Capítulo 6

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Kendall

Normalmente en las fiestas solo me sentaba a tomar unas copas con las chicas y los chicos, me gustaba escucharles hablar cuando estaban ebrios, eran graciosos y me distraían de Casey. Pero ahora todos parecían estar bastantes felices con los brownies que hizo Susan, aunque me parecía bastante gracioso verlos bailar decidí salir al patio.

- Kendall. – Unos brazos me atraparon y me sorprendió ver a la persona que lo hacía. – Te estaba buscando.

- ¿En serio? – Ella asintió.

- Una chica me ha dejado sola y no sabía qué hacer, pensé que tu podrías ayudarme. – Sonreí levemente. – Quizás yo la deje.

- ¿Has comido un brownie? – Ella asintió.

- Sabían raro, siempre las cosas de Susan saben raro. – Ella rio levemente.

- Vamos a calmarnos. – Ella asintió observándome. – Nos sentaremos y esperaremos a que se te pase el efecto, Casey.

- Esta bien. – Ella sonrió y me iba a sentar en una de las sillas del jardín pero ella me obligó a sentarme en la orilla de la piscina. – Me gusta el agua. – Ella murmuró quitándose los zapatos para meter sus pies dentro del agua. – Es tan mojada.

- Supongo. – Reí levemente y ella me miró con una sonrisa.

- ¿Por qué aun no me acuesto contigo?

- No lo quieres.

- Uhm, no es eso. – Ella rio levemente. – No puedo, es diferente. Ahora lo recuerdo. – Ella murmuró mirando sus pies. – Te contaré un secreto, ¿Si? – Yo asentí. – Me recuerdas a mi madre.

- ¿Y eso es bueno?

- Claro, mi madre era una gran mujer.

- ¿Era?

- Ella murió. – Su sonrisa se había borrado. – Si me recuerdas mucho a ella, tampoco es la razón por la cual no quiero acostarme contigo pero siento que sería como dañar a una persona demasiado buena.

- Me lo has dicho.

- ¿Lo he hecho? – Asentí. – Eres muy linda, eres como Andrea.

- ¿Tu madre? – Ella negó riendo.

- No, tonta. La chica que aparecía en mis sueños, aunque ella era menos rara. – Ella empezó a cerrar sus ojos. – Tengo sueño.

- Hey, no. No te duermas. Casey, no lo... - No pude atraparle antes de que cayera a la piscina, para mi suerte ella salió a flote en cosa de segundos limpiándose la cara.

- ¡¿Pero qué diablos?! – Ella me miró y yo solo sonreí. – Maldita Susan. – Ella golpeó el agua antes de que le ayudara a salir. –Dios. – Ella gruñó sacándose la camiseta, abrí ligeramente mis ojos al ver como se quedaba en ropa interior. Me quite la chaqueta que llevaba y agradecí que era lo suficientemente larga como para cubrir su ropa interior. – Gracias.

- Por nada. – Sonreí algo nerviosa.

- ¿Cómo has venido?

- Mi madre me dio el auto por esta noche.

- ¿Has bebido? – Negué. - ¿Podrías llevarme?

- Claro. – Ella suspiró mientras se cruzaba de brazos. – No sé si es buena idea intentar salir así. – Ella me miró.

- ¿Planeas que salte la cerca? – Me encogí de hombros.

- No es tan alta, vamos te ayudaré. – Ella me siguió a la cerca de madera y ella intento subir dejando la mitad de su cuerpo sobre esta, la empujé haciéndole caer y cerré mis ojos.

- Auch. – Oculté mi sonrisa y pasé la reja encontrándomela sentada en el piso. – Ni is tin ilti, vimis. – Reí levemente antes de empezar a caminar hacia mi auto.

- Vamos, tonta. – Ella alzó una ceja antes de subir al auto.

- ¿Yo soy la tonta?

- ¿Soy yo la que cayó a la piscina? – Ella frunció el ceño.

- Te estás pasando. – Me encogí de hombros haciendo partir el auto. – Bueno, nunca más comeré algo que me de Susan.

- Pensé que ya lo supondrías.

- No pensé que también le ponía marihuana a los brownies.

- Es un cliché. – Rodé los ojos. – Casey.

- ¿Uhm?

- Lamento lo que hizo Megan el otro día, ella suele ser más simpática luego de un rato. Estuvo mal lo que hizo y...

- Me da igual, tú no tienes que disculparte por nada, fue ella quien me tiro coca cola encima.

- Creo que era Pepsi.

- Da igual. – Me estacioné frente a su casa que estaba solo a unas calles de la fiesta. – Oye, bueno...

- ¿Qué?

- Gracias por cuidarme. – Ella me miró por unos segundos. - ¿Podrías hacer algo más por mí?

- Claro.

- Es que papá ha salido de la ciudad y mi hermano también está en una fiesta, y no es que me de miedo estar sola ni nada de eso pero...

- Claro que me quedaría contigo esta noche. – Besé su mejilla y ella hizo una mueca.

Cuando me había dado ropa y me indico su cama pensé que cuando ella saliera del baño se acostaría a mi lado pero me equivoque, porque solo se durmió en el sofá de su habitación, bueno creo que un paso hacia adelante, ¿No?

Kiss Me?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora