18

34 1 0
                                    

Frag. Gerard:

Donna llegó temprano y como soy un buen chico y he cuidado responsablemente de mi hermanito, su noviesita y bonita, me han dejado ir a la fiesta del buen Ray, dijo que habría muchas chicas y alcohol (cosa que Mamá jamás sabrá); podría decir que soy un tipo con suerte, pero para la pena de muchos, yo no creo en esas cosas.
Me arreglé lo que pude, claro, con mi adorada chaqueta negra, el cabello sin orden y el perfume atrapazorras, la noche lo amerita. Eso me recordó a Mikey, quien es el único en la casa que sabe lo que realmente hago, y de vez en cuando me llama Sinvergüenza por eso, ha pensado en decirme hijo de puta pero siempre recuerda que nos parió la misma persona.

-¿Listo?
-Sí ma'.
-No llegues muy tarde por favor.
-No ma'.

Subí a la moto y me dirigí a la casa de Ray. El clima era fresco y el camino algo largo, o talvez sólo era bonita, ¿qué hacía dentro de mi cabeza?, sólo había logrado regresar a Bárbara, demonios, ya lo había superado. Intento recordar cuánto adoro la sensación de ir a toda velocidad sobre esta cosa, pero no me reconforta como siempre, ahora sólo le provoca dolor a mi cabeza."Bárbara, déjame ir contigo..." , cierro los ojos... Y he estado a nada de matarme, pero no me importa; me deja pensar que un accidente automovilístico como alternativa de suicidio es de lo más estúpido, la idea me obliga a esperar, "si lo hago yo prometo que será espectacular, habrá sangre por todos lados, será algo épico y lo recordarán cómo el show de sus miserables vidas, cuando lo haga... como le habría gustado a ella".

Por fin, me estacioné fuera de la gran casa de los Toro, había gente por todos lados, las luces rebotaban fuera del recinto, algunos entrando y otros saliendo, otros cuantos amagando en el césped y Lyn-z saludándome por allá [...] "Alto... ¡¿Lyn-z saludándome por allá?!"
Mierda, no se supone que estuviese aquí... ¿Por qué no me dijo nada?.

Caminé a toda prisa con la mirada de muchas resbalando por encima mío, me dirigí directo a esa minifalda negra, blusa roja y coletas de colegiala.
-Hola Gee... -saludó sonriendo-.
-Hola -besé sus labios- ¿qué haces aquí?, ¿por qué no me dijiste que vendrías?
-Ha, pareciera que no te agrada verme -dijo jugueteando con su índice en el contorno de mi mandíbula- mejor aprovechemos que ambos estamos aquí y... Divirtámonos.
Se adhirió a mi brazo y me hizo entrar. La música hacía imposible escuchar lo que decía la chica enganchada a mí, hasta que se acercó a mi oído. Caminamos entre todo el gentío hasta encontrar un lugar en la "pista", al instante comenzó a bailar, se movía bastante cerca, técnicamente rozándose conmigo y yo, no sabía qué hacer. Luego de moverme lo más inteligentemente posible para seguirle el ritmo, comenzó a hacer bastante calor, estaba bañado en sudor y ella, ni se diga.
-Vamos a tomar algo -Se diluyó su voz en el estruendo-.
Nos dirigimos a la barra de la cocina y destapamos unas botellas.
Mi mente divagaba cada vez más profundo, intento poner mi cabeza en el sitio en el que me encuentro y lo único de lo que estoy seguro es que ésta noche le he prestado menos atención a Lyn-z que otras veces, ni siquiera logré darme cuenta cuando fue que sus amigas la llamaron.
El ambiente de una fiesta nunca había sido tan pesado para mí, la tormenta que se arremolina en mi cabeza sólo traía recuerdos polveados de oscuridad, "sólo quiero que me dejes tranquilo" .
Mi mirada quedó fija en un azulejo como si fuera la cosa más interesante que podía haber contemplado en mi vida, como si pudiera darme una respuesta o algo así, y de un momento a otro el enano Iero se acercó a mí. Agradecí mis dotes de actor y fingí no estar roto "una vez más".
-¡Hey, Gee! ¿Qué hay de nuevo?
Debe tener la misma edad que Mikey, así que no sé qué putas está haciendo en esta fiesta, "Seguro vendiendo crack, o algo así".
-Hola enano, ¿no deberías estar en la guardería?.
-¡¿Qué, y perderme esto?!, claro que no hermano, de aquí se saca bastante billete, tú sabes... Gatas en celo, idiotas sin experiencia, los clientes de siempre...
-Y... ¿Qué traes ahora?...
-¿Por qué?, ¿Quieres?.
-Si me das un poco, prometo que no le diré a tus papis...

