Capítulo 25

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Casey

Los chicos no dejaban de meter ruido en el ascensor y estaba a punto de golpearles, llamar a los guardias y expulsarlos pero Kendall quería ver a estos estúpidos que teníamos de amigos. Cuando llegamos a la habitación, Dianne fue la primera en abrazarle sorprendiéndome, no sabía que tan buenas amigas llegaron a ser.

- Es bueno verte de nuevo. – Sean chocó los puños con ella y yo me senté a su lado.

- Lamento si no podías venir todos juntos antes. – Tom le sonrió y yo rodé los ojos.

- Si... - Escuche murmurar a Kristen quien veía su celular nerviosamente, estaba así desde que fuimos a la fiesta y la verdad, sabia como era Tori y no me esperaba menos que ella estuviera nerviosa de Sean.

- Y bueno, ¿Para qué querías a estos idiotas? – Dianne golpeó mi hombro y yo fruncí el ceño llevándome la mano a la zona adolorida. – Auch. Mientras antes lo hablemos, antes se irán. – Le murmuré lo bastante alto para que todos lo escucharan, me encantaba molestar a estos chicos.

- En realidad, creo que sería bueno que se quedaran. – Todos miraron a Kendall que permanecía seria. – Necesito un corazón.

- Creo que eso todos lo sabíamos. – Yo asentí ante las palabras de Kristen que había dejado su teléfono a un lado.

- Pero, ahora lo necesito más que nunca. – Y creo que yo también, sentía como mi corazón se aceleraba y mi respiración empezaba a ser irregular, los brazos de Dianne me cubrieron rápidamente. – Lamento no habérselos dicho antes o algo pero necesita decírselos todos a la vez. – Ella me miró preocupada mientras lloraba en los brazos de Dianne.

- Gracias por contarnos. – Tom puso su mano sobre su hombro pero poco me importaba el contacto que tenía con mi novia. – Saldremos de esto juntos, me refiero a todos. – Él me sonrió y la verdad agradecí en mi interior la aclaración.

El resto de la tarde, los chicos charlaron con Kendall mientras yo una vez que me calme me mantuvo al margen. Kristen fue la primera en irse, dijo que era por el trabajo pero yo sabía que los viernes ella no trabajaba. Luego le siguió Sean junto a Tom, Dianne era la última con nosotras.

- ¿Cómo te ha ido con el chico misterioso? – Presté atención a lo que hablaban rápidamente.

- Va todo bien, gracias por preguntar. – Yo miré a Dianne que tenía una sonrisa honesta en su cara, me había olvidado completamente del tema. – Él es un gran chico.

- ¿Quién es? – Ambas me miraron.

- Ya lo sabrás algún día, llevamos las cosas con calma. – Ella tomó su bolso y se acercó a besar nuestras mejillas. – Es hora de que me vaya, debo llegar antes de la cena.

- Adiós. – Ambas nos despedimos y por fin estábamos a solas, el silencio inundó la habitación.

- ¿Por qué no me lo dijiste? – Pregunté, de verdad quería saberlo.

- Mientras menos gente lo sepa, es menos real. – Yo le miré y observé la culpabilidad en sus ojos.

- ¿Qué viste en las cartas? – La verdad, tenía esa duda de hace mucho, no creo que una carta oscura significara una buena vida. – Kendall. – Ella me miró arrepentida.

- Muerte. – Me levanté tirando la gorra que casi siempre llevaba y sacudí mi pelo con frustración, esto era el límite. – Te dije que seguir con esto no era una buena idea. Entiendo si quieres acabar con esto.

- Deja de hablar estupideces. – Gruñí. – Encontraremos una solución.

- Es difícil encontrar un corazón. – Yo le observé.

- Entonces te daré el mío. – Ella negó suspirando.

- No puedes, aunque sería un gesto más que hermoso para la gente no puedo aceptar perder al amor de mi vida por seguir con vida.

- Yo tampoco estoy dispuesta a eso. – Ella me sonrió levemente.

- Bueno, tu corazón probablemente es bastante incompatible considerando que bebes y has comido de las cosas de Susan, además fuma. – Patee el basurero vacío haciendo que se sobresaltara. – Oye, relájate por favor.

- No puedo, lamento asustarte pero estamos en una línea muy delgada en este momento.

- No quiero que pases por esto.

- Separarme de ti no me dolerá menos. – Ella no dijo nada. – Creo haberte dejado muy en claro la vez pasada que no te dejaría.

- Entonces tú escúchame ahora, no quiero que te aferres a algo que te está dañando, no quiero que salgas herida. – Yo iba a hablar pero ella levantó su mano deteniéndome. – No, escucha yo solo quiero lo mejor para ambas, me duele verte mal y cansada incluso cuando lo niegas, sé que lo estas. No quiero ser quien te reconstruyó para romperte, hay una mayor probabilidad a que muera antes de recibir un corazón, tú puedes ser una gran persona sin mí y creo que es lo mejor para ambas. – Ella tenía sus ojos lagrimosos.

- ¿Estas terminando conmigo? – Ella desvió la mirada. - ¿Hablas en serio?

- Quiero que seas feliz.

- Tú me haces feliz.

- Alguien más puede hacerlo.

- Te amo.

- Y yo a ti, es por eso que hago esto. – Cuando me acerqué a besarle, ella desvió la cara y supe que hablaba en serio. – Lo siento, Casey.

- Solo tú has logrado que me enamore de alguien, no pidas disculpas me hiciste recordar que era humana y claro, hacerme sonreír como solo tú sabes hacerlo. – Tomé mi mochila y me fui esperando que me llamara pero ella no lo hizo.

Kiss Me?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora