•o13•

1.3K 80 91
                                    

➴ 𝐋𝐨𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬, 𝐈𝐧𝐠𝐥𝐚𝐭𝐞𝐫𝐫𝐚; 𝟐𝟕 𝐝𝐞 𝐧𝐨𝐯𝐢𝐞𝐦𝐛𝐫𝐞 𝐝𝐞𝐥 𝟐𝟎𝟐𝟏.

—¿Quién salda primero su deuda, tú o yo?

Benjamin dudó. Una promesa era una promesa; si deseaba escuchar la canción que Ashley había compuesto un lustro atrás, él debía sacar sus pasos prohibidos en un campeonato al Just Dance. Pero no sabía si ansiaba humillarse antes o después de que su chica desempolvase la guitarra.

—Tú.

Ash asintió. Decidida, atrapó el instrumento entre sus manos y se sentó en el sofá; en el extremo opuesto a Ben, con Bowie a sus pies. Los años pasaban factura, y tenía miedo de estar oxidada y no recordar cómo hacer sonar de manera precisa su vieja Martin.

—Esta canción me traslada a aquel año; a aquella última mirada. Fue un adiós en silencio antes de transformarnos en dos extraños, otra vez.

Chilwell no supo qué contestar. Él había sido el responsable de todo lo sucedido; él y su nula capacidad de tomar una decisión adulta y madura.

—No te rías si me equivoco —pidió con gracia, tratando de mitigar la tensión que los había envuelto—, hace mucho que no toco.

El futbolista asintió y Ashley suspiró. Colocó frente a ella el trozo de papel arrugado en el que bailaban las letras de la canción y trasladó su mano derecha hacia las cuerdas de la guitarra. Nerviosa, inspiró y expiró hasta lograr calmarse. Y, cuando lo logró, rasgó los primeros acordes de la guitarra.

I tried for you. Tried to see through all the smoke and dirt. It wouldn't move. What could I do? —comenzó a cantar bajo la expectante y curiosa mirada de Ben—. I touch your head. To pull your thoughts into my hand. But now I can't.

Cada palabra pronunciada era una puñalada en el corazón del defensa del Chelsea. Ashley había sido la primera en todo; incluso la primera en confiar en su futuro como futbolista profesional cuando ni él mismo lo hacía. Y de golpe, por culpa del miedo, la chispa que se había prendido sin querer, se apagó; separando sus vidas durante un lustro en el que ambos se necesitaron mutuamente sin saberlo.

Say isn't it strange? Isn't it strange? I am still me; you are still you. In the same place.

Los vocablos cantados por Ash expresaban con exactitud cómo se había sentido él también aquel día. Los mismos de siempre en el lugar de siempre, pero transformados en dos extraños.

Isn't it strange? How people can change. From strangers to friends, friends into lovers and strangers again.

Con trece años habían pasado de ser dos extraños —porque, a pesar de tener amigos en común y a Harvey, lo eran— a amigos; a los catorce, de amigos a amantes; y a los dieciocho, a extraños otra vez.

Back to this room. Back to our roots. What did we lose?. What did we lose? If I could, I'd pull your strings for one more dance. But I can't.

Cada verso cantado lo rompía más que el anterior. Admiraba la capacidad de Ash de convertir sus sentimientos en música; siempre lo había admirado.

Say, isn't it strange? Isn't it strange? You look at me, I look at you; with nothing to say. Isn't it strange. How people can change.From strangers to friends, friends into lovers and strangers again.

Con sosiego, Ben se desplazó a través del sofá hasta quedar situado al lado de Ashley. Con cariño, y dolor, contempló cada facción de la joven; y, con prudencia, apartó los mechones rebeldes que resbalaban por su rostro. Ash ante el tacto del mayor, y sin dejar de tocar, lo observó de reojo y le regaló una sonrisa.

𝑺𝒕𝒓𝒂𝒏𝒈𝒆 // Bᴇɴ CʜɪʟᴡᴇʟʟDonde viven las historias. Descúbrelo ahora