Frag. Frank:

"Si va por cuenta suya hasta lo publica en el periódico, ya sé que a papá no le interesa, y en cuanto a mi madre... Ella no necesita más problemas", no debe saber que su pequeño Frankie hace cosas del diablo, porque sí yo soy el autor desde el producto hasta la ganancia. Suficiente tengo como preocupación eso de escapar de la Policía. Debo decir que realmente me sorprende que Gerard me amenace de nuevo para que le dé de mi mercancía, no lo había hecho desde aquella vez en que casi muere de una sobredosis, fue en una fiesta parecida a ésta, pero más temprano, recuerdo que tuve que correr antes de que se enteraran quién fue quien le dió la porquería que lo dejó en el suelo.
Hubo un tiempo en el que tenía que esconderme de él porque sentía que si me tomaba del pellejo, no volvería a abrir los ojos otra vez, pero fue él mismo quién me dijo que era culpa suya y no mía, que no me preocupara. -Toma -expliqué cómo se ingiere y me largué a vender en serio-.

Frag. Gerard:

Acompañé la ingestión con una botella, parpadeé algunas veces antes de que los patrones sustituyeran todo lo que me rodea.
"Si hay algo que sé sobre lo que acabo de consumir, es que el tiempo pasa increíblemente rápido" en cuestión de segundos o quizá minutos, lyn-z se encontraba otra vez junto a mí, tomándome del brazo y llevándome a otra parte, me sujetaba de tal forma que no callera o me estampada con algo, para después arrojarme a algo que supongo yo, era un colchón.
La chica de piel floreada psicodélica se montó sobre mí para luego besarme, de la boca, al cuello y del cuello hasta mi abdomen repentinamente desnudo. Me besaba cada vez más intenso, justo como solemos hacerlo, de todas formas menos con ternura, aquello debía haberme atrapado como para seguirle el juego, pero su rostro era lo que tenía toda mi atención, de repente desapareció y apareció, sus facciones cambiaban, ya no era lyn-z, era...
-¿Raven?.
-¿Qué? ¿quién es Raven?
"Oh, diablos".
-...
-¡Ahg, lo sabía, me estás engañando!, ¡debí imaginarlo, eres igual a todos! -Gritó mientras se quitaba violentamente de encima mío, recogiendo sus cosas-.
Se fue como si tuviese dignidad alguna. Dejé de tener "conciencia" en el momento en que se oscureció.

-Gerard... Gerard... Ah...
-¡High! ¡Ah! ¡¿Qué demonios te pasa?!
-JAJAJAJA, lo siento, pero estabas tan dormido que creí que habías muerto, te hablé mil veces.
-¡Esa no es razón para lanzarme un valdazo de agua, Ray!
-Ah, y porque ya son las 2:30 -dijo con simpleza apunBrando un reloj-.
-¡MIERDA!.
-Sí, más vale que corras.
-Gracias, compadre.
Ray conoce mi rutina, desde la habitación por las noches, hasta los planes del día siguiente, le aseguraría el cielo, pero lo conozco lo suficiente como para decirle que lo veré en el purgatorio.

Voy como puedo sobre la moto, llego a casa y al pasar la puerta...
-¡Mikeysito!...
-Sí, le dije que llegaste a tiempo, y sí, cree que sigues dormido -dijo con el gesto endurecido, con ambos brazos cruzados a la altura del pecho y la mirada, la famosa mirada de los Way-.
"Sí... Casi olvido lo del cine"
-Tienes media hora.
-Gracias bro.

Frag. Mikey:

"Qué fácil es resolverle los problemas a otros, pero que difícil es ser siquiera un poco recíprocos con el cumplimiento, ¿no, hermanito?".

OutsidersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora