Capitulo 15."Castigo"

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Astrid se tensó ante la imagen de la mujer llena de comida.

Quiso gritarle a Chad sin embargo la madre de Carlos ya se encontraba gritando.

-¿¡Quién rayos lanzó esto!?

Astrid tragó, lo que le faltaba.

-Ben... -Doug dijo colocando su mano en el hombro del castaño que había parado justo cuando casi tomaba el libro de hechizos.

Demonios. Pensó Ben al darse cuenta que todos en la cafetería se callaron. Doug detuvo a Ben ya que sabía que el plan se había arruinado.

Ben se levantó y siguió a Doug para alejarse de las mochilas y que no sospecharan de él.

Y así estuvo su plan casi completado.

La mujer peliblanca/negra miro directamente a la chica de cabellos castaños y mechas azules.

-Fuiste tú. -dijo Cruella en tono amenazante y de la nada en la cafetería se empezó a sentir un aire de intranquilidad.

-Fue un accidente... -dijo Astrid, la mitad era cierto.

-¿¡Un accidente!? -preguntó Cruella.

-Cruella tranquila... -dijo la reina detrás de ella tratando de calmar a la mujer.

-¿¡Cómo quieres que me calme reina!? -gritó Cruella a lo que Carlos e Evie que recién llegaban a la cafetería vieron la escena de la madre del peliblanco/negro gritando, algo que hizo que el chico se pusiera alerta- ¡Es obvio que esa chica lo hizo a propósito! -Cruella señaló a Astrid que estaba a unos metros lejos de ellos y todos los chicos y chicas de la cafetería se quedaron viendo a la chica son decir nada.

¿Astrid?. Pensó Carlos al ver lo que su madre decía.

-He dicho que ha sido un accidente. -dijo Astrid.

-Oh, y casualidad que fue a mi -vaciló la mujer antes de volverse a Evie y la reina-. Es claramente que esos chicos están mal y ni van a cambiar, vienen de la isla, ¡Deben ser quienes iniciaron todo este desastre!

Los chicos tragaron en ese momento.

-Evie, sabes que te quiero, pero esto es un grave error... esa chica -Señaló a Astrid que se encontraba tensa entre el medio se gente- Y sus amigos no van a dar más que problemas. Estoy más que segura que estarían bien de cuenta en esa sucia isla de donde salieron.

Carlos escuchó aquello y sintió una punzada de indignación. Tal vez los chicos en aquella realidad podían venir de la isla, pero estaba seguro que no eran malos. Evie por otro lado se paralizó ante la mirada extraña de la madre de Carlos.

-Se llama Astrid -dijo Carlos dando un paso a su madre mientras apretaba los puño. No iba a dejar que su madre la insultara, ya que aunque fuese su madre, él recordaba todo lo que vivió con ella. Sin embargo con Astrid era todo lo contrario, se sentía feliz y en casa, y no importaba lo que le costara hacerle recordar todo aquello. Iba a hacerlo-. Y ellos no van a volver a la isla, madre. Evie tuvo sus razones para traemos aquí, y Mal, Jay y yo las apoyamos.

Astrid se sobresaltó al escuchar aquello. ¿Acaso ese chico los estaba defendiendo?.

-¿Carlos? -preguntó Cruella asombrada.

-Y no volverán a la isla, todos merecen una segunda oportunidad madre, todos -dijo Carlos firme. Pensando en que él jamás se había puesto en contra de su madre.

La mujer palideció ante la escena pero por otro lado Evie sonrió orgullosa.

-¡Carlos! -exclamó Cruella.

-Carlos tiene razón -dijo Evie dando un paso adelante-. Creo que todos merecen una segunda oportunidad.

En ese momento la peliazul dirigió su mirada a Ben quien se encontraba junto a Douglas, él miraba atento la escena, tal vez el no lo recordara pero ella si, él había creído en ellos cuándo nadie más lo hacia, e incluso después de tratar de robar la varita del hada madrina les había concedido el perdón, era lo mínimo que Evie podía hacer por ellos.

-Evie, cariño... -dijo la reina pero en ese momento se escuchó la voz de Maléfica en la sala.

-¿¡Pero qué ha ocurrido aquí!? -preguntó la mujer que se encontraba entrando al lugar.

-¡Oh, Maléfica! -dijo Cruella volviéndose a la mujer a la par de todos- ¡Mira lo que esos chicos me han hecho!.

Evie y Carlos vieron un rápido brillo en los ojos de la madre de Mal y luego vieron cómo ésta llevó sus manos cubriendo su boca.

-¡Oh, querida! -dijo Maléfica antes de volverse a la reina- ¿Y tú estás bien, Grimhilde?

-Sí, yo estoy bien. -dijo ella tomando el hombro de Evie, lo que hizo a la peliazul sobresaltar, todavía no se acostumbraba a lo maternal.

-Bien, estoy segura que nuestros nuevos estudiantes tienen una explicación para todo esto.

La mujer se giró seriamente al grupo de chicos.

-Deben ser castigados limpiando calabozos. -dijo Cruella

-¡No! -gritaron Carlos y Astrid al mismo tiempo lo que hizo sorprender a más de uno.

-No voy a mandarlos a limpiar los calabozos Cruella pero si merecen un castigo... -dijo Maléfica- Ustedes 9, van a limpiar éste desastre después de clases. -Maléfica señaló al grupo de chicos y chicas.

-¿¡Qué!? -gritaron las otras cuatro chicas indignadas.

-Oh, disculpe pero yo no voy a limpiar este desastre, ¡Que sean los chicos que lo hagan! Ellos iniciaron la guerra de comida. -dijo Audrey.

Maléfica sonrió sin expresión ante eso

-Me temo hija de Aurora, que no sólo ellos, aquí en Auradon se trabaja como equipo, y veo que todos ustedes tienen que aprender de ello.

Pero ninguno de ellos contesto a eso.

-Bien -dijo la madre de Mal en voz alta a lo que el resto de adolescentes en la cafeterías prestaron atención-. Os pido a todos que vayan a sus habitaciones, sino quieren un castigo igual.

Astrid rápidamente vio cómo todos alrededor se iban dejando la cafetería, los chicos y chicas que se encontraban junto a ella y las chicas les dirigieron una mirada.

-Adiós. -dijeron el peliblanco, el castaño y las pelinegras antes de irse. Melody vaciló queriendo decirle algo al chico pero éste ya se había alejado de ellas e iba con sus amigos.

Astrid le dirigió una mirada al peliblanco/negro que estaba detrás de Cruella sintiendo una extraña punzada en su pecho, él los había defendido ante la idea de su madre de devolverlos a la isla, él también dirigió su mirada a ella y empezó a sentir un calor en sus mejillas a la par que sentía ese sentimiento de familiaridad ante él, entonces se puso recta y dijo casi en un susurró al chico.

-Gracias...

Él le sonrió.

-De nada.

Carlos miraba a Astrid mientras su madre, Maléfica y la reina dejaban la cafetería rápidamente, todavía escuchaba las quejas de Cruella, pero no le importó, sólo miraba a Astrid, la cuál unos segundos después se volvía de nuevo a con las chicas que parecían disgustada, aunque claro, siendo sinceros el también lo estaría.

En ese momento sintió como alguien colocaba una mano en su hombro y se volvió para encontrarse a Gabe que miraba extrañado el lugar.

-¿Qué pasó aquí? -preguntó él a lo que Evie soltó un suspiró y negó.

El Bien En Tu Interior [Descendientes/Carlos De Vil] LPDA #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora