Casey
- ¿Mami, por qué solo haces panqueques los miércoles? – Ella se volteó levemente para mirarme y poder seguir preparando el desayuno, siempre éramos las primeras en despertarnos.
- Porque eso hace especial a los miércoles. – Yo sonreí.
- Pero si los haces cada mañana, cada mañana podría ser especial. – Ella rio levemente.
- No funciona así, aunque lo pensaré.
- ¿Entonces cómo funciona?
- Es especial porque cada día comes algo distinto pero los miércoles comes tu comida favorita. – Yo sonreí inmensamente.
Odio las fiestas de navidad de Susan y Sean, la verdad solo había ido para no estar sola en casa, cuando abrí completamente los ojos estaba en el sofá de mi habitación, me senté y vi la cama vacía. Claro que Kendall iba a irse con su familia, el ruido de la cocina debía ser mi hermano, aunque no era mi primera opción de como pasar navidad era lo único que tenía. Al entrar a la cocina el aroma a panqueques me llegó y vi la melena castaña recogida en una coleta.
- ¿Sigues aquí?
- Me pediste que me quedara. – Yo le miré algo sorprendida.
- ¿Qué hay de tu familia?
- Están en un retiro espiritual navideño, los budista no celebran navidad. – Yo asentí.
- Debió ser un asco crecer en algo así.
- Para nada, no porque ellos no la celebraran me iban a quitar esa experiencia. – Ella sonrió mientras me ponía una torre de panqueques con una gran sonrisa. – Espero que te gusten.
- Son su desayuno favorito. – Vi a Gregor acercarse al refrigerador buscando algo. – Si no ha cambiado eso también.
- Ten, he preparado para ti. – Ella le entregó un plato y él le sonrió antes de tomarlo.
- Muchas gracias, linda. Si te aburres de ella, podríamos salir un día.
- Largo. – Gruñí apretando con mi mano el cubierto.
- Ha sido una broma, dios. – Él rodó sus ojos. – No soy como tú. – Fue lo último que dijo antes de irse.
- Uhm, bueno... - Miré a Kendall que parecía incomoda, no la culpaba. - ¿No abrirás tus regalos?
- ¿Regalos? – Pregunte comiendo y ella rio antes de limpiar mi labio, me aparté levemente.
- Si, hay unos regalos debajo del árbol.
- Oh, seguro papá los dejo antes de irse. – Seguí comiendo y ella me observo tomando de su té. - ¿Qué?
- Nada, eres muy linda en las mañanas. – Yo bajé la mirada hacia mi plato.
Luego del desayuno, ella me esperó para abrir mi regalo que eran unos 20 dólares, papeles fotográficos para mi polaroid y una esfera de nieve de parís, lo puse con las demás ante la mirada de Kendall.
- ¿Por qué tienes tantas esferas de nieve?
- Me gustan, es como tener muchas ciudades durante el invierno en un estante, ¿No?
- Yo he visto unas donde el abuelo.
- Deben ser las que se me han quedado cuando me fui de casa, ¿Quieres ayudarme a completar la colección? – Yo asentí. – Seria más rápido si fuéramos unas trotamundos.
- ¿Trotamundos?, ¿Quieres correr por el mundo? – Ella rio levemente.
- No es eso, es alguien que su vida trata de recorrer el mundo.
- Cool.
- Muchas gracias por acompañarme. – Le miré y ella mantenía su sonrisa. - ¿Pasa algo?
- Me gustas. – Yo suspiré y ella señalo hacia arriba, muérdago. ¿Cuándo pusimos muérdago sobre la puerta? – Creo que hay una tradición.
- Si, la hay. – Revolví mi pelo. – Está bien. – Ella abrió ligeramente sus ojos sorprendida. – Cierra los ojos, ¿Si? – Ella me obedeció y se inclinó hacia mí, besé rápidamente su mejilla y cerré rápidamente la puerta, la miré por el pequeño agujero, ella saltó felizmente. – Tonta. – Me volteé encontrándome con mi hermano.
- ¿Tienes fiebre?
- ¿Disculpa?
- Tienes la cara roja. – Me acerqué a uno de los espejos y observé mi cara, tenía razón, que extraño.

ESTÁS LEYENDO
Kiss Me?
Teen FictionUna serie de sueños cambiaron la vida de Casey y Kendall, en la realidad eran personas muy diferentes y opuestas. Casey no era una chica cualquiera y sólo era un cofre de secretos, a diferencia de Kendall que era un libro por leer. Segunda Temporada...