Capítulo 28 (Final)

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Kendall

Al abrir mis ojos tenía la vista algo borrosa y me ardía el pecho, una vez que mi vista se aclaró pude ver a Kristen a mi lado con una pequeña sonrisa. Estaba confundida y no era la anestesia.

- ¿Qué haces aquí? - Aclaré mi garganta que estaba un poco seca.

- Venía a verte, Casey me lo pidió. - La miré confundida. - Has estado unos dos días dormida y ella tenía que ir por los papeles de su herencia. - Ella enviaba un mensaje desde su celular.

- ¿Y por qué te ha enviado a ti? - Ella levantó la mirada y guardó su teléfono.

- Porque el equipo de Sean jugaba hoy, los chicos iban a verle y Tori es animadora así que ya sabes. - Ella se encogió de hombros. - Ah, y su familia le estaban acompañando con los temas legales. - Yo asentí levemente, ella volvió a sacar su teléfono mensajeandose con alguien.

- ¿Es Tori? - Ella levantó rápidamente la mirada y negó.

- ¿Por qué supones que era Tori? - Me encogí de hombros.

- Porque sé lo de ustedes, yo lo predije el primer día. - Ella me miró algo confundida. - Eso da igual, sé lo de ustedes pero tranquila no se lo he dicho a nadie y menos a Sean.

- De todas formas ya no importa. - Le miré confundida. - Es que... El otro día Sean nos vió, él no se veía afectado pero si algo confundido, no hemos hablado del tema pero ya no hay mucho de que hablar.

- ¿Por?

- Mis padres son algo conservadores, bastante a decir verdad. Ellos nunca me aceptarían, y bueno Tori, ella tampoco es de las chicas que quieren estar tomadas de la mano sin importar que digan, como tú con Casey. - Miré a la chica frente a mi con algo de pena.

- Kris. - Ella me miró. - Solo importa que una persona te acepte, y eres tú. Tú eres esto y tienes que aceptarlo, y respecto a Tori, lo siento pero ella es algo idiota pero creo que ella al igual que tú solo tiene miedo pero lo expresa de una manera distinta.

- Gracias. - Ella sonrió levemente. - Me gustaría tener una relación como la de ustedes algún día.

- Yo no, yo espero que tengas una relación por la cual no tengas que pasar por el lugar de Casey o por el mío. Al comienzo era algo raro la verdad, ver a la chica con la cual soñaba de una manera tan distinta, ver como estaba con miles de chicas menos conmigo y saber que solo era miedo a que le dañase, tener que escuchar tantos comentarios negativos de nuestra relación, y que ella tuviera que verme casi morir me afectaba más que la enfermedad.

- Si, quizás tengas razón. - Ella sonrió antes de que el medico entrara.

- ¿Todo bien, Kendall? - Asenti. - En un tiempo podrás volver a tu vida.

- ¿Puedo hacerle una pregunta? - Él asintió. - ¿De quién era el corazón?

- Una chica murió en un accidente de tráfico. - Él buscaba algo entre sus papeles. - Andrea West, su padre dio el permiso desde Miami para donar sus órganos. - Por alguna razón un escalofrío paso por mi espalda.

- Oh, espero poder agradecerle todo algún día.

- Bueno, debo ir a firmar más papeles a mi oficina, si te sientes rara o mal, diles que me llamen. - Yo asentí mientras el salía de la habitación.

- Kendall. - Miré a Kristen. - ¿Crees que algún día Tori me quiera lo suficiente para superar sus miedos?

- No lo sé, Kristen. Pero de verdad espero que si, eres una buena chica que esta enamorada de una tonta. Si Tori te quiere lo suficiente, ella hará lo que estime conveniente. - Ella bajó la mirada. - Hey, pero no te desanimes. Somos jóvenes y tendremos muchos amores antes de encontrar a ese amor indicado.

- ¿Que hay de tú y Casey?

- Pues, el destino nos ha ayudado y nos hemos saltado algunas malas experiencias.

Kristen me acompaño hasta que Tori le llamó, aunque ella no quería irse, yo se lo pedí porque no podía obligarle a que se quedará cuando su mente estaba en otra parte. No paso mucho antes de que Casey entrara rápidamente a la habitación para abrazarme y darme demasiados besos.

- Hey mira, mi nuevo corazón también late más rápido por ti. - Ella sonrío mientras me observaba, me encantaba la forma en que su mirada me transmitía amor.

- Adivina lo que hizo el viejo.

- No lo sé, soy Tarotista, no adivina. - Ella rió levemente.

- Él ha hecho que puedas terminar tu último año. - Yo sonreí inmensamente, podría graduarme con mis amigos. - Y me dejó un apartamento en Nueva York, me dejo la mitad de lo que le quedaba de dinero y bueno, las esferas de nieve de mi madre.

- Eso es excelente, mi amor.

- Por fin todo esta saliendo bien, Ken. - Ella unió su frente con la mía. - ¿Puedes hacerme un favor? - Yo asentí. - Dime que me amas.

- Te amo más que a nada. Eres una de las mejores personas que han podido llegar a mi vida, solo tú me puedes hacer sentir todo lo que he sentido, solo tú me has hecho enamorarme así de alguien.

- ¿Puedes hacer algo más?

- Si quieres que te diga que eres bonita, lo eres, cariño. - Ella sonrío levemente.

- No es eso.

- ¿Entonces?

- ¿Me besas? - Yo reí levemente. - ¿Qué es chistoso?

- En como cambian las cosas con el tiempo, hace unos meses atrás yo siempre te hacía esa pregunta y ahora eres tú quien la hace a pesar de saber la respuesta. - Ella sonrió.

- Bueno, antes yo era irresistible para ti, aún lo sigo siendo pero ahora para mi también eres más que irresistible. - Tomé su cuello en mis manos y la acerqué lo suficiente para besarla, era un beso lento pero pude sentir como sus labios temblaban y el sabor salado por sus lágrimas.

- ¿Por qué lloras?

- Porque me haces demasiado feliz, de hace mucho no me podía sentir tan viva pero tu haz cambiado eso.

- Lo hemos hecho juntas. - Volvimos a besarnos hasta que mi hermano entró y nos alejó golpeandonos con su biblia de bolsillo. - Maldito cura.

- Nada de maldito, recuerden que algún día seré quien las case. - Miré a Casey esperando su incomodidad, pero se veía tranquila y feliz.

- Lo que digas, Jackson.

Kiss Me?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora