Capítulo 19

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Casey

- Aquí tienen sus exámenes. – La maestra iba uno por uno dejando aquella hoja, podía ver la cara de decepción, desagrado y alegría de mis compañeros, incluso algunos que miraban su calificación sin interés alguno. – Una vez me sorprende, señorita West. – Ella me dio mi hoja y vi el diez en ella.

- ¿Qué has sacado?

- Lo suficiente. – Kendall hizo una mueca. - ¿Y tú?

- Un nueve, al parecer si sirve eso que llamas "estudio". – Reí levemente. - ¿Cómo es que eres tan lista? – Yo me encogí de hombros.

- ¿Por qué tengo que leer estos? – Miré a mi madre que me dejaba unos libros al frente mío.

- Porque la escuela lo ha pedido. – Yo rodee los ojos. – Lo sé, es algo aburrido pero esto te hará ir a la universidad algún día y ser lo que quieres ser.

- Yo quiero ser como tú y papá. – Ella sonrió.

- Pues tienes que estudiar mucho, - Ella revolvió mi cabello. – además eres una chica muy lista, ya te acostumbras a esto. – Yo solo sonreí tomando el primer libro. – Te prepararé un chocolate caliente cuando termines, iré a ayudar a Gregor con sus deberes. – Yo solo asentí siguiendo mi lectura.

- ¿Qué planeas estudiar? – Íbamos juntas a su casillero, por fin podíamos irnos a casa.

- No lo sé. – Me encogí de hombros. – Siempre pensé en estudiar medicina por mi madre, pero no me gusta lo suficiente.

- ¿Y qué es lo que te gusta lo suficiente? – Yo la miré con una sonrisa.

- Tú. – La atraje a mí en un abrazo, sabía que nuestra relación llamaba la atención de muchos pero no me importaba.

- Hablo en serio. – Ella rio levemente mientras se separaba de mi para abrir su casillero.

- No lo sé, tal vez la fotografía. – Ella me miró con sus ojos abiertos.

- ¿Sacas fotos? – Asentí. - ¿Cómo es que me vengo a enterar ahora?

- Nunca lo preguntaste.

- Son unas fotos muy buenas. – Vi a Dianne maquillándose frente al espejo que tenía su casillero.

- Gracias, Dianne. – Ella me guiño un ojo para seguir con lo suyo.

- Quiero ver una. – Miré a Kendall.

- Ten. – Antes de que pudiera negarme, Dianne ya le había dado su celular.

- ¿Cómo es que tienes esa foto?

- Tu Tumblr. – Ella se encogió de hombros.

- Es bastante buena. – Kendall me sonrió y yo me ruboricé levemente, no estaba acostumbrada de que alagaran mi trabajo.

- Bueno chicas, - Dianne guardó su teléfono. – Debo irme a mi cita, nos vemos. – Yo me apresuré a tomar su brazo.

- ¿Cómo que una cita? - Ella se encogió de hombros.

- Tengo que superar el pasado, como tú. – Murmuró y yo le solté.

- Buena suerte. – Le sonreí y ella me emito besando mi mejilla, se despidió de Kendall y se fue. Yo me giré para poner toda mi atención en Kendall que buscaba algo en su casillero. - ¿No te molesta?

- ¿El qué?

- Que Dianne sea mi amiga. – Ella me miró y limpió el labial de Dianne de mi mejilla, negó volviendo a buscar lo que fuera que estuviera buscando.

- A decir verdad, no me molesta. O sea, te acostaste con ella mientras era novia de tu hermano y eso fue hace como unos dos años, ¿No? – Yo asentí. – Además, me has explicado más de una vez la situación en la que estaban en ese entonces, para mí ya es algo entendible, yo soy tu presente y no me importa tu pasado. – Le tomé la cara para dejarle un leve beso pero un llamado me detuvo.

- Casey West, a mi oficina, ahora. – Miré a mi abuelo y suspiré, su cara no era para nada agradable.

