Capítulo 8

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Kendall

Busqué uno de mis bolígrafos pero como siempre lo había tomado Casey, no me molestaba que lo hiciera porque sabía que al final del día lo guardaba con los demás y bueno, tengo bastantes ya que mi padre es arquitecto.

- Y ustedes dos. – Sonreí al notar como la maestra Harrison nos había puesto en equipo otra vez.

- ¿Por qué siempre hago equipo con ella? – Yo solo me limité a sonreírle a la maestra que me miraba.

- ¿Algún problema con la señorita Willson?

- En absoluto, pero preferiría hacerlo con alguien más. – Hice una leve mueca.

- ¿Para que hagan su trabajo?

- ¿Cómo sabe que ella no lo hace por mí?

- Yo no lo hago. – Me apresuré a aclarar y la maestra sonrió.

- Claro que ella no lo iba a hacer, conozco su punto de vista de la historia, señorita West.

- ¿Entonces para que quiere que haga un ensayo?

- ¿Quiere ir a preguntárselo al director?

- Claro. – Yo abrí mis ojos. – Y de paso, le doy mis saludos a su hija. – Vi como la cara de la maestra se puso roja, supongo que de ira.

- Ella está jugando. – Tiré la mejilla de Casey haciendo que ella frunciera el ceño. – Haremos el ensayo, no se preocupe, disculpe las bromas de Casey.

- Que no se vuelva a repetir. – Ella siguió su camino para hablar con los demás estudiantes, solté su mejilla y ella se apresuró a acariciarla, la tenía levemente roja.

- Me ha dolido.

- Lo tenías merecido, no puedes ir desafiando a todo el mundo, un día eso te podría traer más problemas que una simple pelea o una visita a la oficina del director. – Ella me observó detenidamente poniéndome algo nerviosa, ¿Tendría restos en la cara del sándwich que me comí en el almuerzo? - ¿Qué?

- Nada. – Murmuró volviendo su atención a la pizarra.

- ¿Cómo supo que ambas hacíamos el trabajo?

- Es fácil considerando la manera de expresarnos de cada una, cuando tu hablabas de las muertes lo hacías lo menos detallo posible, a diferencia mía que me enfoqué en las maneras de morir de la gente de aquellos tiempos. – Ella se encogió de hombros. – Eres predecible con toda esa energía positiva rodeándote.

- Supongo que gracias.

- Por nada. – Ella sonrió levemente. – Nos vemos en la entrada de la escuela, iremos a mi casa.

Solo tenía una clase más, la cual era gimnasia, siempre era la última en salir porque me distraía en la ducha para relajar mis músculos, cuando salí un grupo de chicas seguía ahí, iba por mi ropa cuando ellas se cruzaron en mi camino.

- ¿Disculpad?

- Te disculpamos. – Alcé una ceja mirando a las chicas. – Hemos escuchado que eres muy cercana a Casey West.

- ¿Y eso que les importa?

- Nos importa Casey, por eso queremos que te mantengas alejada de ella. – Reí levemente recibiendo una mala mirada de ellas.

- Lo siento, no puedo hacer eso por ustedes. Con Casey estamos destinadas a estar juntas.

- ¿Te lo dicen tus cartas, loca? – Yo fruncí el ceño.

- No les debo ningún tipo de explicación, con su permiso tengo que encontrarme con ella.

- Ella solo te utilizara como lo ha hecho con todos. – Yo rodé mis ojos.

- Ustedes no la conocen.

- ¿Y tú si?

Miré a Casey mientras guardaba uno de sus libros en su casillero, su casillero estaba perfectamente ordenado y decorado, al igual que sus notas pero a diferencia de su desordenada habitación.

- Entonces tienes que guardar el secreto, ¿Si? – Yo asentí.

- Claro, nadie sabrá por tu amor secreto hacia Zayn Malik. – Reí y ella suspiró.

- Hablo en serio, nadie más lo sabe y prefiero que quede asi.

- Tranquila, no se lo diré a nadie.

Miré a las chicas una vez más y solo me limité a sonreír.

- Quizás no la conozco completamente, pero estoy segura que la conozco más que ustedes.

- Mira estu...

- ¿Qué está pasando? – Vi a Casey que se acercaba a nosotras y sonreí antes de ir abrazarle. – Hey, aun estas mojada y envuelta en una toalla.

- Lo sé. – Murmuré y vi como sus mejilla se teñían de rojo, me gustaba provocar eso.

- ¿Entonces qué está pasando? – Ella miró a las chicas que se veían nerviosas.

- Nada, les estaba dando indicaciones.

- ¿Indicaciones? – Yo asentí.

- Si, es que son algo nuevas. – Casey asintió, ¿En serio se lo creyó?, ahora entiendo porque es una rompecorazones, ni siquiera recuerda que con esas chicas se acostó alguna vez.

- Bien, ¿Puedes vestirte?, quiero llegar luego a mi casa, muero de hambre.

- Claro, te cocinaré algo cuando lleguemos.

- ¿En serio? – Asentí y ella sonrió inmensamente, caminé hacia mis cosas con una sonrisa victoriosa y con la cara de impresión de las chicas a mi lado.

Quizás ellas se habían acostado con Casey alguna vez, o más de dos veces, pero yo era la chica que respetaba y sabía que algún día podría enamorar aquel corazón, quizás los demás también lo empezaban a notar. De todas formas, me da igual tener que repetir este tipo de cosas cada día, porque esas chicas sabían que era yo quien se llevaría su corazón y espero que Casey lo sepa pronto.

Kiss Me?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora