y más mentiras—. ¿Has visto el regalo del amigo invisible?

—Una camiseta de Mason Mount y una entrada para el partido del Chelsea contra el Manchester City; tu amigo invisible sí que sabe —formuló divertido. Que el centrocampista del Chelsea era novio de Leah era la única verdad que no le había ocultado a Harvey, ni el amigo invisible que su compañera de piso había organizado; aunque la presencia de Ben, evidentemente, no había sido mencionada en ningún momento—. Oye, ¿volverás a solicitar el máster en Estados Unidos?

La duda formulada por el mayor la había tomado desprevenida; desde que la habían contratado en el museo, había aparcado el tema del máster a un lado.

—Supongo que lo solicitaré aquí; me sale más barato y... —y estaba Ben—. Aunque estoy pendiente aún en alguna Universidad de Estados Unidos; así que no sé qué responderte. ¿Por qué?

—Porque me gusta tenerte aquí —admitió. A Ash también le gustaba estar en Inglaterra, cerca de sus padres y de Harvey; pero América...

—Dudo mucho que me acepten allí a menos que la matrícula esté en oferta; así que creo que tendrás Ashley durante mucho tiempo —comentó. No estaba segura de su declaración; pero se aproximaba bastante a lo que creía que sería la realidad—. ¿Crees que algún día...?

Ashley no terminó formular su duda, pero Harvey captó de inmediato qué deseaba preguntar. Él sí creía, y estaba convencido, de que su hermana lograría impartir clases de historia en un instituto o en una Universidad; y así se lo comunicó.