- Espérame, ¿Si? – Ella asintió y me dio un leve apretón en mi mano antes de empezar a seguir a mi abuelo hasta su oficina.

Al entrar y ver su típica postura imponente que trataba de darme sabía que nada bueno venia, me senté frente a él como siempre y suspiré esperando algo.

- Pensé que ya habíamos hablado de esto.

- Yo...

- Pensé que me habías entendido cuando te dije que ella no era para ti, podría morir en cualquier momento y con lo depresiva que has llegado a ser no quiero que vuelvas a intentar suicidarte.

Miré las fotos de mamá y las lágrimas empezaron a caer, la extrañaba tanto y todos parecían haberse olvidado de ella, papá sigue trabajando y se va de casa con una gran sonrisa, Gregor sigue con su feliz vida del estereotipo del chico popular de la escuela y yo, yo solo me hundo. No puedo vivir en un mundo en donde mi madre ya no este, no tengo a nadie.

Entré al baño y busqué las pastillas de dormir que a veces usaba papá, empecé a tragar una por una hasta que se acabaron y me senté en el piso empezando a marearme, mis ojos estaban pesados y se cerraban, la última vez que los abrí vi a Gregor a mi lado.

- Yo no volveré a hacer algo así. – Dije firmemente, él me miró algo sorprendido, no era alguien a quien solía responderle. – Escuche, de verdad usted no sabe que es lo mejor para mí, apenas me habla y es solo para recriminarme cosas, sé que busca lo mejor para Gregor y yo, pero para eso tenemos a papá que ha hecho un excelente trabajo dentro de lo que ha podido, porque uno no todos los días pierde al amor de su vida. – Vi como algo había en su mirada. – Usted no lo entiende, no me importa si en una hora puede morir, quiero pasar esos 60 minutos con ella. Y la verdad, me da igual lo que piense. – Me levanté con orgullo, por fin pude hacerlo callar.

- ¿Qué hay de lo que piense tu madre? - Me quedé estática. - ¿Esta es la hija que ella quería tener?, ¿Esto es lo que planeo para ti?, ¿Estas dispuesta a destruir...

La puerta se abrió haciendo caer a unos chicos que reconocí al instante, Sean y Kendall.

- Usted no tiene derecho a decir aquello. – Me sorprendí ante las repentinas palabras de Sean quien se levantaba del suelo. – No intente jugar con la mente de su nieta, lo que la madre de Casey siempre quiso es ver a sus hijos felices. Y nunca había visto tan feliz a Casey desde que murió su madre. – Un nudo se formó en mi garganta.

- Sí. – Kendall le apoyó. – Yo quizás no conocí a la madre de Casey, pero sé que a ella solo le gustaría ver sonreír a Cass. Y quizás yo no sea la mejor opción que podría tener su nieta, pero le quiero y bastante. Además, voy a ser cantante algún día y le diré abuelito. – No pude evitar soltar una risa ante eso.

- Largo de mi oficina niños intrusos, - Yo suspire. – tú también Casey, seguiremos luego.

Al salir con los chicos casi choqué con Gregor que tenía una mirada seria.

- Lo siento. – Él asintió pasando de mi para entrar a la oficina del abuelo.- ¿Habrá escuchado algo? – Sean se encogió de hombros.

- Llevaba un buen rato aquí. – Me detuve y me acerqué lentamente a la puerta.

- Quiero que la dejes en paz, - Era Gregor. – en serio. Solo le haces peor.

- Trato de ayudar.

- No lo haces, tratas de hacer lo que con mamá no pudiste. Déjala en paz, hablo en serio. Ella solo está tratando de ser feliz.

- Como te preocupas de ella después de lo que te hizo. – Suspiré.

- Porque es mi hermana y nada cambiará eso, yo solo quiero verla feliz incluso cuando no lo demuestre, eso hacen los hermanos.


Kiss Me?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora