ASQUEDADO

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*Renato*

Un ser como yo no debería estar vivo. Me molestaba el verme al espejo, me molestaba mi nombre, odio ser yo, me odio. La culpa esta a punto de acabar conmigo y me siento avergonzado solo de pensar en lo que hice. Todo estaba mal, más que mal. Estaba asqueado de mi mismo.

Edward me había prometido no decirle nada a mi madre hasta que yo lo hiciera, pero sin embargo sabia que el ya había hablado con Carlisle, y quizás eso había sido lo mejor.

Quería gritar, quería salir corriendo con toda la fuerza que pudiera y desaparecer del mundo y de la vida, dejar de existir, solo para no sufrir más. La pregunta era ¿en verdad lo haría?

Cada vez que me formulaba aquella pregunta, la primera imagen que venia a mi mente era la de mi madre, ella sufriría si yo no estuviera, a pesar de que yo creo que ella estaría mejor sin una complicación tan inútil como yo.

-hoy lo vi... -murmuro mi madre, en su habitación hacia ya algunos meses. Mi padre, Emmett estaba sentado frente a ella escuchando con atención, sus puños apretados y el ceño fruncido.

-¿Dónde lo viste?... quiero matarlo... -gruño mi padre mientras se ponía de pie. Mi madre lo había presionado con bastante fuerza de los hombres.

-Royce King -escupió con desprecio -no es alguien que valga la pena... no nos vamos a manchar las manos.

-es que no puedo... -dijo mientras temblaba y su rostro se endurecía mas y mas -el solo hecho de pensar en lo que uno de sus amigos te hiso, o lo que el mismo te hiso... me hace enfurecer, me llena de indignación -al escuchar las palabras de Emmett tan serias fue cuando me empecé a molestar.

No me gustaba la idea de saber que algo malo le habían hecho a mi madre. Sobre todo por que yo no sabia, que durante su vida humana ella hubiera sufrido por algo en particular.

-vamos que eso es algo pasado... -empezó a decir ella, pero Emmett la interrumpió.

-¡te violaron! -Casi grito, abrí los ojos de golpe y mi respiración se detuvo por unos instantes -ellos se merecen morir... fue lo mas bajo que se le puede hacer a alguien y te lo hicieron a ti... -dijo mientras rodeaba con cariño el rostro de mi madre.

Me asome con cuidado por el agujero de la llave de la habitación y me sorprendí al ver que mi mama sonrió.

-si... pero de ese hecho... -bajo la voz un poco mas -de eso resulto nato... y soy sincera no me imagino un mundo sin el -me separe de la puerta de golpe, y empecé a retroceder con cuidado de no hacer ruido. Cuando llegue a mi habitación me encerré en el baño.

Yo producto de una violación. Es decir que Emmett no era mi padre, a pesar de que así era como había crecido. Es decir que yo era hijo de algún monstruo sin corazón capaz de ultrajar de aquella manera tan baja a una mujer. Mi madre había sufrido de aquello, y de esa cobardía había resultado yo.

De pronto me sentí tan sucio, tan molesto, tan indignado, y decepcionado. Me enfurecí por que le hubieran hecho aquello a Rosalie. Era mi madre biológica y no solo eso, era la mejor madre. Me amaba y nada me daba pie a pensar lo contrario, pero sin embargo, desde entonces yo me empecé a odiar.

El saber que por tus venas corre la sangre de un cobarde capaz de tal bajeza, es lo peor. El haber sido criado dentro de esta familia, donde todos son unidos y se respetan, me hace aborrecerme al punto de la desesperación todo de lo que me acababa de enterar, y me odiaba y me odio por ello.

Yo soy un ser impuro que creció en la entrañas de una mujer inocente y buena. Yo no soy nada más que una aberración, un total y completo error.

Pero todo aquello pasa a segunda plano en el momento en el que recuerdo a Jane.

¡Maldita bruja!

Isabella CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora