Dark Ways| Stiles Stilinski

Capítulo 3.9

Stiles

Escuché una alarma sonar. No era la mía, sino la de Simone. Cogí su móvil y paré la alarma. Estaba cansado; quería seguir durmiendo. Me tumbé y seguí abrazando a Simone.

Las ganas que tuve anoche de besarla no podrían contarse con los dedos de las manos. Había procurado aguantar, pero ya no podía más. La necesitaba con locura. Recordaba ten perfectamente como el Nogitsune había tenido sexo con ella como si hubiera sido yo mismo el que lo hubiera hecho con ella. Incluso había soñado con ello. Había pasado meses así guardándolo en secreto, pensando que al estar con Malia lo olvidaría, pero me equivocaba, porque cuanto más me acercaba a Simone, más ganas tenía de hacer esos recuerdos míos, no del Nogitsune.

Me quedé mirándola mientras dormía. Tal vez, si le daba un pequeño beso no se enteraría. Solo necesitaba saber qué se sentiría al besar sus labios. Solo una vez, y entonces lo olvidaría para siempre y seguiría con mi vida como si nunca hubiera pasado. Seguiríamos siendo amigos y nadie se enteraría nunca de ello, ni siquiera ella misma. Nadie. Ni Malia, ni Scott, ni Lydia. Absolutamente nadie.

Me acerqué poco a poco a sus labios, mirándolos fijamente. Pero entonces ella se despertó y se quedó mirándome con el ceño fruncido.

― ¿Qué haces, Stiles?

― Nada... solo iba a despertarte; tu alarma ha sonado.

― ¿Enserio?― preguntó cogiendo su móvil― Pues no me había dado cuenta.

Ella se sentó en mi cama y entonces impedí que se levantara. La volví a tumbar y me puse encima de ella.

― Stiles me voy a-

Mi padre no acabó la frase y se quedó mirándonos a Simone y a mí, con una mueca de confusión en la cara.

― En fin, no voy a preguntar― dijo y cerró la puerta de mi habitación, marchándose.

― ¿Qué diablos haces Stilinski?― me preguntó ella, mirándome con cara de poco amigos.

― Tengo que hacer una cosa antes de que me odies para el resto de tu vida― le dije yo.

― Stiles, no, ¡ni se te ocurra!― me gritó. La cogí de las muñecas para que no pudiera moverse, pero no lo hice a tiempo, porque cogió mi cojín y me lo lanzó en la cara. Saltó de la cama y corrió hacia la pared para alejarse de mí― ¿Estás loco? ¿Por qué has hecho eso?― estaba muy asustada por mi comportamiento― Da igual, no me contestes.

Cogió su ropa y se encerró en el baño dando un portazo. Un par de minutos después salió totalmente vestida. Se puso las bambas con manos temblorosas, con miedo a que le hiciera algo.

― No iba a hacer lo que crees que iba a hacer― me apresuré a decir―. Jamás sería capaz de hacer algo así, solo quería...

― ¿Qué querías entonces, eh?― preguntó enfadada― Mira, no quiero ni saberlo. Mejor me voy.

Murmuró algo parecido a "sabía que no debí quedarme" o algo así mientras daba otro portazo para marcharse. Me senté en mi cama y miré la mordedura de Donovan en mi hombro. Estaba sanando, muy lentamente, pero lo hacía.

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― Es como si esa cosa no quisiera ser encontrada― me quejé yo. Habíamos estado casi una hora buscando el maldito Nemetón, pero no lo habíamos encontrado aún.

Por otro lado, estaba molesto conmigo mismo por cómo me había comportado con Simone aquella mañana. Desde entonces he tratado de disculparme con ella entre clases, pero lo único que ha hecho ha sido huir de mí e ignorarme.