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Frag. Raven:

Brrgh... Brrgh...
-Mmm...
Brrgh...
-Mmm...
"Rayos, cuánta hambre tengo... Pero tengo demasiado sueño como para levantarme".
¡BRRGH!...
"Oh..."
Me levanté sigilosamente de la cama, procurando no hacer sonar ni un resorte, no quería despertar a Gee, sería de mal gusto, aunque pareciera vaca anestesiada.
Giré la perilla de la puerta y bajé las escaleras de puntas. Entré a la cocina y abrí el refrigerador.
-Ummm... A ver, que tenemos por aquí.
"Hay mucho, pero no se me antoja nada de esto".
Abrí el congelador y... ¡Tadá!... Helado. Me moví rápido por una cuchara y coloqué el helado en mi antebrazo, lo destapé y engullí algunas cuchardas, cerré la puerta de congelador y ahí estaba él, la principal causa de mis pre-infartos:

-¡¿Qué haces hurgando en mi refrigerador?!
-Consiguiendo desayuno -apenas pronuncié con la boca retacada de vainilla-.
-¡El helado no es desayuno! ¡además!... Alto, ¿ese es de vainilla?.
-Aham... -Tragué-.
-¿Y tenías qué tomar el mío? ¡¿Por qué no tomaste el de Mikey?!.
-Porque no me gusta mucho el chocolate -continué comiendo-.
-Si ya lo abriste, por lo menos dame -dijo casi con pucheros y arrebatándome la cuchara y el bote-.

Ambos nos dirigimos al sofá a mirar caricaturas.

Frag. Cuarzo:

Me sentía bastante tranquila, hacía mucho que no dormía tan bien, estaba cómo nunca desde hace unos años, estaba... Felíz.
Me extrañaba que fuese en mi casa, lo usual es que concilie un buen sueño durante el camino a un viaje.
Justo debajo de mí se encontraba mi peluche favorito, uno casi de mi tamaño; inhalo profundo y es aquí la parte que más disfruto de un sueño, el sentirlo tan real como la paz latente en las horas nocturnas, dentro de mis sábanas, dentro de mi cabeza. Comienzo a estirarme cuando siento lo que está debajo de mí respirar con dificultad, fuggles, ¿te estoy aplastando osito?, lo siento... Me muevo y "Un momento, fuggels no es lampiño ... ¿Qué es ésto debajo de mí?"
-Mmmh... Crz... Crz... Curz...
Escucho balbucear, ¡Demonios! "Qué rabia", había que abrir los ojos.
Esperen, ALTO, esta no es mi casa, éste no es mi cuarto, ¿en dónde es... "Encerrados.... la casa de los Way..."
-¡Ya lo recuerdo!.
-Qué bueno porque ya no puedo respirar...
-¡Hig! ¡Mikey, lo siento!...
-¡Tenías 4 horas sobre mí! -Reclamó todo rojo-.
-En serio que no sé cómo terminé así.
-Verás, comenzaste a hablar en no sé qué idioma y caminaste en cuatro hasta mí, para luego tirarte sobre mi espalda como si fueras un perro.
"Ups..."
-Lo siento -dije apenada, y lo notó-.
-Pero te veías bastante tierna justo ahí donde te encontrabas, así que no quise despertarte -dijo en el tono que tanto extrañaba-.
-Siento no avisarte que de vez en cuanto me levanto sonámbula.

Frag. Mikey:

Seguía apenada, creo que la manera de moverla de encima mío no fue una idea muy brillante, y la forma de explicarle como es que llegó ahí, tampoco fue la mejor. Así que tengo que pensar en algo...
"Eso debe funcionar"... Dije recordando el abrazo de a noche.

-Oh, ven aquí...

Me abalanzé a ella, y yo, alias "señor torpe en el romanticismo", me fuí hasta el otro lado de la cama, directo hacia el suelo y amortiguando con ella.
-Auuuh.... -Dijo con los ojos llorosos-.
-A-ay, lo, lo siento -la levanté de inmediato trayéndola hacia mí tomándola como las madres cuando acunan a sus bebés.

Frag. Cuarzo:

-Disculpa ¿sí?, soy muy idiota... -Dijo tallando su mejilla en mi cabeza-.
"¡Por dios, es tan lindo!" es como lo había imaginado, no con él, pero no me importa, porque está sucediendo.
Aunque me dolió el golpe, no hice caso después, me había cargado como un niño herido, sentado en el suelo con las piernas cruzadas y yo bien acoplada sobre ellas, me recargué en su duro pecho e inhalé su esencia, se me escapó una sonrisa.
Me envolví en su abdomen.
-No hablaremos de esto ¿verdad? -preguntó-.
-No lo haré si me respondes algo.
La pregunta molestaba mucho la mente.
-¿Tú me quieres?...
-Sí, yo te quiero, Cuarzo... Mucho -susurró al final-.

Frag. Gerard:

Me agrada esta niña, debo admitir que me encantó aterrarla, hace mucho que no le hacía eso a alguien; no desde Bárbara. También hacía mucho que nadie me retaba, o mandaba a la mierda mi poder de palabra.
Se ve linda ahí sentada, con su pequeña cara embarrada con mi helado, me gusta su risa, y me divierte hostigarla indirectamente pero... Ahora estoy con Lyn-z, y me he prometido no volver a tomar en serio el sentimiento de amor. Aunque me pese debo admitir que ésta chica me movió algunos dolores del pasado. Me recordó la decepción y la perdida.

"Ayer, al dormir, sólo pude recordar sus ojos cuando se fue"

OutsidersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora