Capítulo 7. "Encontrar el cetro"

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—¡Gabe! —gritó Carlos acercándose al pelinegro preocupado.

Carlos se acercaba a los dos, no podía pasar nada entre ellos en ese momento, no Gabe, estaba saliendo con Harriet y Astrid era su novia. No podía. No podía volver a ser cómo hacía seis meses.

—¡Hola, Carlos! —dijo el pelinegro levantando la mano y una sonrisa.

—¿Qué hacen? —preguntó viendo al grupo.

—Oh —dijo Gabe— Nos estábamos presentando, me tropecé con Astrid y bueno, no quería ser descortés. ¡Oh!, Astrid, él es Carlos. Mi hermano.

La chica dirigió una mirada al peliblanco/negro rápidamente, entonces hubo algo extraño, un par de imágenes pasaron en su cabeza, tan rápido que no  logró identificar que había sido. Pero fue extraño, y por un momento Carlos De Vil le pareció haberlo visto antes.

De alguna manera.

—¿Ustedes son hermanos? —preguntó ella—¿Eres hijo de Cruella?.

—Bueno... medios hermanos. Y no, soy hijo de Gastón al igual que Carlos. —Explicó el pelinegro.

—¿Ambos son hijos de Gastón? —preguntó la chica alzando ambas cejas.

—Sí... —dijo Carlos— Es una historia familiar algo rara.

—Complicada, diría yo... —dijo Gabe antes de soltar una risa.

—Entonces con más razón tu madre me odia —dijo Astrid volviéndose a Carlos.-Digo, soy la hija de Bella y Bestia después de todo.

Él se sobresaltó al escuchar eso.

Tal vez en esta realidad. Pero nadie podría odiarte, yo nunca lo haría. Pensó él.

—Bueno, tenemos que irnos —dijo Gabe— Se hacer tarde para Tourney. Deberíamos irnos ya Carlos.

—Tú adelantate, Gabe —dijo Carlos— Yo tengo que buscar a Mal.

—De acuerdo —dijo Gabe dando una palmada en el hombro del peliblanco/negro —Nos vemos allá Carlos. Astrid, chicas, un gusto.

La chica asintió y Carlos escuchó una risita por parte de sus amigos, Carlos conocía ese efecto que Gabe causaba en las chicas, sin embargo sabía que a Astrid nunca lo había hecho, pero eso no evitó que de igual manera sintiera una punzada de celos ante eso.

Gabe se fue y dejó a Carlos con las chicas. En ese momento Astrid dirigió su mirada hacía él, y de la misma manera él clavó su mirada en ella.

Astrid frunció el ceño, volvía a sentir ese familiar, ¿Acaso había visto a ese chico antes de ir a Auradon?. No era posible. Ella  nunca había salido de la isla.

Era imposible.

Entonces notó algo en la mirada del chico, parecía más profunda a medida que la seguía viendo, cómo su pensara en algo grande.

Y le empezó a incomodar.

Negó con la cabeza y se volvió a las cuatro chicas que la miraban detenidamente.

—Vamos —dijo ella y las cuatro chicas asintieron antes de seguirla.

Carlos miró tristemente cómo la chica que quería estaba yéndose lejos de él. Entonces suspiro.

—Vamos a encontrar manera de resolver esto —dijo él—. Lo prometo.

***

El Bien En Tu Interior [Descendientes/Carlos De Vil] LPDA #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora