Capítulo 2.9

2.2K 205 13
                                    

Simone

Tan sólo había sido un sueño. La sombra de un hombre en la ventana no había sido real, sólo un sueño, ya que me había despertado de golpe aquella mañana en la cama. Pensé que la llamada que le hice a mamá también había formado parte del sueño, pero ella me confirmó que no ya que me preguntó por qué había colgado tan abruptamente aquella noche. Después de eso ya no estaba tan segura de que aquella silueta masculina tan sólo hubiese sido un sueño. 

Me salté las clases aquel día para poder ir al hospital de Beacon Hills. Stiles estaba en él con su padre, a quien habían herido de bala. Scott me lo había contado todo y me había pedido que le hiciera compañía a Stiles ya que él no podría ir a verlo. 

Cuando toqué en la puerta de la habitación, el sheriff Stilinski estaba dormido en la camilla. Stiles estaba sentado en un sillón al lado con una mirada preocupada. 

  ― Hola. ―lo saludé tímidamente.―¿Cómo está?―le pregunté, refiriéndome a su padre. 

― Bien, mucho mejor. Eso no es lo que me preocupa.―respondió Stiles, tan nervioso y paranoico como siempre. 

― ¿Qué te preocupa?

― Las facturas. Las facturas de la comisaría, de Eichen House y ahora del hospital. Mi padre cree que aguantaremos con todo eso, pero se equivoca.―dijo él. 

― Mamá también está algo agobiada por las facturas. ―contesté yo.―Supongo que todos intentamos salir adelante y que el esfuerzo es lo que cuenta, como siempre dicen, ¿no?

Stiles asintió con la cabeza, aún nervioso por su padre. Últimamente estábamos todos de facturas hasta las cejas. Mamá se pasaba el día trabajando en el hospital, al igual que Scott en la clínica de Deaton. 

― ¿Qué tal las entrevistas de trabajo?―me preguntó Stiles de pronto. 

― Sinceramente, no muy bien.―respondí.―Fui a un par de ellas, dijeron que en una semana me llamarían, pero ya han pasado dos semanas así que...

― ¿Vas a tirar la toalla? 

― Sí.―respondí.―Supongo que Scott y mamá tenían razón: soy muy joven para trabajar aún. 

― De hecho, lo eres. Además, te han pasado cosas malas desde que intentaste buscar trabajo: Garrett te secuestró. 

― Ni me recuerdes a ese imbécil.―contesté y entonces Stiles rió.―Y pensar que me parecía guapo. 

― Garrett no es guapo.―contestó Stiles frunciendo el ceño. 

― ¿Y tú sí?

― Por supuesto. ―respondió con seguridad y me reí. 

-

Lydia me mandó un mensaje, pidiéndome que me reuniera con ella en su casa. Ella pasó a buscarme al hospital y de paso saludó a Stiles y le preguntó por su padre. Después nos marchamos en su coche hacia su casa. 

Lydia se pasó todo el camino girándose para mirarme. Nunca me había sentido tan observada por nadie en toda mi vida. Ella se giraba, me miraba de arriba a bajo y volvía la vista a la carretera. Pensé que era algo típico de las banshees y no dije nada, pero cuando llegamos a su casa siguió acosándome con la mirada. 

Me habló sobre su abuela, Lorraine, y sobre que ella también fue una banshee y que escribió una pequeña lista codificada. Lydia pasó la lista a su portátil y empezamos a probar distintas claves:

  ― ¿Pruebo con... Maddy? Ese era el nombre de la novia de mi abuela. ―preguntó Lydia.

  ― ¿No crees que es un poco obvio como clave cifrada?―pregunté yo. 

Dark Ways| Stiles StilinskiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora