Capítulo 1

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Casey


Si, definitivamente ella no volvería aparecer en mis sueños. Aunque Kendall era muy parecida a "Andrea", ella no era "Andrea", Kendall estaba loca de remate. Aunque la mención de que yo aparecía en sus sueños me era extraño, nunca mencionaba nada mas incluso si se lo preguntaba. Al mirar mi escritorio note una nota sobre mi computadora, esa letra.

"Hey Cass, recuerda que hoy te invitaré un helado. Te espero a las 3 PM - Kendall"

Al ver el reloj marcaban las 3:05 PM, demonios perderé el helado. Me apresure a ponerme unos zapatos y tomé mi vieja bici, no tenía dinero para el autobús. Cuando llegué al centro comercial ya habían pasado 20 minutos, ¿Seguiría ahí?, tendré que averiguarlo aunque las posibilidades son limitadas.

Al llegar a la heladería favorita de Kendall le vi hablando con el chico de los helados, ella parecía muy feliz al igual que el chico. ¿Por qué no se fijaba en alguna otra persona en vez de estar siguiéndome?, al entrar ella fue la primera en darse la vuelta para mirarme con una sonrisa.

- Has llegado.

- Me he dormido. - Ella me abrazó y yo hice una pequeña mueca.

- Mira Jack, ella es la chica de mis sueños. - Él me saludo y yo lo imité, que vergüenza me da esta chica. - Jack es un gran amigo mío, no te pongas celosa.

- Tranquila, no me podrías provocar celos. - Ella mantuvo su sonrisa, en serio era agotador, ¿No le darán calambres? - Yo solo he venido por mi helado. - Él chico ya no sonreía mientras preparaba un cono de vainilla. Kendall lo recibió contenta.

- ¿De qué lo quieres?

- Vainilla está bien. - Él asintió y me tendió el cono.

- Muchas gracias Jack, nos vemos mañana.

- Aquí estaré, Kendall. - Él chico le sonrió mientras salíamos de la tienda.

- Adiós. - No pensé que ella se iría por su cuenta, de verdad, a veces me cuesta un montón para que me de mi espacio.

Iba hacia mi bici cuando volví a escuchar su voz llamándome, ¿Y ahora qué?

- Hey, Cass.

- ¿Qué pasa, Kendall?

- Mira la fortuna que tengo de encontrarme contigo, y ambas estamos comiendo helados de vainilla, ¿Podrías caminar juntas, no te parece? - Yo alce una ceja al entender su juego, era muy lista.

- Esta bien. - Solo acepté porque fue ella quien me compró el helado y me daba algo de remordimiento siempre rechazarle.

- ¿En serio? - Yo asentí y su sonrisa crecio.

- Kendall. - Empezamos a caminar.

- ¿Si, Casey?

- ¿No te cansas de buscar algo que nunca obtendrás? - Ella me miro algo asombrada.

- ¿Por qué lo dices? - Yo me encogí de hombros.

- No eres mi tipo. Además compartimos el grupo de amigos.

- Yo sé que algún día serás mi novia, en mis sueños lo eras. - Ella sonrió. - Solo tengo que darle tiempo al tiempo y un día te darás cuenta que yo también te gusto.

- Estás loca.

- Gracias.

- Por nada. - Seguimos nuestro camino hasta una banca donde terminé mi helado.

- Hey, Cass. - Le miré. - ¿Por qué no me besas? - Me atragante con el último mordisco del cono.

- ¿Quieres que te bese?

- Sí.

- No lo haré, ya te lo he dicho.

- Pero en las fiestas siempre besas a la gente, ¿Cuál sería la diferencia en que me beses a mí?

- Mira, puedo comportarme como la mayor perra del mundo pero no te besaré. - Ella hizo una mueca.

- ¿Por qué no?

- Eres mi amiga.

- Auch. - Ella se levantó.

- Oye, ¿Te iras? - Ella asintió. - ¿Te llevo a tu casa?

- Pero si no tienes coche.

- He traído la bici. - Ella asintió.

Misteriosamente ella guardo silencio y una pizca de mi extrañaba que hablara tanto. Ella se acomodó en la parte trasera de mi bici y tomó mis hombros, esperaba que aprovechara su oportunidad, pero no lo hizo. Cuando llegamos a su casa, su madre regaba el jardín delantero.

- Hola señora Evans.

- Hola Casey, es un gusto verte por acá. - Yo le sonreí a la mujer que llevaba una gran cantidad de collares y probablemente pase la mayor parte fumando porros. - Pensé que volverían mas tarde.

- Yo también. - Kendall se bajó y yo alcé una ceja, ¿Se ha molestado conmigo?

- ¿Te has molestado conmigo? - Murmuré tirando de su brazo, ella ni siquiera se molestó en mirarme. - Señora Evans, su hija se ha molestado conmigo. - Ella me miró abriendo su boca asombrada.

- Kendall, te he dicho que enojarse con las personas es una pérdida de tiempo, arréglate con la pobre chica. - Sonreí victoriosa.

- Haz caído bajo al usar a mi madre. - Murmuró.

- ¿Estas molesta?

- No me puedo molestar contigo, eres mi novia.

- Que no soy tu novia. - Rodé los ojos. - Bien, nos vemos esta noche en casa de Tom.

- Claro. - Ella besó su mejilla y yo me apresuré a irme.

A pesar de su rara personalidad, me agradaba.

Kiss Me?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora