Nuevo día, no sé qué carajos pasó a noche... Creo que mi mente colapsó justo en el momento en el que puse a Mikey y a Jackson en el mismo lugar.
Le conté todo a mi mejor amiga de sangre, mi casi hermana Amina,
Sí, ella también conoce a Jackson, dijo que llegó a irse a casa junto con él, vaya cosa ¿no?, no le tengo gran rencor a ella, ¿cómo hacerlo sí ella está enamorada de un tal Elías desde ese entonces?, además, no es su culpa que me gusten los idiotas. En fin, me contó una que otra cosa sobre él. Alguna que otra vez, llega a mi cabeza que ése es sólo el principio, que estos pleitos a insultos, no durarán mucho, que quizá después, seamos otra cosa, que talvez, yo le interese.
Pasada ya media semana de nada más que tensión con Jackson, risas y secretos con Rave, y una buena convivencia con Mikey.
Jueves por la mañana:
Me levanté con todo el peso de mi alma, taladrando if you can't hang a las 7:00 en mi celular.
-Agh...
Hoy había que llegar un poco más tarde al bachillerato, tendría más tiempo para poner música a todo volumen en casa.
Me bañé con el agua helada, ni siquiera toqué el celular, tampoco desayuné. No sentía ni felicidad, ni tristeza, ¿cómo se puede llamar a eso?, sólo dejó de importarme lo que pasaba, quizá era tan predecible y rutinario que no me impresionaba ( y eso que no llevaba mucho ahí).
Lo hice todo en automático, desde la casa, el camión, y la entrada a la primera clase, Rave tampoco se veía tan emocionada ahí sentada apartando mi asiento. Lo mismo, los idiotas sentados cerca, todos sumergidos en cosas insignificantes, y luego estaba Mikey, radiante, completo e imposible de derribar.
Todos tomamos nuestros bolígrafos y comenzamos a apuntar.
-Muy bien, en equipo, elaborarán una representación de la forma más original qué se les ocurra con la información que les acabo de dar...
Bien, otro motivo para encontrarme cerca de Jackson o... Mikey.
A final de cuentas, Raven y yo terminaríamos en casa de Mikey; los equipos se convirtieron en trinas, y creo que prefería la compañía de estos buenos chicos. Podría aguantar uno que otro insulto sin responder nada, pero un tiempo de más con Jackson, sería la guerra.
Jackson ha jugado un papel principal en mi cabeza durante las próximas semanas, provocándome pérdida de información importante en clases y unos otros problemas con poner atención a la gente cuando me habla; era más todo ése tiempo que revoloteaba en mis pensamientos, que el tiempo que duraba nuestro intercambio de palabras, una convivencia bastante pobre para ser verdad. Seré sincera y lo diré de una vez con todo y la poca certeza que tengo... Pienso que Jackson y yo talvez terminemos juntos, se entiende, eso de que un día llegue diciendo "oye, ¿sabes qué?, lo siento, realmente yo nunca quize herirte con mis insultos. Me he enterado de buena fuente que sientes algo por mí y... Tengo que decirte que... Por encima de los incómodos momentos y las malas respuestas a tus amabilidades, tú también me importas, tú sabes... De esa otra forma, diferente...". Pero me lo han dicho en todas partes, a quienes yo ya se los he contado, que es un reverendo idiota sin remedio, que no es él al que debo entregarle lo mío, que cuando llegue el indicado voy a vivir mi vida tranquila, que tus rodillas tiemblen por alguien, no es señal de paz de ninguna forma. Rave y Amina coincidieron, me quieren hacer probar que Jackson no es de donde soy; me aseguraron que con sólo acercarme a hablar un tema de gran solvencia para una larga plática, lo evadiría por el poco interés de saber lo que pienso, dicen que sí no le interesa escuchar tu versión de las pequeñas cosas que componen la vida, realmente no piensa en tener algo contigo, ni imaginándolo... Ahora, sólo quedaba comprobarlo.
En clase de Química, justo cuando el profesor salió del aula me intenté acercar, ¿ya había mencionado lo torpe que soy con los chicos que me atraen? ¡Soy un desastre!.
-Y... Oye Jackson...
Ninguna respuesta por parte suya, seguro no me alcanzó a escuchar.
-*carraspeo* ¡Jackson!.
-¿Qué? -Respondió seco-.
-Am... ¿Tú qué piensas sobre la religión?...
Nada. ABSOLUTAMENTE NADA. ¡Sí, así es!, sólo se volteó y nada, no contestó ni un bufido. Y fué ahí que nació la idea de un interés en mí perfectamente bien escondido.escondido interés.
