Dark Ways| Stiles Stilinski

Capítulo 2.3

Simone

Recogí el libro de biología que se me había caído bajo la cama. Allí vi mi antiguo diario. Cogí mi diario y me senté en mi cama. Hacía mucho que no volvía a tocarlo. Lo apreté con fuerza entre mis manos. Suspiré y cogí un bolígrafo de mi estuche. Abrí el diario y pasé las páginas hasta llegar a una que estuviese en blanco. Puse qué día era hoy en la esquina superior derecha de la hoja, y me puse a escribir. Escribí sobre mí, sobre Scott, sobre mis padres, sobre Stiles, sobre Lydia, sobre Kira, sobre todo el mundo que me rodeaba ahora. Y también sobre Harry. Aunque Harry no estuviese, podía escribir sobre él para no olvidarlo. Cerré el diario y lo dejé justo donde lo había encontrado. No era un gran escondite dejarlo bajo mi cama, pero de todos modos, ¿quién estaría interesado en leer mi diario? Además, nadie sabe que estoy escribiendo uno.

Guardé el estuche y el libro de biología en mi mochila. Cogí mi mochila y salí de mi habitación. Escuché a Scott llamarme desde el piso de a bajo. 

― Vamos Monie, Stiles nos espera a fuera, ¿por qué has tardado tanto?― preguntó Scott.

― No encontraba mi libro de biología― contesté.

Scott levantó una ceja. 

― ¿Segura?

Asentí con la cabeza.

Salimos de la casa, y Stiles estaba en su jeep, esperándonos. Nos montamos en su jeep, Scott al lado de Stiles, y yo detrás. 

― Hoy tenéis las pruebas para el entrenamiento de lacrosse, ¿no?― le pregunté.

― Exactamente― contestó Stiles con una sonrisa.

― ¿Las chicas también podemos participar?

Stiles y Scott se giraron para mirarme, y después se miraron entre ellos. 

― ¡Stiles, mira la carretera!― le grité. Stiles frenó el coche de pronto al ver el semáforo en rojo. Todos nos movimos bruscamente por el frenazo de Stiles. Bufé mientras negaba con la cabeza. 

― No sé si podéis participar. Supongo que sí― dijo Scott. 

― ¿Quieres entrar en el equipo? ¿Tú?― preguntó Stiles, riendo. Yo fruncí el ceño. 

― No he dicho eso. Solo preguntaba. ¿Es que me ves incapaz de jugar?― pregunté yo. 

― No es eso... es solo que podrías llevarte unos buenos golpes jugando. No quiero que te hagan daño. 

Scott miró a Stiles con el ceño fruncido, y luego se giró para mirarme a mí.

― Yo tampoco quiero que te hagan daño. Pero si quieres intentarlo, no puedo impedírtelo.

― Tú lo has dicho, hermano: no puedes impedírmelo. Haré lo que yo quiera.

Stiles aparcó el jeep y los tres bajamos. Vi a Kira a lo lejos, y me acerqué a ella con una sonrisa. Kira me sonrió y me saludó. Las dos entramos en el instituto. Kira se veía algo nerviosa. Le pregunté si estaba bien, y ella me dijo que sí. Pero no me hacía falta ser una mujer loba y poder escuchar sus latidos del corazón para saber que me mentía. Kira era la amiga más cercana que tenía en Beacon Hills, y si a ella le preocupaba algo, entonces a mí también. No quise insistir preguntándole para que me dijera qué le pasaba, ya que, quizás ella no se sentía cómoda diciéndolo ahora. Podía esperar por Kira. 

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Vi a Kira sentada al lado de Malia en las gradas del campo de lacrosse. Me acerqué a ellas y las saludé. Me senté al lado de Kira, y busqué a Scott y a Stiles con la mirada en el campo.