Capítulo 14

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Kendall

Aquella tarde Casey no había ido a la escuela, a los chicos no parecía importarle y Dianne también estaba desaparecida, cuando busque a su hermano no pude encontrarle, así que la última opción que tuve fue ir a la casa de los West pero para mí mala suerte estaba vacía. No sabía que pasaba así que solo me quedaba esperar por un mensaje de Casey, lo único que me relajaría un poco seria un buen helado de la heladería del centro comercial.

- ¿Kendall? – Miré al chico con el cabello largo al medio y casi rapado al costado, era bastante atractivo pero se me hacía muy familiar sobretodo esos ojos celestes parecidos a los de Casey. – Hey, soy Greyson. – Yo le miré asombrada.

- Vaya, te ves muy diferente. – Él alzo una de sus cejas perfectamente delineadas. – Te ves muy bien.

- Gracias. – Él me sonrió.

- Oye, ¿Has sabido algo de Casey? – Él asintió bajando la mirada.

- Si, pero es mejor dejarle sola. Gregor se encargara como siempre.

- ¿Gregor? – Él volvió a asentir. – Pero él no...

- Claro que se preocupa de ella, es su hermanita menor. – Greyson me interrumpió. – Gregor solo aparece cuando ella no lo ve, no es como si le odiara o algo, es solo que es Gregor. Es complicado.

- Todo en Casey es complicado. – Suspiré pasando la mano por mi cabello. - ¿Dónde está?

- Debe estar en el cementerio, la verdad te recomiendo mantenerte lejos. – Él hizo una mueca.

- ¿Por qué si ella necesita a alguien ahora? – Él me miró por un rato antes de bajar la mirada. – No creo que Casey quiera estar sola, solo que quiere que alguien la busque.

- Ven, te llevaré. –Sonreí levemente siguiéndole al estacionamiento. – Tú le quieres.

- Si, lo hago. – Él sonrió.

- Espero que Casey no lo arruine. – Murmuró, preferí no seguir con el tema.

- ¿Sabes algo acerca de Sean? – Él asintió.

- La verdad es que muchos sabíamos que era él pero preferíamos no decírselo a Sean, Susan y Casey, él era un buen hombre por lo que recuerdo. Cometió un error y eso trajo la muerte de mi tía, no quisimos decírselo a los chicos para evitar romper su amistad pero no paso mucho hasta que Sean se enteró y se lo contó a Casey a pesar de nuestra insistencia. Él fue honesto con ella pero de todas formas se alejó de él, el padre de Sean y Susan se declaró culpable días antes del primer aniversario de la muerte de mi tía, Casey no estaba bien y Sean fue el único que pudo encontrarle y por eso le perdonó un poco, pero todos sabemos lo que Casey ha hecho. – Yo asentí recordando a Tori al instante. – No le digas que te lo dije. – Yo asentí. – Llegamos, ten cuidado, ¿Si? – Yo asentí y cuando iba a abrir la puerta él me detuvo. – Ten, te servirá para el taxi. – Me tendió algunos dólares pero negué rápidamente.

- No te preocupes.

- Venga, acéptalo. Al fin y al cabo es para llevar a Casey. – Dudé antes de tomar el dinero pero de todas formas lo guarde en mi bolsillo.

Bajé del auto y él se fue en cosa de segundos, la verdad los cementerios no eran mi lugar favorito así que me costó un poco tomar la iniciativa de entrar pero esto era por Casey, espero que este aquí. El cementerio era bastante grande y no era tan tétrico como esperaba pero aun no me daba buena espina. Lastimosamente se me olvidó preguntar el nombre de la madre de Casey, así que el camino se me hizo bastante largo hasta encontrar una silueta familiar. Me acerqué lentamente y me encontré con Casey sentada apestando a ¿Vodka?

- ¿Cass? – Me arrodille a su lado y la moví lentamente haciendo que abriera sus ojos, ella me miraba confundida.

- ¿Quién eres tú? – Su manera de hablar era lenta, seguramente porque el alcohol aún estaba en su sistema.

- Soy Kendall. – Suspiré mirando a mi alrededor, si un cuidador la veía así solo nos traería problemas.

- ¿Kendall Jenner? – Yo le miré y vi una pequeña sonrisa en sus labios, yo negué.

- Kendall Evans, lamento defraudar tu fantasía. – Bromee haciéndole reír.

- ¿Quién dijo que tú no estás en mis fantasías? – Ella me atrajo a su cuerpo poniendo sus manos en mi cuello.

- Aunque me gustaría seguir con esta conversación, debo llevarte a casa. – Ella negó rápidamente.

- No puedo volver, papi debe estar por llegar. – Le miré antes de volver a suspirar.

- Iremos a mi casa.

Llevarla ebria hacia el exterior se me había hecho difícil y aun mas que se quedara tranquila durante el viaje en el taxi donde el dinero fue exacto al que me dio Greyson, agradezco que mis padres trabajaran hasta tarde y que no vieran la entrada triunfal de Casey quien había tropezado con uno de los sofás.

- Venga, vamos al baño.

- ¿Nos daremos un baño? – Yo asentí y ella se levantó lo más rápido entre lo que podía. – Extraño a mi madre. – Ella se detuvo y vi que en cosas de segundos ella estaba llorando. – La extraño mucho.

- Lo se, cariño. – Le abracé aguantándome la peste que traía en ella.

- Maldito idiota. – Gruño y sentí como agarraba mi polera con fuerza.

- Todos cometemos errores.

- Lo sé, pero mi madre no tenía por qué pagar por el error de alguien más, menos de un maldito alcohólico. – Yo hice una leve mueca, no sabía que decir. Tomé sus manos y la guie al baño mientras seguía llorando.

Hice que se sentara en la tina, le quite todo lo que se podría dañar y abrí la llave mojándola completamente haciendo que se estremeciera. Ella no dijo nada y solo abrazó sus piernas mirando fijo la pared, cuando el agua se temperó, ella se quitó la ropa hasta quedarse en ropa interior, en otra situación esto me hubiese gustado pero ahora solo quería cuidarle.

- Gracias. – Murmuró cuando le echaba shampoo a su cabello.

- ¿Por qué me agradeces?

- Por todo. – Al parecer su voz no podía salir más fuerte que en susurros. – De verdad necesitaba una ducha. – Ella rio levemente y yo asentí masajeando su cabello. - ¿Puedes meterte conmigo? – Ella me miró y no pude negarme ante esa mirada.

Luego de quedarme en ropa interior me senté atrás de ella siguiendo con mi trabajo en su cabello, una vez listo ella se acostó sobre mí y yo le abracé.

- ¿Sabes?, le hubieses agradado a mi mamá. – Yo sonreí levemente y besé su sien.

- Te quiero. – Murmuré en su oído.

- Yo...

- Tranquila, si no estás lista no hay problema. – Ella asintió y se giró para darme un corto beso en mis labios.

- Me gustas mucho, ¿Si? – Yo asentí con una leve sonrisa. – No lo olvides nunca.

- No lo haré.

Kiss Me?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora