Kendall
Normalmente en las fiestas solo me sentaba a tomar unas copas con las chicas y los chicos, me gustaba escucharles hablar cuando estaban ebrios, eran graciosos y me distraían de Casey. Pero ahora todos parecían estar bastantes felices con los brownies que hizo Susan, aunque me parecía bastante gracioso verlos bailar decidí salir al patio.
- Kendall. – Unos brazos me atraparon y me sorprendió ver a la persona que lo hacía. – Te estaba buscando.
- ¿En serio? – Ella asintió.
- Una chica me ha dejado sola y no sabía qué hacer, pensé que tu podrías ayudarme. – Sonreí levemente. – Quizás yo la deje.
- ¿Has comido un brownie? – Ella asintió.
- Sabían raro, siempre las cosas de Susan saben raro. – Ella rio levemente.
- Vamos a calmarnos. – Ella asintió observándome. – Nos sentaremos y esperaremos a que se te pase el efecto, Casey.
- Esta bien. – Ella sonrió y me iba a sentar en una de las sillas del jardín pero ella me obligó a sentarme en la orilla de la piscina. – Me gusta el agua. – Ella murmuró quitándose los zapatos para meter sus pies dentro del agua. – Es tan mojada.
- Supongo. – Reí levemente y ella me miró con una sonrisa.
- ¿Por qué aun no me acuesto contigo?
- No lo quieres.
- Uhm, no es eso. – Ella rio levemente. – No puedo, es diferente. Ahora lo recuerdo. – Ella murmuró mirando sus pies. – Te contaré un secreto, ¿Si? – Yo asentí. – Me recuerdas a mi madre.
- ¿Y eso es bueno?
- Claro, mi madre era una gran mujer.
- ¿Era?
- Ella murió. – Su sonrisa se había borrado. – Si me recuerdas mucho a ella, tampoco es la razón por la cual no quiero acostarme contigo pero siento que sería como dañar a una persona demasiado buena.
- Me lo has dicho.
- ¿Lo he hecho? – Asentí. – Eres muy linda, eres como Andrea.
- ¿Tu madre? – Ella negó riendo.
- No, tonta. La chica que aparecía en mis sueños, aunque ella era menos rara. – Ella empezó a cerrar sus ojos. – Tengo sueño.
- Hey, no. No te duermas. Casey, no lo... - No pude atraparle antes de que cayera a la piscina, para mi suerte ella salió a flote en cosa de segundos limpiándose la cara.
- ¡¿Pero qué diablos?! – Ella me miró y yo solo sonreí. – Maldita Susan. – Ella golpeó el agua antes de que le ayudara a salir. –Dios. – Ella gruñó sacándose la camiseta, abrí ligeramente mis ojos al ver como se quedaba en ropa interior. Me quite la chaqueta que llevaba y agradecí que era lo suficientemente larga como para cubrir su ropa interior. – Gracias.
- Por nada. – Sonreí algo nerviosa.
- ¿Cómo has venido?
- Mi madre me dio el auto por esta noche.
- ¿Has bebido? – Negué. - ¿Podrías llevarme?
- Claro. – Ella suspiró mientras se cruzaba de brazos. – No sé si es buena idea intentar salir así. – Ella me miró.
- ¿Planeas que salte la cerca? – Me encogí de hombros.
- No es tan alta, vamos te ayudaré. – Ella me siguió a la cerca de madera y ella intento subir dejando la mitad de su cuerpo sobre esta, la empujé haciéndole caer y cerré mis ojos.
- Auch. – Oculté mi sonrisa y pasé la reja encontrándomela sentada en el piso. – Ni is tin ilti, vimis. – Reí levemente antes de empezar a caminar hacia mi auto.
- Vamos, tonta. – Ella alzó una ceja antes de subir al auto.
- ¿Yo soy la tonta?
- ¿Soy yo la que cayó a la piscina? – Ella frunció el ceño.
- Te estás pasando. – Me encogí de hombros haciendo partir el auto. – Bueno, nunca más comeré algo que me de Susan.
- Pensé que ya lo supondrías.
- No pensé que también le ponía marihuana a los brownies.
- Es un cliché. – Rodé los ojos. – Casey.
- ¿Uhm?
- Lamento lo que hizo Megan el otro día, ella suele ser más simpática luego de un rato. Estuvo mal lo que hizo y...
- Me da igual, tú no tienes que disculparte por nada, fue ella quien me tiro coca cola encima.
- Creo que era Pepsi.
- Da igual. – Me estacioné frente a su casa que estaba solo a unas calles de la fiesta. – Oye, bueno...
- ¿Qué?
- Gracias por cuidarme. – Ella me miró por unos segundos. - ¿Podrías hacer algo más por mí?
- Claro.
- Es que papá ha salido de la ciudad y mi hermano también está en una fiesta, y no es que me de miedo estar sola ni nada de eso pero...
- Claro que me quedaría contigo esta noche. – Besé su mejilla y ella hizo una mueca.
Cuando me había dado ropa y me indico su cama pensé que cuando ella saliera del baño se acostaría a mi lado pero me equivoque, porque solo se durmió en el sofá de su habitación, bueno creo que un paso hacia adelante, ¿No?
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Kiss Me?
Teen FictionUna serie de sueños cambiaron la vida de Casey y Kendall, en la realidad eran personas muy diferentes y opuestas. Casey no era una chica cualquiera y sólo era un cofre de secretos, a diferencia de Kendall que era un libro por leer. Segunda Temporada...