Capítulo 3.20

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Stiles

― Ya casi hemos llegado― farfullé mientras veía el cartel en el que había escrito "Bienvenido a Beacon Hills" a unos metros de nosotros. 

Simone movió la cabeza y abrió los ojos de golpe.

― No estaba durmiendo― murmuró de mala gana. Rodó los ojos y yo no pude evitar hacer lo mismo. Ya le había enviado un mensaje a Scott, diciéndole que estábamos volviendo y yendo para su casa. Esta vez procuraríamos que Simone no escapara, y con la ayuda de Liam y Scott sería mucho más fácil.

― Te metiste en mi cabeza, de nuevo― empecé a decirle, solo para distraerla―. En la iglesia. ¿Qué pretendías? ¿Creeías que no me daría cuenta?

― Si no hubiera sido por el imbécil de Theo, no habrías querido despertar― contestó, mientras sonreía con suficiencia y con orgullo. Se recostó en el asiento y se quedó mirándome fijamente. Al principio traté de ignorarla, pero al cabo de unos segundos empecé a sentirme incómodo. ¿Por qué hacía eso? Seguramente solo era un truco para meterse en mi cabeza―. Te veo algo nervioso, Stiles. ¿Por qué no paras el jeep un momento y te relajas? Además, no has dormido en toda la noche, debes estar cansado.

― No pienso parar el jeep.

― ¿Y si te hago una mamada?

Bufé y puse los ojos en blanco. Simone jamás diría cosas tan obscenas como aquellas. A veces, tenía recordarme que aquella chica no era mi Simone, sino un espíritu diabólico. Pero aquello era realmente difícil teniendo en cuenta de que ahora ambos tenían el mismo rostro.

Levantó y bajó los hombros, sin dejar de sonreír.

― Bueno, como quieras― dijo―. Supongo que te la puedo hacer aunque estés conduciendo.

― Ni se te ocurra tocarme― respondí, mirándola por un segundo―. Basta― empecé a decir, al sentir sus pequeñas manos moverse hacia mis pantalones―. ¡Para!― traté de apartar sus manos, pero entonces me desvié y empecé a ir en contradirección― Joder, ¡no hagas esto cuando esté conduciendo!― le grité, tratando de relajarme. Un poco más, y nos habríamos llevado a otro coche por delante al ir en contradirección.

― ¿Eso significa que quieres que te haga una mamada cuando no conduzcas?

― No― hice una mueca, frunciendo el ceño. Esta vez ella se quedó en su asiento, de brazos cruzados. Tramando algo, seguramente. Podía verlo en su mirada.

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― Bueno, médicamente está bien― dijo Melissa, refiriéndose a Simone quien estaba atada en la cama por las muñecas y los tobillos―. No me puedo creer que esté pasando otra vez.

― ¿Qué hay de la bestia?― le pregunté a Scott― Por favor, dime que habéis conseguido salvar a Mason. 

― Lo hemos conseguido, Stiles― respondió Scott, sonriendo―. Ahora el problema es cómo salvarla a ella― señaló a Simone con la cabeza.   

― Vale, tengo un  plan. Seguramente funcionará, pero habrá que tener cuidado.

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Lydia se escabulló en la habitación, sin que nadie se diera cuenta. Cerró la puerta poco a poco y agradeció que Simone se mantuviera callada. De hecho, al girarse para mirarla, Lydia vio algo de diversión en su mirada. Como si esto le pareciera divertido o entretenido.

― Puedes sentirlo, ¿verdad?― le susurró Simone.

― Sí― contestó Lydia―. Alguien va a morir, y yo no pienso permitirlo.

Dark Ways| Stiles StilinskiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora