Parte sin título 27

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Adiós

-¡Ness se hace tarde! -grito Alice, desde la puerta principal de la casa.

-¡ya voy tía! -le había respondido mi hija mientras bajaba a velocidad las escaleras.

No podía creerlo, al fin el día había llegado, era el momento de partir a Europa. Después de un año, desde habernos enterado de la enfermedad de Marie, al fin podíamos viajar para realizar un trasplante a base de células madre.

Ya que ninguno de los miembros de los Swan había sido compatible con ella, Reneè había recurrido a embarazarse, y gracias a ello se pudieron conseguir aquellas células, desde el cordón umbilical. Y gracias a ello también ahora tengo otro hermano. Patrick. Tanto mi madre, como Phil están dichosos con el. Y Marie y yo, estábamos tan felices como ellos, ya que ese pequeño era un angelito hermoso.

-Bella... -llamo mi Edward, avance rápidamente hacia el, y luego entre en el auto. Momento después Ness se acomodo en el asiento de atrás, junto a Alice.

Tomaríamos el avión que salía a las tres de la tarde, de Seattle a París. Nath, Rosalie, mi padre y Marie estaban ahí desde hacia dos días, los demás, es decir Jasper, Emmett, Esme, y Lilian se habían quedado pero viajarían dentro de una semana.

Había pasado mucho desde la última vez, que habíamos cruzado al océano atlántico, era arriesgado, lo sabíamos. Pero al mismo tiempo Carlisle estaba seguro de que no intentarían nada, siempre y cuando estuviéramos juntos.

Apenas hubiéramos llegado a París, nos hospedamos en el mismo hotel en el que lo hacia mi familia. La intervención quirúrgica que podría salvar la vida de mi hermana, se la realizaría el día sábado de esa misma semana. Y mis nervios estaban a flor de piel.

No había querido salir del hotel en ningún momento, solo quería permanecer junto a ella. Marie estaba tranquila, y siempre acompañada por Renato.

Las miradas, los abrazos, el cariño entre ellos era palpable, parecían necesitarse, añorarse, desearse profundamente, y eso era algo que me tenia feliz. Nath, amaba a Marie, estaba segura de eso, ellos parecían perfectos juntos, aunque sabia que eso era algo que no alegraba a Rosalie.

-¡que... si muere! ¡¿Qué pasaría si ella muriera?! -habían discutido hacia ya, algunos meses con Nath. Sin conocer que yo acababa de llegar a casa.

Ella estaba demasiado preocupada por lo mal que lo podría pasar Renato con todo esto, yo sinceramente también, pero aun así mantenía la esperanza de que todo esto, terminara bien, esperaba sinceramente que esto tuviera un final feliz.

-¿crees sinceramente que eso ocurra? -pregunto Nat, solo una hora después, cuando ya mi hermana estaba profundamente dormida.

-Nath... te has vuelto a apoderar del poder de Edward y del mío... sabes que eso no es cortes -lo regañe, el frunció el ceño.

-es solo que a veces necesito saber que piensan ustedes... saber si en verdad tienen la esperanza... -soltó mientras pasaba su mano, entre los cabellos de mi hermana.

-si lo creo, respondí a su pregunta, y el sonrió ladinamente. -acto seguido yo salí de la habitación, dejándolo con ella.

Mi hija, parecía tan ansiosa como yo, y veía a Alice desde un sillón revisar una y otra vez las posibilidades de lo que iba a pasar.

-¡todo va a salir bien! ¡Se que no me equivoco! -había soltado alegre, y yo le había creído, necesitaba hacerlo, necesitaba agarrarme a algo, para no volverme loca.

-espero en serio que todo se arregle... -había dicho Rosalie, las tres volteamos a verla -saben, a veces al pensar en la debilidad de los seres humanos... me lleno de tristeza. Muchas veces Bella, me has contado de que... en aquella otra existencia yo había querido ser humana, madre, esposa, envejecer... pero lo cierto es que... tanto en aquella situación, como en esta todo es demasiado complicado...

Isabella CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora