Capítulo 2.1

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Stiles

Un taxi pasó por nuestro lado. Los tres nos giramos para mirar al rededor. Lydia no parecía muy contenta de estar allí, y Simone parecía verse algo distraída, como si no supiese qué hacer. 

― Venga chicas― las llamé― Esto no parece tan malo. 

― No es la ciudad, es el plan― contestó Lydia. 

― Lydia tiene razón― dijo Simone. 

― ¿Lo ves? Este podría ser el plan más estúpido que hayamos preparado, ¿eres consciente de eso, Stiles?

― Puede que no sea el mejor. 

― Está claro que vamos a morir.

― ¿Lo dices como Banshee o solo estás siendo pesimista?― pregunté, mientras empezábamos a caminar. 

― Lo digo como una persona que no quiere morir.

― Yo también creo que vamos a morir. No es un buen plan― dijo Simone. Lydia la miró.

― Por lo menos Simone lo admite completamente. 

― Será mejor que vayamos ya, creo que el lugar era por aquí― contesté. 

-

Cuando la noche cayó, nos dirigimos a la fiesta. Lydia se quedó mirando a los dos vigilantes y la gran puerta que teníamos delante, al igual que Simone. Aquellos vigilantes no parecían muy simpáticos, y eso no me ayudaba a mantener mis nerviosa a raya. 

― Hemos venido para la fiesta― dijo Simone. 

Uno de los hombres negó con la cabeza. Entonces saqué la invitación de mi bolsillo y se la mostré. Él señaló hacia una cámara con la cabeza, y mostré la carta a la cámara. El ruido de un timbre se escuchó, y la puerta se abrió.                      

Lydia, Simone y yo entramos dentro. La puerta se cerró detrás de nosotros, y Lydia y yo nos giramos al escuchar el portazo. Simone ya había seguido caminando hacia adelante. 

  ― Espéranos. Tenemos que hacer esto juntos. Hay que seguir el plan― susurré, corriendo hacia Simone. 

Pensé que Lydia haría algún comentario más sobre que el plan era estúpido, pero no lo hizo. El suelo y las paredes parecían emitir zumbidos por la música. Al final del pasillo había otra puerta, la cual parecía estar temblando por el volumen alto de la música. Lydia cogió a Simone del brazo. Miré a Simone, y ella me miró y asintió con la cabeza. Entonces abrí la puerta.  

Allí había un montón de gente bailando y bebiendo. La música se escuchaba tremendamente alta, y aquello me molestaba un poco. Había muchas luces que parpadeaban y que se movían. En el suelo había una especie de humo que no emitía ningún olor. Puse mi mano en la espalda de Simone para hacerla caminar a mi lado. Lydia seguía agarrada al brazo de Simone, como si estuviese protegiéndose. 

Mientras caminábamos hacia la barra, un chico muy borracho y sonriendo se plantó delante de Simone. Estiró su mano hacia la mejilla de Simone, con intención de acariciarla. Me pregunté por qué diablos ella no se alejaba de él. Así que si ella no lo hacía, lo haría yo. Aparté al chico de allí y agarré la mano de Simone con fuerza y tiré de ella hasta llegar a la barra. Estaba nervioso, y ahora algo enfadado. Nos sentamos allí, y un camarero nos ofreció tres copas con alcohol.

Miré a Simone, la cual miraba atentamente su copa. Empecé a buscar mi cartera para pagar las bebidas, pero entonces sentí una mano en mi hombro. 

― No, estáis invitados― dijo una voz masculina. No me hacía falta saber que detrás mío había un hombre que era dos veces más grande que yo y que nos estaba abrazando a Simone y a mí― Los adolescentes norte americanos no cruzan la frontera para rechazar la bebida. 

Dark Ways| Stiles StilinskiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora